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tipo de documento Lecciones
Los Libros de caballerías y la Novela sentimental dominan la narrativa española de buena parte del siglo XVI, pero empiezan a aparecer otras formas:
Este subgénero comienza en España en íntima asociación con los Libros de caballerías y así Feliciano de Silva incluyó en su Amadís de Grecia (1530) la historia del pastor Darinel que ama a la desdeñosa pastora Silvia, en realidad, hija de Lisuarte de Grecia. El afecto de Silva por el pastor enamorado le llevó a introducir este personaje en su Segunda comedia de Celestina (1534). Otro episodio de este género se encuentra en los Coloquios satíricos (1553) de Torquemada, el séptimo de los cuales es una narración de amor pastoril.
Los siete libros de la Diana
Escrita por el portugués Jorge de Montemayor (¿1520?-1561), es la primera novela pastoril como tal. Aunque estaba dirigida a un público de nobles señores y damas, la obra tuvo un éxito instantáneo y continuó interesando por largo tiempo. En España se hicieron veinte ediciones entre los siglos XVI y XVII, a las que siguieron numerosas imitaciones: una segunda parte, de muy escasa calidad, de Alonso Pérez (1564); otra de Gil Polo, Diana enamorada (Valencia, 1564); La Galatea (Alcalá, 1585) de Cervantes; La Arcadia de Lope de Vega (Madrid, 1598), y así hasta un total de dieciocho novelas antes de 1635. El género se extendió rápidamente por otros países: la Diana fue traducida al francés en 1578, al inglés (con la segunda parte de Alonso Pérez y Diana enamorada) en 1598. Las imitaciones también surgieron pronto.
La obra, que mezcla prosa y verso, cuenta cómo Sireno, hecho desgraciado por el súbito cambio en el corazón de Diana y su matrimonio con otro, se encamina en compañía de un grupo de otros infelices enamorados a la corte de la maga Felicia, famosa por saber curar todas las tristezas. Sireno toma el filtro mágico que le ofrece la maga y olvida su amor hacia Diana, quien, desgraciada en su matrimonio, es la única que queda desconsolada.
Como era habitual en las ficciones pastoriles, se trata ante todo de una discusión prolongada acerca de la naturaleza del verdadero amor y de las variadas pruebas y complicaciones que los enamorados pueden sufrir o crear. En este caso, la actitud de Montemayor resulta muy tradicional: para él el amor es un destino contra el cual es inútil luchar; es una fuerza irracional y hostil a la razón. Casi inevitablemente el amor conlleva sufrimiento, que es bueno porque pone de manifiesto la sensibilidad del enamorado y además le ennoblece. Las coincidencias con los postulados de la poesía amorosa del cancionero y de las novelas sentimentales del siglo XV son evidentes.
Estructura:
La Diana enamorada
Compuesta por Gaspar Gil Polo es -además de una de las más bellas obras españolas del XVI tanto por su prosa como por su verso- una continuación de la primera Diana, por lo que prosigue su mismo patrón y retoma algunos de sus personajes.
El relato cuenta cómo Diana, habiéndose enamorado otra vez de Sireno, encuentra a una extraña pastora que, al oírle cantar su amor desgraciado, discute con ella sobre este tema. Alcida, se ofrece a ayudarla a vencer su dolor. Diana confiesa que no desea alivio a costa de arrancar el amor de su corazón y, de todos modos, no cree posible resistírsele. Delio, marido de Diana, aparece y se enamora al instante de Alcida. Al oír que se acerca otro pastor y, reconociendo su voz, Alcida huye perseguida por Delio. El recién llegado, Marcelio, le cuenta a Diana sus infortunios, causados porque Alcida, a quien estaba prometido, se siente traicionada por él hasta el punto de que le huye cuando se acerca.
No se trata solamente de un relato intrincado, sino de una variada colección de "casos de amor":
Como en la Diana de Montemayor, todos los personajes principales se encaminan al palacio de Felicia (ahora en tierras valencianas), donde los problemas se resuelven; pero no por arte de magia: todas las soluciones son razonables desde un punto de vista humano, los cambios de sentimientos son preparados con cuidado y resultan creíbles.
Gil Polo tomó todas sus opiniones sobre el amor de Gli Asolani de Bembo, quien enseñaba que el verdadero amor es bueno y razonable y moderado, además de gobernado por la razón. No conoce la perturbación, ya que los sufrimientos tradicionales de los enamorados sólo van asociados al amor sensual. El verdadero amor es siempre sereno.
Además de documento sociológico por las fiestas cortesanas y populares descritas en el libro V, es también una importante fuente de información sobre la vida literaria de Valencia (libro III).
La Galatea
La Galatea es una novela de Miguel de Cervantes publicada en 1585 en Alcalá de Henares con el título de Primera parte de La Galatea, dividida en seis libros.
La Galatea se suele clasificar como "novela pastoril", a lo mejor "género literario entonces en boga". Tal descripción es muy limitada. En efecto sus personajes son pastores, pero es un vehículo para un estudio sicológico del amor, y es éste el propósito de Cervantes al escribirla. La novela empezó probablemente a redactarse cuando Cervantes volvió de su cautiverio en Argel (diciembre de 1580). Tuvo poco éxito en las librerías, sobre todo, si se compara con el enorme de la Diana de Montemayor y el grandísimo de la Diana enamorada de Gil Polo. Cervantes tuvo durante toda su vida un altísimo concepto de su novela y tuvo siempre intención de publicar la segunda parte, pero murió antes de tenerla terminada. La novela se ambienta en algún lugar -entre ideal y real- a orillas del Tajo. Hay una trama principal y varias secundarias. En la principal, Elicio y Erastro son dos pastores enamorados de Galatea, una hermosísima pastora que reúne todas las demás virtudes de las heroínas cervantinas: discreción (es decir, inteligencia y buen juicio), honestidad, bondad. Pero Galatea adora su independencia espiritual y no quiere verse sujeta por el yugo amoroso, así que hará sufrir de desdenes a los dos pastores. Además de hermosos poemas y de interesantes y divertidas novellas intercaladas en el tema principal (como Cervantes haría también más tarde en El Quijote y en su Persiles) encontraremos jugosos duelos dialécticos sobre la naturaleza del amor (LIBRO IV, los pastores Lenio y Tirsi hacen sus respectivas apologías del desamor y del amor), o sobre la psicología amorosa (libro III, Orompo, Marsilo, Crisio y Orfinio discuten , en verso, sobre qué pasión derivada del amor causa más dolor, si los celos, el desdén, la ausencia, o la muerte del ser amado). En el libro VI encontramos el largo Canto de Calíope: la musa de la poesía se aparece a los pastores y esto sirve de disculpa a Cervantes para encajar un extenso canto en el que elogia a todos los ingenios vivos de la poesía española de entonces (nombra y alaba, por ejemplo, a Góngora, Lope de Vega, Alonso de Ercilla, Fray Luis de León, y muchos otros).
Al final del libro, los sucesos de la novela quedan interrumpidos bruscamente: El fin deste amoroso cuento y hipocrita (...) con otras cosas sucedidas a los pastores hasta aquí nombrados, en la segunda parte desta historia se prometen, la cual, si con apacibles voluntades esta primera viene rescibida, tendrá atrevimiento a salir con brevedad a ser vista de los ojos y entendimiento de las gentes. Pero nunca se publicó la varias veces prometida segunda parte. De hecho, durante la quema de libros de caballerías de El Quijote, varias novelas pastoriles acaban también en la hoguera. El sacerdote y el barbero salvan La Galatea y anuncian que muy pronto Cervantes sacará la segunda parte. Pero no hay datos reales de la producción de esta obra, sólo anuncios que no se cumplieron.
La Arcadia
Fue el primer ensayo de Lope de Vega en la novela.
La obra narra el nefasto amor de don Antonio de Toledo, al servicio del cual estuvo Lope en Alba de Tormes hasta 1595. Aunque el libro contiene una gran cantidad de hermosos poemas, su construcción es desordenada, como si Lope fuese incapaz de dominar su material.
Junto a las novelas pastoriles, hubo también en el siglo XVI una floreciente tradición de ficción realista en forma de obras inspiradas en mayor o menor medida por La Celestina.
La lozana andaluza
Escrita por Francisco Delicado, narra de forma dialogada la carrera de Aldonza como prostituta y alcahueta en Roma. Que la intención del autor es, en parte, la de divertir resulta evidente dado el carácter del libro, pero también pretende algo más, pues hay un fuerte componente satírico dirigido, sobre todo, contra la Iglesia.
La narración deja entender que transcurre antes del saqueo de Roma en 1527, ya que se insertan unas profecías sobre la destrucción de la urbe como castigo de su corrupción. Probablemente el libro fue acabado en 1524, como declara el autor, y después retocado.
El texto, definido por Delicado como retrato, el más natural que el autor pudo, es -en efecto- un retrato de la Lozana y de la sociedad en que se mueve. Esta "naturalidad" es también perceptible en el lenguaje de la obra, pues Delicado intentó transcribir el habla coloquial de las gentes de una manera directa, sin la intervención de la retórica.
El XVI fue un siglo de experimento para la prosa novelesca.
De autor desconocido y publicada en cuatro ediciones (Burgos, Alcalá, Amberes y Medina del Campo) en 1554, cuenta en forma de autobiografía la historia de Lázaro que, siendo niño, fue entregado por su madre a un ciego para servirle de guía; de cómo pasa de uno a otro hasta que consigue llegar a ser pregonero en Toledo y casarse con la manceba de un arcipreste.
El libro se articula en siete tratados que son en lo fundamental -y al menos en apariencia- la historia de un muchacho que, a pesar de las dificultades, consigue un éxito modesto en la vida. Pero el libro está lejos de ser ingenuo: cuajado de ironías, El Lazarillo es un cuadro realista de la España del XVI y un retrato de cómo un niño en trance de convertirse en hombre es moldeado de forma imperceptible por el ejemplo de los demás. El final de Lázaro es el espejo de su vida entera. En algunos rasgos refleja a su primer amo, en otros la fría hipocresía del segundo, más tarde las obsesiones del escudero y, por último, la despreocupada blasfemia del buldero.
Aunque adopta la forma de una carta noticiosa, género entonces muy cultivado, en el que se relataban "casos" curiosos propios o ajenos, y el protagonista nunca se designa a sí mismo como pícaro, no cabe duda de que el anónimo autor crea el esquema de la novela picaresca:
Estructura de la novela:
La impresión de cuatro ediciones en un año indica que el libro conoció un éxito comercial inmediato.
Texto
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Los Libros de caballerías y la Novela sentimental dominan la narrativa española de buena parte del siglo XVI, pero empiezan a aparecer otras formas:
Este subgénero comienza en España en íntima asociación con los Libros de caballerías y así Feliciano de Silva incluyó en su Amadís de Grecia (1530) la historia del pastor Darinel que ama a la desdeñosa pastora Silvia, en realidad, hija de Lisuarte de Grecia. El afecto de Silva por el pastor enamorado le llevó a introducir este personaje en su Segunda comedia de Celestina (1534). Otro episodio de este género se encuentra en los Coloquios satíricos (1553) de Torquemada, el séptimo de los cuales es una narración de amor pastoril.
Los siete libros de la Diana
Escrita por el portugués Jorge de Montemayor (¿1520?-1561), es la primera novela pastoril como tal. Aunque estaba dirigida a un público de nobles señores y damas, la obra tuvo un éxito instantáneo y continuó interesando por largo tiempo. En España se hicieron veinte ediciones entre los siglos XVI y XVII, a las que siguieron numerosas imitaciones: una segunda parte, de muy escasa calidad, de Alonso Pérez (1564); otra de Gil Polo, Diana enamorada (Valencia, 1564); La Galatea (Alcalá, 1585) de Cervantes; La Arcadia de Lope de Vega (Madrid, 1598), y así hasta un total de dieciocho novelas antes de 1635. El género se extendió rápidamente por otros países: la Diana fue traducida al francés en 1578, al inglés (con la segunda parte de Alonso Pérez y Diana enamorada) en 1598. Las imitaciones también surgieron pronto.
La obra, que mezcla prosa y verso, cuenta cómo Sireno, hecho desgraciado por el súbito cambio en el corazón de Diana y su matrimonio con otro, se encamina en compañía de un grupo de otros infelices enamorados a la corte de la maga Felicia, famosa por saber curar todas las tristezas. Sireno toma el filtro mágico que le ofrece la maga y olvida su amor hacia Diana, quien, desgraciada en su matrimonio, es la única que queda desconsolada.
Como era habitual en las ficciones pastoriles, se trata ante todo de una discusión prolongada acerca de la naturaleza del verdadero amor y de las variadas pruebas y complicaciones que los enamorados pueden sufrir o crear. En este caso, la actitud de Montemayor resulta muy tradicional: para él el amor es un destino contra el cual es inútil luchar; es una fuerza irracional y hostil a la razón. Casi inevitablemente el amor conlleva sufrimiento, que es bueno porque pone de manifiesto la sensibilidad del enamorado y además le ennoblece. Las coincidencias con los postulados de la poesía amorosa del cancionero y de las novelas sentimentales del siglo XV son evidentes.
Estructura:
La Diana enamorada
Compuesta por Gaspar Gil Polo es -además de una de las más bellas obras españolas del XVI tanto por su prosa como por su verso- una continuación de la primera Diana, por lo que prosigue su mismo patrón y retoma algunos de sus personajes.
El relato cuenta cómo Diana, habiéndose enamorado otra vez de Sireno, encuentra a una extraña pastora que, al oírle cantar su amor desgraciado, discute con ella sobre este tema. Alcida, se ofrece a ayudarla a vencer su dolor. Diana confiesa que no desea alivio a costa de arrancar el amor de su corazón y, de todos modos, no cree posible resistírsele. Delio, marido de Diana, aparece y se enamora al instante de Alcida. Al oír que se acerca otro pastor y, reconociendo su voz, Alcida huye perseguida por Delio. El recién llegado, Marcelio, le cuenta a Diana sus infortunios, causados porque Alcida, a quien estaba prometido, se siente traicionada por él hasta el punto de que le huye cuando se acerca.
No se trata solamente de un relato intrincado, sino de una variada colección de "casos de amor":
Como en la Diana de Montemayor, todos los personajes principales se encaminan al palacio de Felicia (ahora en tierras valencianas), donde los problemas se resuelven; pero no por arte de magia: todas las soluciones son razonables desde un punto de vista humano, los cambios de sentimientos son preparados con cuidado y resultan creíbles.
Gil Polo tomó todas sus opiniones sobre el amor de Gli Asolani de Bembo, quien enseñaba que el verdadero amor es bueno y razonable y moderado, además de gobernado por la razón. No conoce la perturbación, ya que los sufrimientos tradicionales de los enamorados sólo van asociados al amor sensual. El verdadero amor es siempre sereno.
Además de documento sociológico por las fiestas cortesanas y populares descritas en el libro V, es también una importante fuente de información sobre la vida literaria de Valencia (libro III).
La Galatea
La Galatea es una novela de Miguel de Cervantes publicada en 1585 en Alcalá de Henares con el título de Primera parte de La Galatea, dividida en seis libros.
La Galatea se suele clasificar como "novela pastoril", a lo mejor "género literario entonces en boga". Tal descripción es muy limitada. En efecto sus personajes son pastores, pero es un vehículo para un estudio sicológico del amor, y es éste el propósito de Cervantes al escribirla. La novela empezó probablemente a redactarse cuando Cervantes volvió de su cautiverio en Argel (diciembre de 1580). Tuvo poco éxito en las librerías, sobre todo, si se compara con el enorme de la Diana de Montemayor y el grandísimo de la Diana enamorada de Gil Polo. Cervantes tuvo durante toda su vida un altísimo concepto de su novela y tuvo siempre intención de publicar la segunda parte, pero murió antes de tenerla terminada. La novela se ambienta en algún lugar -entre ideal y real- a orillas del Tajo. Hay una trama principal y varias secundarias. En la principal, Elicio y Erastro son dos pastores enamorados de Galatea, una hermosísima pastora que reúne todas las demás virtudes de las heroínas cervantinas: discreción (es decir, inteligencia y buen juicio), honestidad, bondad. Pero Galatea adora su independencia espiritual y no quiere verse sujeta por el yugo amoroso, así que hará sufrir de desdenes a los dos pastores. Además de hermosos poemas y de interesantes y divertidas novellas intercaladas en el tema principal (como Cervantes haría también más tarde en El Quijote y en su Persiles) encontraremos jugosos duelos dialécticos sobre la naturaleza del amor (LIBRO IV, los pastores Lenio y Tirsi hacen sus respectivas apologías del desamor y del amor), o sobre la psicología amorosa (libro III, Orompo, Marsilo, Crisio y Orfinio discuten , en verso, sobre qué pasión derivada del amor causa más dolor, si los celos, el desdén, la ausencia, o la muerte del ser amado). En el libro VI encontramos el largo Canto de Calíope: la musa de la poesía se aparece a los pastores y esto sirve de disculpa a Cervantes para encajar un extenso canto en el que elogia a todos los ingenios vivos de la poesía española de entonces (nombra y alaba, por ejemplo, a Góngora, Lope de Vega, Alonso de Ercilla, Fray Luis de León, y muchos otros).
Al final del libro, los sucesos de la novela quedan interrumpidos bruscamente: El fin deste amoroso cuento y hipocrita (...) con otras cosas sucedidas a los pastores hasta aquí nombrados, en la segunda parte desta historia se prometen, la cual, si con apacibles voluntades esta primera viene rescibida, tendrá atrevimiento a salir con brevedad a ser vista de los ojos y entendimiento de las gentes. Pero nunca se publicó la varias veces prometida segunda parte. De hecho, durante la quema de libros de caballerías de El Quijote, varias novelas pastoriles acaban también en la hoguera. El sacerdote y el barbero salvan La Galatea y anuncian que muy pronto Cervantes sacará la segunda parte. Pero no hay datos reales de la producción de esta obra, sólo anuncios que no se cumplieron.
La Arcadia
Fue el primer ensayo de Lope de Vega en la novela.
La obra narra el nefasto amor de don Antonio de Toledo, al servicio del cual estuvo Lope en Alba de Tormes hasta 1595. Aunque el libro contiene una gran cantidad de hermosos poemas, su construcción es desordenada, como si Lope fuese incapaz de dominar su material.
Junto a las novelas pastoriles, hubo también en el siglo XVI una floreciente tradición de ficción realista en forma de obras inspiradas en mayor o menor medida por La Celestina.
La lozana andaluza
Escrita por Francisco Delicado, narra de forma dialogada la carrera de Aldonza como prostituta y alcahueta en Roma. Que la intención del autor es, en parte, la de divertir resulta evidente dado el carácter del libro, pero también pretende algo más, pues hay un fuerte componente satírico dirigido, sobre todo, contra la Iglesia.
La narración deja entender que transcurre antes del saqueo de Roma en 1527, ya que se insertan unas profecías sobre la destrucción de la urbe como castigo de su corrupción. Probablemente el libro fue acabado en 1524, como declara el autor, y después retocado.
El texto, definido por Delicado como retrato, el más natural que el autor pudo, es -en efecto- un retrato de la Lozana y de la sociedad en que se mueve. Esta "naturalidad" es también perceptible en el lenguaje de la obra, pues Delicado intentó transcribir el habla coloquial de las gentes de una manera directa, sin la intervención de la retórica.
El XVI fue un siglo de experimento para la prosa novelesca.
De autor desconocido y publicada en cuatro ediciones (Burgos, Alcalá, Amberes y Medina del Campo) en 1554, cuenta en forma de autobiografía la historia de Lázaro que, siendo niño, fue entregado por su madre a un ciego para servirle de guía; de cómo pasa de uno a otro hasta que consigue llegar a ser pregonero en Toledo y casarse con la manceba de un arcipreste.
El libro se articula en siete tratados que son en lo fundamental -y al menos en apariencia- la historia de un muchacho que, a pesar de las dificultades, consigue un éxito modesto en la vida. Pero el libro está lejos de ser ingenuo: cuajado de ironías, El Lazarillo es un cuadro realista de la España del XVI y un retrato de cómo un niño en trance de convertirse en hombre es moldeado de forma imperceptible por el ejemplo de los demás. El final de Lázaro es el espejo de su vida entera. En algunos rasgos refleja a su primer amo, en otros la fría hipocresía del segundo, más tarde las obsesiones del escudero y, por último, la despreocupada blasfemia del buldero.
Aunque adopta la forma de una carta noticiosa, género entonces muy cultivado, en el que se relataban "casos" curiosos propios o ajenos, y el protagonista nunca se designa a sí mismo como pícaro, no cabe duda de que el anónimo autor crea el esquema de la novela picaresca:
Estructura de la novela:
La impresión de cuatro ediciones en un año indica que el libro conoció un éxito comercial inmediato.
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