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Una célula es la unidad morfológica y funcional de todo ser vivo. De hecho, la célula es el elemento de menor tamaño que puede considerarse vivo, ya que cumple las funciones de nutrición, relación y reproducción. Así, se puede clasificar a los organismos vivos según el número de células que posean: si solo tienen una, se les denomina unicelulares (como pueden ser los protozoos o las bacterias, organismos microscópicos); si poseen más, se les llama pluricelulares. En estos últimos el número de células es variable: de unos pocos cientos, como en algunos nematodos, a cientos de billones, como en el caso del ser humano.
El nivel celular es el nivel más bajo de organización de la materia viva, en el que se manifiestan las funciones vitales de nutrición, relación y reproducción.
Los virus podrían tener un nivel similar, pero como carecen de metabolismo propio, no se les puede considerar seres vivos, siendo seres acelulares.
Todas las células están formadas por:
Por su complejidad, se distinguen dos tipos de células: procariotas y eucariotas.
Las células procariotas son más simples que las eucariotas, y la principal diferencia es que las procariotas carecen de núcleo, no tienen el ADN envuelto por una membrana nuclear que lo separe del citoplasma.
Los procariotas o procariontes son organismos unicelulares que forman el reino de los moneras, compuesto por bacterias, algas cianofíceas y micoplasmas.
Los procariotas tienen como material genético ADN de forma circular asociado a proteínas distintas de las histonas. El ADN se sitúa normalmente en el centro de la célula formando el nucleoide, ya que no tienen un verdadero núcleo aislado por una membrana nuclear.
El citoplasma de las células procariotas no contiene orgánulos membranosos. Sí que tiene ribosomas, pero distintos a los de las células eucariotas. En cambio, tienen mesosomas, invaginaciones hacia el interior de la membrana plasmática que contienen conjuntos multienzimáticos que intervienen en las reacciones metabólicas necesarias para que el organismo pueda ser aerobio, anaerobio, fotosintético o quimiosintético, además de intervenir en la división celular.
También pueden tener flagelos, inclusiones (sin membrana que la rodee) de lípidos u otras sustancias.
Las bacterias tienen, además, una pared celular formada por peptidoglucanos que delimita y protege a la célula.
En el exterior de la pared celular, puede tener una cápsula de naturaleza glucídica llamada glucocálix.
Morfología de las células procariotas
Las bacterias tienen cuatro tipos morfológicos:
Las agrupaciones de individuos que presentan algunas bacterias se deben a que, después de la división, la cápsula bacteriana mantiene unidas a las bacterias hijas.
Las células eucariotas son mucho más complejas que las procariotas, tanto estructural como funcionalmente. Como las procariotas, también tienen membrana plasmática y ribosomas, se diferencian de ellas en que tienen un núcleo que separa el ADN del citoplasma, orgánulos citoplasmáticos y citoesqueleto.
La membrana plasmática es muy parecida en todas las células eucariotas, distinguiéndose por los receptores de membrana, las proteínas situadas en su parte exterior.
En el interior celular se observan tres tipos de estructuras: el sistema endomembranoso, los orgánulos transductores de energía y las estructuras carentes de membrana.
El sistema endomembranoso está formado por orgánulos membranosos que ocupan casi todo el citoplasma, cada uno con su función. Está constituido por el retículo endoplasmático, continuando la membrana nuclear, el aparato de Golgi, relacionado con las membranas del retículo endoplasmático, las vacuolas y los lisosomas.
Los orgánulos transductores de energía son las mitocondrias y los cloroplastos. Tienen una doble membrana. Las mitocondrias se encargan de obtener energía partir de la oxidación de la materia orgánica, y los cloroplastos, a partir de la energía luminosa.
Las estructuras carentes de membrana que se encuentran en el citoplasma son los ribosomas, los centríolos, y los microtúbulos y microfilamentos que forman el llamado endoesqueleto celular o citoesqueleto.
El núcleo de las células eucariotas está rodeado por la envoltura nuclear, una doble capa membranosa, con abundantes poros, que separa el nucleoplasma del citoplasma. Dentro, en el nucleoplasma, está el ADN asociado a histonas, y alguna condensación de material denominada nucléolo.
Otra característica de las células eucariotas es el citoesqueleto, unos filamentos proteicos que se extienden desde la membrana nuclear a la plasmática, que mantienen la forma de la célula, facilita la movilidad celular (usando estructuras como los cilios y los flagelos), y desempeña un importante papel tanto en el tráfico intracelular (por ejemplo, los movimientos de vesículas y orgánulos) y en la división celular.
Aunque todas las células eucariotas tienen las mismas características básicas, se pueden distinguir dos tipos, según se trate de organismos animales o vegetales.
Las células eucariotas animales y vegetales tienen membrana plasmática, citoplasma con sistema endomembranoso, mitocondrias, lisosomas, peroxisomas, vacuolas, citoesqueleto y núcleo con envoltura nuclear. Pero hay estructuras que tienen las células animales pero no las vegetales, y viceversa.
Una célula vegetal es el tipo de célula eucariota de la que están compuestos de muchos tejidos vegetales. A menudo, es descrita con los rasgos de una célula del parénquima de una planta vascular. Pero sus características no pueden generalizarse con el resto de las células meristemáticas o adultas de una planta y menos aún a las de los muy diversos organismos imprecisamente llamados vegetales.
Las células adultas de las plantas terrestres presentan rasgos comunes, convergentes con las de otros organismos sésiles, fijos al sustrato, o pasivos, propios del plancton, de alimentación osmótrofa, por absorción, como es el caso de los hongos, pseudohongos y de muchas algas. Esos rasgos comunes se han desarrollado independientemente a partir de protistas unicelulares fagótrofos desnudos (sin pared celular).
Todos los eucariontes osmótrofos tienden a basar su solidez, sobre todo cuando alcanzan la pluricelularidad, en la turgencia, que logran gracias al desarrollo de paredes celulares resistentes a la tensión, en combinación con la presión osmótica del protoplasma, la célula viva. Así, las paredes celulares son comunes a los hongos y protistas de modo de vida equivalente, que se alimentan por absorción osmótica de sustancias orgánicas, y a las plantas y algas, que toman disueltas sales minerales del medio y realizan la fotosíntesis. Y también cabe agregar que no tienen centriolos en su interior.
Célula animal es un tipo de célula eucariota de la que se componen los distintos tejidos de los animales.
La estructura de la célula se divide en tres partes:
La envoltura celular, constituida por la membrana celular también conocida como membrana plasmática;
El citoplasma, en el que se hallan los orgánulos celulares: mitocondrias, lisosomas, aparato de Golgi, retículo endoplasmático liso, retículo endoplasmático rugoso, centriolos, y ribosomas;
El núcleo celular, formado por la membrana nuclear, que engloba y delimita al nucleoplasma, en el que se encuentran la cromatina y el nucléolo.
Texto: biologia-geologia.com y wikipedia
Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento Compartir igual 4.0
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Una célula es la unidad morfológica y funcional de todo ser vivo. De hecho, la célula es el elemento de menor tamaño que puede considerarse vivo, ya que cumple las funciones de nutrición, relación y reproducción. Así, se puede clasificar a los organismos vivos según el número de células que posean: si solo tienen una, se les denomina unicelulares (como pueden ser los protozoos o las bacterias, organismos microscópicos); si poseen más, se les llama pluricelulares. En estos últimos el número de células es variable: de unos pocos cientos, como en algunos nematodos, a cientos de billones, como en el caso del ser humano.
El nivel celular es el nivel más bajo de organización de la materia viva, en el que se manifiestan las funciones vitales de nutrición, relación y reproducción.
Los virus podrían tener un nivel similar, pero como carecen de metabolismo propio, no se les puede considerar seres vivos, siendo seres acelulares.
Todas las células están formadas por:
Por su complejidad, se distinguen dos tipos de células: procariotas y eucariotas.
Las células procariotas son más simples que las eucariotas, y la principal diferencia es que las procariotas carecen de núcleo, no tienen el ADN envuelto por una membrana nuclear que lo separe del citoplasma.
Los procariotas o procariontes son organismos unicelulares que forman el reino de los moneras, compuesto por bacterias, algas cianofíceas y micoplasmas.
Los procariotas tienen como material genético ADN de forma circular asociado a proteínas distintas de las histonas. El ADN se sitúa normalmente en el centro de la célula formando el nucleoide, ya que no tienen un verdadero núcleo aislado por una membrana nuclear.
El citoplasma de las células procariotas no contiene orgánulos membranosos. Sí que tiene ribosomas, pero distintos a los de las células eucariotas. En cambio, tienen mesosomas, invaginaciones hacia el interior de la membrana plasmática que contienen conjuntos multienzimáticos que intervienen en las reacciones metabólicas necesarias para que el organismo pueda ser aerobio, anaerobio, fotosintético o quimiosintético, además de intervenir en la división celular.
También pueden tener flagelos, inclusiones (sin membrana que la rodee) de lípidos u otras sustancias.
Las bacterias tienen, además, una pared celular formada por peptidoglucanos que delimita y protege a la célula.
En el exterior de la pared celular, puede tener una cápsula de naturaleza glucídica llamada glucocálix.
Morfología de las células procariotas
Las bacterias tienen cuatro tipos morfológicos:
Las agrupaciones de individuos que presentan algunas bacterias se deben a que, después de la división, la cápsula bacteriana mantiene unidas a las bacterias hijas.
Las células eucariotas son mucho más complejas que las procariotas, tanto estructural como funcionalmente. Como las procariotas, también tienen membrana plasmática y ribosomas, se diferencian de ellas en que tienen un núcleo que separa el ADN del citoplasma, orgánulos citoplasmáticos y citoesqueleto.
La membrana plasmática es muy parecida en todas las células eucariotas, distinguiéndose por los receptores de membrana, las proteínas situadas en su parte exterior.
En el interior celular se observan tres tipos de estructuras: el sistema endomembranoso, los orgánulos transductores de energía y las estructuras carentes de membrana.
El sistema endomembranoso está formado por orgánulos membranosos que ocupan casi todo el citoplasma, cada uno con su función. Está constituido por el retículo endoplasmático, continuando la membrana nuclear, el aparato de Golgi, relacionado con las membranas del retículo endoplasmático, las vacuolas y los lisosomas.
Los orgánulos transductores de energía son las mitocondrias y los cloroplastos. Tienen una doble membrana. Las mitocondrias se encargan de obtener energía partir de la oxidación de la materia orgánica, y los cloroplastos, a partir de la energía luminosa.
Las estructuras carentes de membrana que se encuentran en el citoplasma son los ribosomas, los centríolos, y los microtúbulos y microfilamentos que forman el llamado endoesqueleto celular o citoesqueleto.
El núcleo de las células eucariotas está rodeado por la envoltura nuclear, una doble capa membranosa, con abundantes poros, que separa el nucleoplasma del citoplasma. Dentro, en el nucleoplasma, está el ADN asociado a histonas, y alguna condensación de material denominada nucléolo.
Otra característica de las células eucariotas es el citoesqueleto, unos filamentos proteicos que se extienden desde la membrana nuclear a la plasmática, que mantienen la forma de la célula, facilita la movilidad celular (usando estructuras como los cilios y los flagelos), y desempeña un importante papel tanto en el tráfico intracelular (por ejemplo, los movimientos de vesículas y orgánulos) y en la división celular.
Aunque todas las células eucariotas tienen las mismas características básicas, se pueden distinguir dos tipos, según se trate de organismos animales o vegetales.
Las células eucariotas animales y vegetales tienen membrana plasmática, citoplasma con sistema endomembranoso, mitocondrias, lisosomas, peroxisomas, vacuolas, citoesqueleto y núcleo con envoltura nuclear. Pero hay estructuras que tienen las células animales pero no las vegetales, y viceversa.
Una célula vegetal es el tipo de célula eucariota de la que están compuestos de muchos tejidos vegetales. A menudo, es descrita con los rasgos de una célula del parénquima de una planta vascular. Pero sus características no pueden generalizarse con el resto de las células meristemáticas o adultas de una planta y menos aún a las de los muy diversos organismos imprecisamente llamados vegetales.
Las células adultas de las plantas terrestres presentan rasgos comunes, convergentes con las de otros organismos sésiles, fijos al sustrato, o pasivos, propios del plancton, de alimentación osmótrofa, por absorción, como es el caso de los hongos, pseudohongos y de muchas algas. Esos rasgos comunes se han desarrollado independientemente a partir de protistas unicelulares fagótrofos desnudos (sin pared celular).
Todos los eucariontes osmótrofos tienden a basar su solidez, sobre todo cuando alcanzan la pluricelularidad, en la turgencia, que logran gracias al desarrollo de paredes celulares resistentes a la tensión, en combinación con la presión osmótica del protoplasma, la célula viva. Así, las paredes celulares son comunes a los hongos y protistas de modo de vida equivalente, que se alimentan por absorción osmótica de sustancias orgánicas, y a las plantas y algas, que toman disueltas sales minerales del medio y realizan la fotosíntesis. Y también cabe agregar que no tienen centriolos en su interior.
Célula animal es un tipo de célula eucariota de la que se componen los distintos tejidos de los animales.
La estructura de la célula se divide en tres partes:
La envoltura celular, constituida por la membrana celular también conocida como membrana plasmática;
El citoplasma, en el que se hallan los orgánulos celulares: mitocondrias, lisosomas, aparato de Golgi, retículo endoplasmático liso, retículo endoplasmático rugoso, centriolos, y ribosomas;
El núcleo celular, formado por la membrana nuclear, que engloba y delimita al nucleoplasma, en el que se encuentran la cromatina y el nucléolo.
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