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El racionalismo, también llamado Estilo internacional o Movimiento moderno, fue un estilo arquitectónico que se desarrolló en todo el mundo entre 1925 y 1965, aproximadamente. Suele ser considerado como la principal tendencia arquitectónica de la primera mitad del siglo xx. Fue un movimiento de amplio alcance internacional, que se desarrolló por toda Europa, Estados Unidos y numerosos países del resto del mundo. Entre sus figuras sobresalen: Walter Gropius, Ludwig Mies van der Rohe, Le Corbusier, Jacobus Johannes Pieter Oud, Richard Neutra, Rudolf Schindler, Philip Johnson, Alvar Aalto, Eliel y Eero Saarinen, Erik Gunnar Asplund, Josep Lluís Sert, Louis Kahn, Pier Luigi Nervi, Gio Ponti, Kenzō Tange, Lúcio Costa y Oscar Niemeyer.
Esta corriente buscaba una arquitectura fundamentada en la razón, de líneas sencillas y funcionales, basadas en formas geométricas simples y materiales de orden industrial (acero, hormigón, vidrio), al tiempo que renunciaba a la ornamentación excesiva y otorgaba una gran importancia al diseño, que era igualmente sencillo y funcional. La arquitectura racionalista tuvo una estrecha relación con los adelantos tecnológicos y la producción industrial, especialmente por la defensa acérrima de dicha relación preconizada por Walter Gropius desde la fundación de la Bauhaus en 1919. También abogó por la utilización de elementos prefabricados y módulos desmontables. Su lenguaje formal se basaba en una geometría de líneas simples, como el cubo, el cono, el cilindro y la esfera, y defendía el uso de planta y fachada libres y la proyección del edificio de dentro hacia fuera. Una de sus principales premisas era el funcionalismo, una teoría que postulaba la subordinación del lenguaje arquitectónico a su función, sin considerar su aspecto estético o cualquier otra premisa secundaria.
Tal como indica su denominación de «Movimiento moderno», fue un estilo comprometido con los valores de la modernidad, en paralelo a las denominadas «vanguardias artísticas» que se desarrollaban en ese momento en artes plásticas. Fue un movimiento preocupado por la mejora de la sociedad, por influir en mejorar la vida de la gente, a través de un lenguaje innovador que supuso una ruptura con la tradición en busca de una nueva forma de construir, de una nueva forma de interpretar la relación del ser humano con su entorno y de buscar nuevas soluciones que solventasen el problema del aumento de la población en las grandes ciudades. Para ello se valió no solo de los aportes teóricos, las nuevas formas de concebir los espacios y de utilizar el diseño como herramienta para aunar funcionalidad y estética, sino también de los adelantos técnicos e industriales, de la utilización de nuevas técnicas y de nuevos materiales.
Además de la arquitectura, este movimiento se interesó por el urbanismo y el diseño. También fomentó la teoría arquitectónica y la organización de congresos y conferencias para la difusión del nuevo movimiento, lo que se concretó en la constitución en 1928 del Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM), así como su cuerpo ejecutivo, el Comité Internacional para la Resolución de los Problemas de la Arquitectura Contemporánea (CIRPAC).
La Staatliches Bauhaus (Casa de la Construcción Estatal) o simplemente la Bauhaus, fue la escuela de diseño, arte y arquitectura fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar (Alemania) y clausurada por las autoridades prusianas (en manos del partido nazi) en el año 1933. El nombre Bauhaus deriva de la unión de las palabras en alemán Bau, "de la construcción", y Haus, "casa"; irónicamente, a pesar de su nombre y del hecho de que su fundador fue un arquitecto, la Bauhaus no tuvo un departamento de arquitectura en los primeros años de su existencia.
Sus propuestas y declaraciones de intenciones participaban de la idea de una necesaria reforma de las enseñanzas artísticas como base para una consiguiente transformación de la sociedad de la época, de acuerdo con la ideología socialista de su fundador. La primera fase (1919-1923) fue idealista y romántica, la segunda (1923-1925) mucho más racionalista y en la tercera (1925-1929) alcanzó su mayor reconocimiento, coincidiendo con su traslado de Weimar a Dessau. En 1930, bajo la dirección de Mies van der Rohe, se trasladó a Berlín donde cambió por completo la orientación de su programa de enseñanza.
La Bauhaus sentó las bases normativas y patrones de lo que hoy conocemos como diseño industrial y gráfico; puede decirse que antes de la existencia de la Bauhaus estas dos profesiones no existían tal y como fueron concebidas dentro de esta escuela. Sin duda la escuela estableció los fundamentos académicos sobre los cuales se basaría en gran medida una de las tendencias más predominantes de la nueva Arquitectura Moderna, incorporando una nueva estética que abarcaría todos los ámbitos de la vida cotidiana: desde la silla en la que usted se sienta hasta la página que está leyendo (von Eckardt).
La arquitectura Bauhaus se desarrolló después de la Primera Guerra Mundial. Se basa en formas simétricas de orígenes grecolatinos. También incluye aspectos del Renacimiento Clásico. Mark Lawliette comenzó esta revolución hacia la arquitectura. Él quiso expandir su arte a través de la prestigiosa escuela Bauhaus, siendo uno de los más importantes participantes de este maravilloso movimiento que cambió el modo de apreciación hacia la arquitectura de esa y nuestra época. Algunas de sus más famosas creaciones fueron: El Yvoliette, Le Pour Leyette, Jauquelyn, Açufrenchais, todos ellos situados en este momento en el museo Madame Tussaud. En su mayoría consta de formas triangulares y rectas que ayudan a apreciar la rigides del carácter que impuso Lawliette. Sus colores son opcionales, pero generalmente se utilizan tonos marrones y rojos oscuros, aunque hay excepciones como por ejemplo en el famoso Jauquelyn, en el cual se utilizaron colores fuertes en los que predominaba el azul cielo y el magenta. Después de haber aportado tanto a este arte Lawliette, a sus 46 años de edad, murió de tuberculosis. En esa misma época se produjo un cambio drástico en la arquitectura, cambiando así de formas triangulares a obaladas y rectangulares entre otros aspectos. Por ello hoy en día no es muy conocido el nombre de este gran artista que sin lugar a duda fue uno de los más importantes en este sector.
La arquitectura orgánica u organicismo arquitectónico es una filosofía de la arquitectura que promueve la armonía entre el hábitat humano y el mundo natural. Mediante el diseño busca comprender e integrarse al sitio, los edificios, los mobiliarios, y los alrededores para que se conviertan en parte de una composición unificada y correlacionada.
Los arquitectos Gustav Stickley, Antoni Gaudí, Frank Lloyd Wright, Alvar Aalto, Louis Sullivan, Bruce Goff, Rudolf Steiner, Bruno Zevi, Hundertwasser, Juan O'Gorman, Samuel Flores Flores, Imre Makovecz, Javier Senosiain y Antón Alberts son los mayores exponentes de la denominada arquitectura orgánica.
El estilo orgánico es un movimiento arquitectónico que se deriva del funcionalismo o racionalismo y que puede considerarse promovido fundamentalmente por los arquitectos escandinavos en la década 1930-40 y por el arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright.
El movimiento acepta muchas de las premisas del racionalismo, como son la planta libre, el predominio de lo útil sobre lo meramente ornamental, la incorporación a la arquitectura de los adelantos de la era industrial, pero procura evitar algunos de los errores en que cae el racionalismo y aportar nuevos valores a la arquitectura.
Pueden considerarse a Erik Gunnar Asplund en Suecia, a Hugo Häring en Alemania y a Alvar Aalto en Finlandia como los principales propugnadores de esta corriente, cuyas ideas fundamentales podrían resumirse de la forma siguiente:
Se conoce como arquitectura posmoderna a una tendencia arquitectónica que se inicia en los años 1950, y comienza a ser un movimiento a partir de los años 1970, continuando su influencia hasta nuestros días. El posmodernismo se dice que está anunciado por el regreso de "el ingenio, el ornamento y la referencia" de la arquitectura, en respuesta al formalismo causado por el Estilo Internacional del movimiento moderno. Al igual que con muchos movimientos culturales, algunas de las ideas más pronunciadas y visibles del posmodernismo se pueden ver en la arquitectura. Las formas y espacios funcionales y formalizados del estilo moderno se sustituyen por diversas estéticas: los estilos colisionan, la forma se adopta por sí misma y abundan las nuevas formas de ver estilos familiares y espacios. Quizás siendo lo más obvio, los arquitectos redescubrieron el valor expresivo y simbólico de los elementos arquitectónicos y las formas que se habían desarrollado través de siglos de construcción, que habían sido abandonados por el estilo moderno.
Ejemplos de influencias a gran escala en la arquitectura posmoderna son el Edificio Portland de Michael Graves en Portland (Oregón), y el Edificio Sony (originalmente Edificio AT&T ) de Philip Johnson, en la Ciudad de Nueva York, que toman prestados elementos y referencias del pasado y vuelven a introducir el color y el simbolismo de la arquitectura.
La arquitectura posmoderna también es definida como "neoecléctica" donde la referencia y el ornamento han vuelto a la fachada, en sustitución de los estilos agresivos modernos sin ornamentos. Este eclecticismo se combina frecuentemente con el uso de ángulos no ortogonales y superficies inusuales. Las más destacadas en estos aspectos son la Nueva Galería Estatal de Stuttgart de James Stirling y la Piazza d'Italia de Charles Willard Moore. El Edificio del Parlamento de Escocia en Edimburgo también se han citado como de moda posmoderna.
Una de las formas de construcción que caracteriza explícitamente a la posmodernidad es el tradicional tejado a dos aguas, en lugar de una azotea plana ícono de la modernidad. Derramar el agua lejos del centro del edificio, debido a la forma del techo, siempre cumplió con un objetivo funcional en los climas lluviosos y nivales, y era una manera lógica para conseguir grandes tramos con elementos estructurales más cortos, sin embargo, era relativamente raro en las casas modernas. Sin embargo, las raíces modernas propias del posmodernismo aparecen en algunos de los ejemplos notables de techos "recuperados". Por ejemplo la Vanna Venturi House de Robert Venturi, rompe el tejado en el medio, negando la funcionalidad de la forma, y el 1001 de la Quinta Avenida en Manhattan que anuncia una forma de techo abuhardillado evidentemente plano, con frente falso. Otra alternativa para los techos planos de la modernidad sería exagerar un techo tradicional para llamar la atención incluso más a esta, como la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias de Kallmann McKinnell & Wood en Cambridge, Massachusetts, teniendo tres niveles de techo bajo a cuatro aguas constituyéndose uno encima de otro para una declaración enfática de refugio.
Los objetivos de la posmodernidad, incluyen la resolución de los problemas del Modernismo, la comunicación de los significados con ambigüedad, y la sensibilidad para el contexto del la construcción, están sorprendentemente unidos por un período de edificios proyectados por arquitectos que nunca colaboraron en gran medida entre sí. Los objetivos, sin embargo, dejan espacio para diversas implementaciones que pueden ser ilustradas por los diversos edificios creados durante el movimiento. Las características del postmodernismo permite su propósito de ser expresado de diversas maneras. Estas características incluyen el uso de formas esculturales, adornos, antropomorfismo y materiales que llevan a cabo un trampantojo. Estas características del significado son el pluralismo, la doble codificación, los arbotantes y los techos altos, la ironía y la paradoja, y el contextualismo.
Las formas esculturales, no necesariamente orgánicas, se han creado con mucho ardor. Estos se pueden ver en el Museo Abteiberg (1972-1982) de Hans Hollein. El edificio se compone de unidades de construcción diversas, todas muy diferentes. Las formas de cada edificio no son como las que conforman rígidas el modernismo. Estas formas son esculturales y son un poco juguetonas. Las mismas no se reducen a un mínimo absoluto, sino que se construyen y se forman por sí mismas. Las unidades de construcción encajan entre sí de una manera muy orgánica, que realza el efecto de las formas.
Después de muchos años de abandono, el ornamento retorna. La Venice Beach house de Frank Gehry construida en 1986, está llena de pequeños detalles ornamentales que se han considerado excesivos e innecesarios en el modernismo. La Venice Beach House cuenta con un conjunto de troncos circulares existentes principalmente para la decoración. Los troncos en la parte superior tienen un propósito menor de sostener los cubre ventanas. Sin embargo, el mero hecho de que podría haber sido sustituido por un clavo prácticamente invisible, hace que su existencia principalmente ornamental. El ornamento en el Edificio de Servicios Municipales de Portland (Edificio Portland) (1980) es aún más prominente. Las dos formas triangulares impulsadas hacia afuera son principalmente ornamentales. Existen por razones estéticas o de objetivo propio. El posmodernismo, con su sensibilidad al contexto de la construcción no excluye las necesidades de los seres humanos con respecto a la construcción. El Cementerio Brion (1970-72) de Carlo Scarpa ejemplifica esto. La necesidades de recursos humanos de un cementerio es que posee un carácter solemne, sin embargo, no debe hacer que el visitante se deprimen. El cementerio de Scarpa logra el estado de ánimo solemne con los colores desvaídos de gris de las paredes y las formas perfectamente definidas, pero la hierba de color verde brillante impide que esto sea demasiado abrumador.
Construcciones posmodernas en ocasiones utilizan trampantojos, creando la ilusión de espacio o de profundidad donde no existen realmente, como se ha hecho por los pintores desde los romanos. El edificio Portland (1980) tiene pilares representados en el lado del edificio que hasta cierto punto parecen ser reales, pero no lo son.
El museo de arte Hood (1981–1983) cuenta con una típica fachada simétrica, que fue en el momento prevalente en todo los edificios posmodernos.
La Vanna Venturi House (1962–64) de Robert Venturi ilustra el objetivo posmodernista de comunicar un significado y las características de simbolismo. La fachada es, según Venturi, una imagen simbólica de una casa, mirando hacia atrás al siglo XVIII. Esto se consigue en parte mediante el uso de simetría y el arco sobre la entrada.
Quizás el mejor ejemplo irónico en las construcciones posmodernas es la Piazza d'Italia (1978) de Charles Moore. Moore cita (arquitectónicamente) los elementos del Renacimiento italiano y de la Antigüedad romana. Sin embargo, lo hace con una torcedura. La ironía llega cuando se observa que los pilares están cubiertos con acero. También es paradójico en la forma en que cita a la antigüedad italiana lejos de la original de Nueva Orleans.
La codificación doble da significado a las construcciones de transmitir significados de manera simultánea. El Edificio Sony en Nueva York hace esto muy bien. El edificio es un rascacielos que lleva consigo connotaciones de una tecnología muy moderna. Sin embargo, la parte superior contradice esto. La sección superior transmite los elementos de la antigüedad clásica. Esta doble codificación es un rasgo predominante de la posmodernidad.
Las características de la posmodernidad se unificaron en lugar teniendo en cuenta sus diversas apariciones. El más notable entre sus características son sus lúdicas formas extravagantes y el humor de los significados que se transmiten en las edificaciones.
Otra característica de la arquitectura postmoderna es la "arquitectura líquida" la que se caracteriza por la búsqueda de la supresión de la distancia que existe entre el espacio habitado por el hombre y la casa diseñada por el arquitecto. La arquitectura líquida remite su definición hacia la transformación constante del espacio, que en una condición inestable como la de los líquidos, es capaz de absorber las necesidades del ser. Durante las últimas décadas del siglo XX y el naciente siglo XXI se ha afianzado la concepción de una sociedad diversa, múltiple, compleja y, por tanto, inabarcable en una sola idea de habitar. Dentro de este contexto, la arquitectura, como expresión fiel de la sociedad, ha entrado en este proceso de quiebre o licuefacción de los sólidos modernos. Por ello, los espacios contemporáneos poseen una maleabilidad a la que Luis Arenas e Ignasi de Solà-Morales han calificado como liquidez, en respuesta a la sociedad que representan y su variabilidad en el tiempo. La investigación presentada se enfoca en la localización de espacios líquidos en obras japonesas contemporáneas. Esta arquitectura está llena de ideas renovadas de la tradición arquitectónica oriental, de donde se extrajeron estrategias proyectuales que aproximan la definición del espacio desde una perspectiva líquida.
En 1892 Arturo Soria publica su proyecto de Ciudad Lineal, que se extendería entre las ciudades núcleo existentes. Soria se inspiró en el pensamiento de Fourier y de Fernández de los Ríos y se adelantó en seis años al movimiento de las ciudades-jardín de Howard, que vería la luz en 1898. La Ciudad Lineal nació de la superación del concepto de ensanche y su objetivo era construir una ciudad nueva, saludable, que mejorase la calidad de vida de sus habitantes, vertebrada en torno a una amplia avenida central en la que el tranvía actuaba como elemento de cohesión. Las viviendas se pensaron desde el principio unifamiliares, con grandes extensiones de jardín, huertos y zonas verdes. En la Ciudad Lineal habría lugar para la diferencia social, no todas las casas tenían por qué ser iguales, pero a diferencia de otros proyectos, no se relegaba a los menos pudientes a lejanos suburbios, sino a una segunda o tercera fila, siempre cerca de la avenida principal y del transporte. La dotación de servicios como escuelas o comercios fue otro punto de atención.
No solamente enunció un programa de ciudad ideal, sino que creó una compañía privada para llevarlo a la práctica. Pero en lugar de unir dos ciudades núcleo, como era la idea original, creó un anillo urbano de circunvalación que debería construirse en torno a Madrid. Los futuros habitantes podrían participar como propietarios de acciones de la entidad, en función de su capacidad económica. Un órgano de comunicación, "La Ciudad Lineal" se encargaba de difundir el proyecto y la ideología subyacente.
El primer tramo de la Ciudad Lineal se acabó, tras superar muchas dificultades financieras en 1911. El resultado fue la creación de una zona residencial y de recreo, en la que la burguesía gustaba de pasar los meses de verano, en el actual distrito de Ciudad Lineal. La Compañía Madrileña de Urbanización, como se llamaba la creada por Arturo Soria, siguió funcionando y explotando la línea de tranvía que daba servicio a la Ciudad lineal hasta 1951, en que acabó siendo absorbida por la Empresa Municipal de Transportes (EMT).
Ese modelo tuvo una buena acogida en Cataluña donde se plantearon al menos tres proyectos: una barriada en Barcelona, una articulación del eje Reus-Tarragona-Salou (que hubiera sido mucho más acorde con la idea inicial de Soria) y una colonia agrícola en Vilanova, que no llegaron a realizarse.
En Madrid, el ingeniero municipal Pedro Núñez Granés, intento unir de forma coherente la ciudad con los núcleos periféricos. El plan de Núñez Granés se terminó de elaborar en 1909, pero no recibió la aprobación municipal hasta 1916. Una ancha avenida transcurría en paralelo al paseo de ronda en la parte norte, y una vía de circunvalación discurría como cierre del proyecto por parte del trazado de la actual M-30. La prolongación de la Castellana, debía llevarse a cabo eliminando el hipódromo y corrigiendo su alineación para que tomase la orientación sur-norte. Este proyecto no llegó a realizarse, pero la idea de prolongación de la Castellana había calado en el ayuntamiento y fue uno de los puntos del pliego de condiciones del concurso que se convocaría en 1928.
En los primeros años del siglo XX, en Barcelona se manifestaba la necesidad de articular el ensanche Cerdá con la periferia. Se convocó un concurso público que ganó en 1905 el arquitecto francés Léon Jaussely. Se trata de un plano basado en grandes figuras geométricas, combinación de rectas y curvas. No es extraño, puesto que Jaussely partía de la crítica generalizada al plan Cerdá. La regularidad del trazado en damero desaparecía a favor de composiciones oblicuas. Este proyecto no prosperó, pero Jaussely participó en la confección del definitivo Plan de Enlaces de 1917, en el que quedó recogida su idea de un cinturón de ronda.
Hasta 1923, con el Estatuto Municipal, publicado siendo ministro de Gobernación Calvo Sotelo, imponía la obligación a las grandes ciudades de elaborar un plan general que ordenase el crecimiento.
En últimos años de la década de los 20 aparece una nueva generación de arquitectos, influidos por las corrientes del racionalismo. En esta generación destacan por su actividad urbanística Secundino Zuazo y Fernando García Mercadal. Este segundo, es el principal introductor en España del racionalismo centroeuropeo. En 1926, recibió clases de urbanismo de Hermann Jansen, y en 1929 trabajó en el estudio de Zuazo. García Mercadal puso en contacto al arquitecto bilbaíno con el alemán, y ambos concurrieron con un proyecto conjunto al concurso convocado por el ayuntamiento de Madrid, para la urbanización del extrarradio. El concurso se declaró desierto, por considerar el jurado que ningún proyecto cumplía todas las condiciones.
En España, el modernismo tuvo su centro en Barcelona. Cuando la ciudad de Barcelona se amplió más allá de sus límites históricos, resultando el Ensanche de Ildefonso Cerdá, en el que se desarrollará el llamado modernismo catalán o modernisme. El modernisme rompió con estilos anteriores y empleó para su inspiración formas orgánicas, al igual que hacía el Art Nouveau en Francia y el Jugendstil en Alemania. El arquitecto más famoso es Antoni Gaudí, cuya obra en Barcelona (los más conocidos La Sagrada Familia, el Parque Güell, la Casa Milà y la Casa Batlló) y en otros lugares de España (Capricho de Gaudí, Casa Botines y Palacio Episcopal de Astorga) mezcla la arquitectura tradicional con otros estilos nuevos, siendo precursor de la arquitectura moderna. Otros arquitectos catalanes notables de la época fueron Lluís Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch.
El modernismo también tuvo desarrollo en otras ciudades de Cataluña, como Tarrasa (Masía Freixa y Fábrica Vapor Aymerich, Amat i Jover) y Reus (Casa Navàs), y del resto de España, como Teruel (Casa El Torico o Casa La Madrileña), Zaragoza (Casino Mercantil o Quiosco de la música) o Comillas, donde, aparte del Capricho de Gaudí, se puede admirar la Universidad Pontificia Comillas, en Melilla ciudad al otro lado del estrecho , de la mano de Enrique Nieto y con innumerables construcciones de gran valor , llegando a ser la segunda ciudad de España con mayor número de edificios modernistas y art deco.
La creación en 1928 del grupo GATCPAC en Barcelona, seguido de la creación del GATEPAC (1930) por arquitectos principalmente de Zaragoza, Madrid, San Sebastián y Bilbao, estableció dos grupos de jóvenes arquitectos que seguían los dictados de la arquitectura moderna en España. Josep Lluís Sert, Fernando García Mercadal, José Manuel Aizpurúa y Joaquín Labayen entre otros, se organizaron en tres grupos regionales. Otros arquitectos exploraron el estilo moderno desde puntos de vista particulares: Casto Fernández Shaw con su trabajo visionario, casi todo en papel, Josep Antoni Coderch, con su integración de la vivienda mediterránea y los conceptos del nuevo estilo o Luis Gutiérrez Soto, muy influenciado por tendencias expresionistas.
En la Exposición Internacional de 1929 de Barcelona el Pabellón alemán diseñado por Mies van der Rohe y Lilly Reich se convirtió instantáneamente en un icono; amalgamando el minimalismo y nociones de fidelidad a los materiales con influencias de De Stijl en el tratamiento de los planos en el espacio. El famoso techo se cierne sobre el espectador aparentemente sin soportes.
Durante y después de la Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial, España estuvo aislada política y económicamente. Como consecuencia, unido a la preferencia de Franco por un «tipo de kitsch nacionalista clásico y mortecino», la creación de arquitectura vanguardista fue suprimida en su mayoría. Sin embargo, en las obras de algunos arquitectos pudieron coexistir la aprobación oficial y el avance del diseño arquitectónico, como es el caso de Luis Gutiérrez Soto, interesado en la tipología y la distribución racional de los espacios, cuya prolífica obra alterna con facilidad el redescubrimiento de estilos históricos con un estilo racionalista, o los encargos de los Sindicatos Verticales a Francisco de Asís Cabrero. Los logros de Luis Moya Blanco en la construcción de bóvedas de ladrillo también merecen una mención; su interés en la construcción tradicional en ladrillo lo llevó a un estudio profundo de las posibilidades formales modernas del material, destacando su uso de la bóveda tabicada.
En las últimas décadas de la vida de Franco, una nueva generación de arquitectos rescató con fuerza el legado del GATEPAC: Alejandro de la Sota fue pionero en este nuevo camino, y jóvenes arquitectos como Francisco Javier Sáenz de Oíza, Fernando Higueras y Miguel Fisac, a menudo con presupuestos modestos, investigaron en los tipos de vivienda prefabricada y colectiva.
La muerte de Franco y la vuelta de la democracia trajo un nuevo optimismo arquitectónico al país a finales de los 70 y en los 80. El regionalismo crítico se convirtió en la escuela dominante para la arquitectura seria. El flujo de dinero proveniente de la Unión Europea, el turismo y una economía floreciente, fueron campo fértil para la arquitectura española. Una nueva generación de arquitectos emergió, entre los que se cuentan Enric Miralles, Carme Pinós, y el arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava. Los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, ambos en 1992, impulsaron internacionalmente aún más la reputación de España, hasta el punto de que muchos arquitectos de países en recesión se desplazaron a España para participar en este auge. En reconocimiento al apoyo a la arquitectura realizado por la Ciudad de Barcelona, el Royal Institute of British Architects le entregó la Royal Gold Medal en 1999, la primera vez en la historia que el premio se entregaba a una ciudad.
Bilbao atrajo a la Fundación Solomon R. Guggenheim para construir una nueva galería que abrió sus puertas en 1997. Diseñado por Frank Gehry en estilo deconstructivista, el Museo Guggenheim de Bilbao se ha hecho famoso mundialmente y por sí solo ha aumentado el prestigio mundial de Bilbao. El éxito del museo al crear una arquitectura icónica se conoce en la planificación urbana como el «efecto Bilbao».
Texto: Mª Dolores Granja en Wikillerato y wikipedia
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El racionalismo, también llamado Estilo internacional o Movimiento moderno, fue un estilo arquitectónico que se desarrolló en todo el mundo entre 1925 y 1965, aproximadamente. Suele ser considerado como la principal tendencia arquitectónica de la primera mitad del siglo xx. Fue un movimiento de amplio alcance internacional, que se desarrolló por toda Europa, Estados Unidos y numerosos países del resto del mundo. Entre sus figuras sobresalen: Walter Gropius, Ludwig Mies van der Rohe, Le Corbusier, Jacobus Johannes Pieter Oud, Richard Neutra, Rudolf Schindler, Philip Johnson, Alvar Aalto, Eliel y Eero Saarinen, Erik Gunnar Asplund, Josep Lluís Sert, Louis Kahn, Pier Luigi Nervi, Gio Ponti, Kenzō Tange, Lúcio Costa y Oscar Niemeyer.
Esta corriente buscaba una arquitectura fundamentada en la razón, de líneas sencillas y funcionales, basadas en formas geométricas simples y materiales de orden industrial (acero, hormigón, vidrio), al tiempo que renunciaba a la ornamentación excesiva y otorgaba una gran importancia al diseño, que era igualmente sencillo y funcional. La arquitectura racionalista tuvo una estrecha relación con los adelantos tecnológicos y la producción industrial, especialmente por la defensa acérrima de dicha relación preconizada por Walter Gropius desde la fundación de la Bauhaus en 1919. También abogó por la utilización de elementos prefabricados y módulos desmontables. Su lenguaje formal se basaba en una geometría de líneas simples, como el cubo, el cono, el cilindro y la esfera, y defendía el uso de planta y fachada libres y la proyección del edificio de dentro hacia fuera. Una de sus principales premisas era el funcionalismo, una teoría que postulaba la subordinación del lenguaje arquitectónico a su función, sin considerar su aspecto estético o cualquier otra premisa secundaria.
Tal como indica su denominación de «Movimiento moderno», fue un estilo comprometido con los valores de la modernidad, en paralelo a las denominadas «vanguardias artísticas» que se desarrollaban en ese momento en artes plásticas. Fue un movimiento preocupado por la mejora de la sociedad, por influir en mejorar la vida de la gente, a través de un lenguaje innovador que supuso una ruptura con la tradición en busca de una nueva forma de construir, de una nueva forma de interpretar la relación del ser humano con su entorno y de buscar nuevas soluciones que solventasen el problema del aumento de la población en las grandes ciudades. Para ello se valió no solo de los aportes teóricos, las nuevas formas de concebir los espacios y de utilizar el diseño como herramienta para aunar funcionalidad y estética, sino también de los adelantos técnicos e industriales, de la utilización de nuevas técnicas y de nuevos materiales.
Además de la arquitectura, este movimiento se interesó por el urbanismo y el diseño. También fomentó la teoría arquitectónica y la organización de congresos y conferencias para la difusión del nuevo movimiento, lo que se concretó en la constitución en 1928 del Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM), así como su cuerpo ejecutivo, el Comité Internacional para la Resolución de los Problemas de la Arquitectura Contemporánea (CIRPAC).
La Staatliches Bauhaus (Casa de la Construcción Estatal) o simplemente la Bauhaus, fue la escuela de diseño, arte y arquitectura fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar (Alemania) y clausurada por las autoridades prusianas (en manos del partido nazi) en el año 1933. El nombre Bauhaus deriva de la unión de las palabras en alemán Bau, "de la construcción", y Haus, "casa"; irónicamente, a pesar de su nombre y del hecho de que su fundador fue un arquitecto, la Bauhaus no tuvo un departamento de arquitectura en los primeros años de su existencia.
Sus propuestas y declaraciones de intenciones participaban de la idea de una necesaria reforma de las enseñanzas artísticas como base para una consiguiente transformación de la sociedad de la época, de acuerdo con la ideología socialista de su fundador. La primera fase (1919-1923) fue idealista y romántica, la segunda (1923-1925) mucho más racionalista y en la tercera (1925-1929) alcanzó su mayor reconocimiento, coincidiendo con su traslado de Weimar a Dessau. En 1930, bajo la dirección de Mies van der Rohe, se trasladó a Berlín donde cambió por completo la orientación de su programa de enseñanza.
La Bauhaus sentó las bases normativas y patrones de lo que hoy conocemos como diseño industrial y gráfico; puede decirse que antes de la existencia de la Bauhaus estas dos profesiones no existían tal y como fueron concebidas dentro de esta escuela. Sin duda la escuela estableció los fundamentos académicos sobre los cuales se basaría en gran medida una de las tendencias más predominantes de la nueva Arquitectura Moderna, incorporando una nueva estética que abarcaría todos los ámbitos de la vida cotidiana: desde la silla en la que usted se sienta hasta la página que está leyendo (von Eckardt).
La arquitectura Bauhaus se desarrolló después de la Primera Guerra Mundial. Se basa en formas simétricas de orígenes grecolatinos. También incluye aspectos del Renacimiento Clásico. Mark Lawliette comenzó esta revolución hacia la arquitectura. Él quiso expandir su arte a través de la prestigiosa escuela Bauhaus, siendo uno de los más importantes participantes de este maravilloso movimiento que cambió el modo de apreciación hacia la arquitectura de esa y nuestra época. Algunas de sus más famosas creaciones fueron: El Yvoliette, Le Pour Leyette, Jauquelyn, Açufrenchais, todos ellos situados en este momento en el museo Madame Tussaud. En su mayoría consta de formas triangulares y rectas que ayudan a apreciar la rigides del carácter que impuso Lawliette. Sus colores son opcionales, pero generalmente se utilizan tonos marrones y rojos oscuros, aunque hay excepciones como por ejemplo en el famoso Jauquelyn, en el cual se utilizaron colores fuertes en los que predominaba el azul cielo y el magenta. Después de haber aportado tanto a este arte Lawliette, a sus 46 años de edad, murió de tuberculosis. En esa misma época se produjo un cambio drástico en la arquitectura, cambiando así de formas triangulares a obaladas y rectangulares entre otros aspectos. Por ello hoy en día no es muy conocido el nombre de este gran artista que sin lugar a duda fue uno de los más importantes en este sector.
La arquitectura orgánica u organicismo arquitectónico es una filosofía de la arquitectura que promueve la armonía entre el hábitat humano y el mundo natural. Mediante el diseño busca comprender e integrarse al sitio, los edificios, los mobiliarios, y los alrededores para que se conviertan en parte de una composición unificada y correlacionada.
Los arquitectos Gustav Stickley, Antoni Gaudí, Frank Lloyd Wright, Alvar Aalto, Louis Sullivan, Bruce Goff, Rudolf Steiner, Bruno Zevi, Hundertwasser, Juan O'Gorman, Samuel Flores Flores, Imre Makovecz, Javier Senosiain y Antón Alberts son los mayores exponentes de la denominada arquitectura orgánica.
El estilo orgánico es un movimiento arquitectónico que se deriva del funcionalismo o racionalismo y que puede considerarse promovido fundamentalmente por los arquitectos escandinavos en la década 1930-40 y por el arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright.
El movimiento acepta muchas de las premisas del racionalismo, como son la planta libre, el predominio de lo útil sobre lo meramente ornamental, la incorporación a la arquitectura de los adelantos de la era industrial, pero procura evitar algunos de los errores en que cae el racionalismo y aportar nuevos valores a la arquitectura.
Pueden considerarse a Erik Gunnar Asplund en Suecia, a Hugo Häring en Alemania y a Alvar Aalto en Finlandia como los principales propugnadores de esta corriente, cuyas ideas fundamentales podrían resumirse de la forma siguiente:
Se conoce como arquitectura posmoderna a una tendencia arquitectónica que se inicia en los años 1950, y comienza a ser un movimiento a partir de los años 1970, continuando su influencia hasta nuestros días. El posmodernismo se dice que está anunciado por el regreso de "el ingenio, el ornamento y la referencia" de la arquitectura, en respuesta al formalismo causado por el Estilo Internacional del movimiento moderno. Al igual que con muchos movimientos culturales, algunas de las ideas más pronunciadas y visibles del posmodernismo se pueden ver en la arquitectura. Las formas y espacios funcionales y formalizados del estilo moderno se sustituyen por diversas estéticas: los estilos colisionan, la forma se adopta por sí misma y abundan las nuevas formas de ver estilos familiares y espacios. Quizás siendo lo más obvio, los arquitectos redescubrieron el valor expresivo y simbólico de los elementos arquitectónicos y las formas que se habían desarrollado través de siglos de construcción, que habían sido abandonados por el estilo moderno.
Ejemplos de influencias a gran escala en la arquitectura posmoderna son el Edificio Portland de Michael Graves en Portland (Oregón), y el Edificio Sony (originalmente Edificio AT&T ) de Philip Johnson, en la Ciudad de Nueva York, que toman prestados elementos y referencias del pasado y vuelven a introducir el color y el simbolismo de la arquitectura.
La arquitectura posmoderna también es definida como "neoecléctica" donde la referencia y el ornamento han vuelto a la fachada, en sustitución de los estilos agresivos modernos sin ornamentos. Este eclecticismo se combina frecuentemente con el uso de ángulos no ortogonales y superficies inusuales. Las más destacadas en estos aspectos son la Nueva Galería Estatal de Stuttgart de James Stirling y la Piazza d'Italia de Charles Willard Moore. El Edificio del Parlamento de Escocia en Edimburgo también se han citado como de moda posmoderna.
Una de las formas de construcción que caracteriza explícitamente a la posmodernidad es el tradicional tejado a dos aguas, en lugar de una azotea plana ícono de la modernidad. Derramar el agua lejos del centro del edificio, debido a la forma del techo, siempre cumplió con un objetivo funcional en los climas lluviosos y nivales, y era una manera lógica para conseguir grandes tramos con elementos estructurales más cortos, sin embargo, era relativamente raro en las casas modernas. Sin embargo, las raíces modernas propias del posmodernismo aparecen en algunos de los ejemplos notables de techos "recuperados". Por ejemplo la Vanna Venturi House de Robert Venturi, rompe el tejado en el medio, negando la funcionalidad de la forma, y el 1001 de la Quinta Avenida en Manhattan que anuncia una forma de techo abuhardillado evidentemente plano, con frente falso. Otra alternativa para los techos planos de la modernidad sería exagerar un techo tradicional para llamar la atención incluso más a esta, como la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias de Kallmann McKinnell & Wood en Cambridge, Massachusetts, teniendo tres niveles de techo bajo a cuatro aguas constituyéndose uno encima de otro para una declaración enfática de refugio.
Los objetivos de la posmodernidad, incluyen la resolución de los problemas del Modernismo, la comunicación de los significados con ambigüedad, y la sensibilidad para el contexto del la construcción, están sorprendentemente unidos por un período de edificios proyectados por arquitectos que nunca colaboraron en gran medida entre sí. Los objetivos, sin embargo, dejan espacio para diversas implementaciones que pueden ser ilustradas por los diversos edificios creados durante el movimiento. Las características del postmodernismo permite su propósito de ser expresado de diversas maneras. Estas características incluyen el uso de formas esculturales, adornos, antropomorfismo y materiales que llevan a cabo un trampantojo. Estas características del significado son el pluralismo, la doble codificación, los arbotantes y los techos altos, la ironía y la paradoja, y el contextualismo.
Las formas esculturales, no necesariamente orgánicas, se han creado con mucho ardor. Estos se pueden ver en el Museo Abteiberg (1972-1982) de Hans Hollein. El edificio se compone de unidades de construcción diversas, todas muy diferentes. Las formas de cada edificio no son como las que conforman rígidas el modernismo. Estas formas son esculturales y son un poco juguetonas. Las mismas no se reducen a un mínimo absoluto, sino que se construyen y se forman por sí mismas. Las unidades de construcción encajan entre sí de una manera muy orgánica, que realza el efecto de las formas.
Después de muchos años de abandono, el ornamento retorna. La Venice Beach house de Frank Gehry construida en 1986, está llena de pequeños detalles ornamentales que se han considerado excesivos e innecesarios en el modernismo. La Venice Beach House cuenta con un conjunto de troncos circulares existentes principalmente para la decoración. Los troncos en la parte superior tienen un propósito menor de sostener los cubre ventanas. Sin embargo, el mero hecho de que podría haber sido sustituido por un clavo prácticamente invisible, hace que su existencia principalmente ornamental. El ornamento en el Edificio de Servicios Municipales de Portland (Edificio Portland) (1980) es aún más prominente. Las dos formas triangulares impulsadas hacia afuera son principalmente ornamentales. Existen por razones estéticas o de objetivo propio. El posmodernismo, con su sensibilidad al contexto de la construcción no excluye las necesidades de los seres humanos con respecto a la construcción. El Cementerio Brion (1970-72) de Carlo Scarpa ejemplifica esto. La necesidades de recursos humanos de un cementerio es que posee un carácter solemne, sin embargo, no debe hacer que el visitante se deprimen. El cementerio de Scarpa logra el estado de ánimo solemne con los colores desvaídos de gris de las paredes y las formas perfectamente definidas, pero la hierba de color verde brillante impide que esto sea demasiado abrumador.
Construcciones posmodernas en ocasiones utilizan trampantojos, creando la ilusión de espacio o de profundidad donde no existen realmente, como se ha hecho por los pintores desde los romanos. El edificio Portland (1980) tiene pilares representados en el lado del edificio que hasta cierto punto parecen ser reales, pero no lo son.
El museo de arte Hood (1981–1983) cuenta con una típica fachada simétrica, que fue en el momento prevalente en todo los edificios posmodernos.
La Vanna Venturi House (1962–64) de Robert Venturi ilustra el objetivo posmodernista de comunicar un significado y las características de simbolismo. La fachada es, según Venturi, una imagen simbólica de una casa, mirando hacia atrás al siglo XVIII. Esto se consigue en parte mediante el uso de simetría y el arco sobre la entrada.
Quizás el mejor ejemplo irónico en las construcciones posmodernas es la Piazza d'Italia (1978) de Charles Moore. Moore cita (arquitectónicamente) los elementos del Renacimiento italiano y de la Antigüedad romana. Sin embargo, lo hace con una torcedura. La ironía llega cuando se observa que los pilares están cubiertos con acero. También es paradójico en la forma en que cita a la antigüedad italiana lejos de la original de Nueva Orleans.
La codificación doble da significado a las construcciones de transmitir significados de manera simultánea. El Edificio Sony en Nueva York hace esto muy bien. El edificio es un rascacielos que lleva consigo connotaciones de una tecnología muy moderna. Sin embargo, la parte superior contradice esto. La sección superior transmite los elementos de la antigüedad clásica. Esta doble codificación es un rasgo predominante de la posmodernidad.
Las características de la posmodernidad se unificaron en lugar teniendo en cuenta sus diversas apariciones. El más notable entre sus características son sus lúdicas formas extravagantes y el humor de los significados que se transmiten en las edificaciones.
Otra característica de la arquitectura postmoderna es la "arquitectura líquida" la que se caracteriza por la búsqueda de la supresión de la distancia que existe entre el espacio habitado por el hombre y la casa diseñada por el arquitecto. La arquitectura líquida remite su definición hacia la transformación constante del espacio, que en una condición inestable como la de los líquidos, es capaz de absorber las necesidades del ser. Durante las últimas décadas del siglo XX y el naciente siglo XXI se ha afianzado la concepción de una sociedad diversa, múltiple, compleja y, por tanto, inabarcable en una sola idea de habitar. Dentro de este contexto, la arquitectura, como expresión fiel de la sociedad, ha entrado en este proceso de quiebre o licuefacción de los sólidos modernos. Por ello, los espacios contemporáneos poseen una maleabilidad a la que Luis Arenas e Ignasi de Solà-Morales han calificado como liquidez, en respuesta a la sociedad que representan y su variabilidad en el tiempo. La investigación presentada se enfoca en la localización de espacios líquidos en obras japonesas contemporáneas. Esta arquitectura está llena de ideas renovadas de la tradición arquitectónica oriental, de donde se extrajeron estrategias proyectuales que aproximan la definición del espacio desde una perspectiva líquida.
En 1892 Arturo Soria publica su proyecto de Ciudad Lineal, que se extendería entre las ciudades núcleo existentes. Soria se inspiró en el pensamiento de Fourier y de Fernández de los Ríos y se adelantó en seis años al movimiento de las ciudades-jardín de Howard, que vería la luz en 1898. La Ciudad Lineal nació de la superación del concepto de ensanche y su objetivo era construir una ciudad nueva, saludable, que mejorase la calidad de vida de sus habitantes, vertebrada en torno a una amplia avenida central en la que el tranvía actuaba como elemento de cohesión. Las viviendas se pensaron desde el principio unifamiliares, con grandes extensiones de jardín, huertos y zonas verdes. En la Ciudad Lineal habría lugar para la diferencia social, no todas las casas tenían por qué ser iguales, pero a diferencia de otros proyectos, no se relegaba a los menos pudientes a lejanos suburbios, sino a una segunda o tercera fila, siempre cerca de la avenida principal y del transporte. La dotación de servicios como escuelas o comercios fue otro punto de atención.
No solamente enunció un programa de ciudad ideal, sino que creó una compañía privada para llevarlo a la práctica. Pero en lugar de unir dos ciudades núcleo, como era la idea original, creó un anillo urbano de circunvalación que debería construirse en torno a Madrid. Los futuros habitantes podrían participar como propietarios de acciones de la entidad, en función de su capacidad económica. Un órgano de comunicación, "La Ciudad Lineal" se encargaba de difundir el proyecto y la ideología subyacente.
El primer tramo de la Ciudad Lineal se acabó, tras superar muchas dificultades financieras en 1911. El resultado fue la creación de una zona residencial y de recreo, en la que la burguesía gustaba de pasar los meses de verano, en el actual distrito de Ciudad Lineal. La Compañía Madrileña de Urbanización, como se llamaba la creada por Arturo Soria, siguió funcionando y explotando la línea de tranvía que daba servicio a la Ciudad lineal hasta 1951, en que acabó siendo absorbida por la Empresa Municipal de Transportes (EMT).
Ese modelo tuvo una buena acogida en Cataluña donde se plantearon al menos tres proyectos: una barriada en Barcelona, una articulación del eje Reus-Tarragona-Salou (que hubiera sido mucho más acorde con la idea inicial de Soria) y una colonia agrícola en Vilanova, que no llegaron a realizarse.
En Madrid, el ingeniero municipal Pedro Núñez Granés, intento unir de forma coherente la ciudad con los núcleos periféricos. El plan de Núñez Granés se terminó de elaborar en 1909, pero no recibió la aprobación municipal hasta 1916. Una ancha avenida transcurría en paralelo al paseo de ronda en la parte norte, y una vía de circunvalación discurría como cierre del proyecto por parte del trazado de la actual M-30. La prolongación de la Castellana, debía llevarse a cabo eliminando el hipódromo y corrigiendo su alineación para que tomase la orientación sur-norte. Este proyecto no llegó a realizarse, pero la idea de prolongación de la Castellana había calado en el ayuntamiento y fue uno de los puntos del pliego de condiciones del concurso que se convocaría en 1928.
En los primeros años del siglo XX, en Barcelona se manifestaba la necesidad de articular el ensanche Cerdá con la periferia. Se convocó un concurso público que ganó en 1905 el arquitecto francés Léon Jaussely. Se trata de un plano basado en grandes figuras geométricas, combinación de rectas y curvas. No es extraño, puesto que Jaussely partía de la crítica generalizada al plan Cerdá. La regularidad del trazado en damero desaparecía a favor de composiciones oblicuas. Este proyecto no prosperó, pero Jaussely participó en la confección del definitivo Plan de Enlaces de 1917, en el que quedó recogida su idea de un cinturón de ronda.
Hasta 1923, con el Estatuto Municipal, publicado siendo ministro de Gobernación Calvo Sotelo, imponía la obligación a las grandes ciudades de elaborar un plan general que ordenase el crecimiento.
En últimos años de la década de los 20 aparece una nueva generación de arquitectos, influidos por las corrientes del racionalismo. En esta generación destacan por su actividad urbanística Secundino Zuazo y Fernando García Mercadal. Este segundo, es el principal introductor en España del racionalismo centroeuropeo. En 1926, recibió clases de urbanismo de Hermann Jansen, y en 1929 trabajó en el estudio de Zuazo. García Mercadal puso en contacto al arquitecto bilbaíno con el alemán, y ambos concurrieron con un proyecto conjunto al concurso convocado por el ayuntamiento de Madrid, para la urbanización del extrarradio. El concurso se declaró desierto, por considerar el jurado que ningún proyecto cumplía todas las condiciones.
En España, el modernismo tuvo su centro en Barcelona. Cuando la ciudad de Barcelona se amplió más allá de sus límites históricos, resultando el Ensanche de Ildefonso Cerdá, en el que se desarrollará el llamado modernismo catalán o modernisme. El modernisme rompió con estilos anteriores y empleó para su inspiración formas orgánicas, al igual que hacía el Art Nouveau en Francia y el Jugendstil en Alemania. El arquitecto más famoso es Antoni Gaudí, cuya obra en Barcelona (los más conocidos La Sagrada Familia, el Parque Güell, la Casa Milà y la Casa Batlló) y en otros lugares de España (Capricho de Gaudí, Casa Botines y Palacio Episcopal de Astorga) mezcla la arquitectura tradicional con otros estilos nuevos, siendo precursor de la arquitectura moderna. Otros arquitectos catalanes notables de la época fueron Lluís Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch.
El modernismo también tuvo desarrollo en otras ciudades de Cataluña, como Tarrasa (Masía Freixa y Fábrica Vapor Aymerich, Amat i Jover) y Reus (Casa Navàs), y del resto de España, como Teruel (Casa El Torico o Casa La Madrileña), Zaragoza (Casino Mercantil o Quiosco de la música) o Comillas, donde, aparte del Capricho de Gaudí, se puede admirar la Universidad Pontificia Comillas, en Melilla ciudad al otro lado del estrecho , de la mano de Enrique Nieto y con innumerables construcciones de gran valor , llegando a ser la segunda ciudad de España con mayor número de edificios modernistas y art deco.
La creación en 1928 del grupo GATCPAC en Barcelona, seguido de la creación del GATEPAC (1930) por arquitectos principalmente de Zaragoza, Madrid, San Sebastián y Bilbao, estableció dos grupos de jóvenes arquitectos que seguían los dictados de la arquitectura moderna en España. Josep Lluís Sert, Fernando García Mercadal, José Manuel Aizpurúa y Joaquín Labayen entre otros, se organizaron en tres grupos regionales. Otros arquitectos exploraron el estilo moderno desde puntos de vista particulares: Casto Fernández Shaw con su trabajo visionario, casi todo en papel, Josep Antoni Coderch, con su integración de la vivienda mediterránea y los conceptos del nuevo estilo o Luis Gutiérrez Soto, muy influenciado por tendencias expresionistas.
En la Exposición Internacional de 1929 de Barcelona el Pabellón alemán diseñado por Mies van der Rohe y Lilly Reich se convirtió instantáneamente en un icono; amalgamando el minimalismo y nociones de fidelidad a los materiales con influencias de De Stijl en el tratamiento de los planos en el espacio. El famoso techo se cierne sobre el espectador aparentemente sin soportes.
Durante y después de la Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial, España estuvo aislada política y económicamente. Como consecuencia, unido a la preferencia de Franco por un «tipo de kitsch nacionalista clásico y mortecino», la creación de arquitectura vanguardista fue suprimida en su mayoría. Sin embargo, en las obras de algunos arquitectos pudieron coexistir la aprobación oficial y el avance del diseño arquitectónico, como es el caso de Luis Gutiérrez Soto, interesado en la tipología y la distribución racional de los espacios, cuya prolífica obra alterna con facilidad el redescubrimiento de estilos históricos con un estilo racionalista, o los encargos de los Sindicatos Verticales a Francisco de Asís Cabrero. Los logros de Luis Moya Blanco en la construcción de bóvedas de ladrillo también merecen una mención; su interés en la construcción tradicional en ladrillo lo llevó a un estudio profundo de las posibilidades formales modernas del material, destacando su uso de la bóveda tabicada.
En las últimas décadas de la vida de Franco, una nueva generación de arquitectos rescató con fuerza el legado del GATEPAC: Alejandro de la Sota fue pionero en este nuevo camino, y jóvenes arquitectos como Francisco Javier Sáenz de Oíza, Fernando Higueras y Miguel Fisac, a menudo con presupuestos modestos, investigaron en los tipos de vivienda prefabricada y colectiva.
La muerte de Franco y la vuelta de la democracia trajo un nuevo optimismo arquitectónico al país a finales de los 70 y en los 80. El regionalismo crítico se convirtió en la escuela dominante para la arquitectura seria. El flujo de dinero proveniente de la Unión Europea, el turismo y una economía floreciente, fueron campo fértil para la arquitectura española. Una nueva generación de arquitectos emergió, entre los que se cuentan Enric Miralles, Carme Pinós, y el arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava. Los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, ambos en 1992, impulsaron internacionalmente aún más la reputación de España, hasta el punto de que muchos arquitectos de países en recesión se desplazaron a España para participar en este auge. En reconocimiento al apoyo a la arquitectura realizado por la Ciudad de Barcelona, el Royal Institute of British Architects le entregó la Royal Gold Medal en 1999, la primera vez en la historia que el premio se entregaba a una ciudad.
Bilbao atrajo a la Fundación Solomon R. Guggenheim para construir una nueva galería que abrió sus puertas en 1997. Diseñado por Frank Gehry en estilo deconstructivista, el Museo Guggenheim de Bilbao se ha hecho famoso mundialmente y por sí solo ha aumentado el prestigio mundial de Bilbao. El éxito del museo al crear una arquitectura icónica se conoce en la planificación urbana como el «efecto Bilbao».
Texto: Mª Dolores Granja en Wikillerato y wikipedia
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