¿Qué puedo hacer?
La membrana plasmática, en general, está formada por lípidos, proteínas y en menor cantidad glúcidos.
Forman la estructura de la bicapa lipídica. Incluyen a:
Los lípidos no están dispuestos del mismo modo en cada una de las dos capas, por lo que tiene una disposición asimética.
Como ya hemos dicho, la membrana no es una estructura estática, sino que los fosfolípidos tienen cierto movimiento, lo que da fluidez a la membrana.
Los movimientos que pueden realizar los lípidos son:
La fluidez que tiene la membrana por tener estos movimientos le permite autorrepararse (si sufre una rotura), fusionarse con cualquier otra membrana, o por endocitosis, formar una vesícula a partir de la membrana.
Aportan a la membrana sus funciones específicas y son características de cada especie. Como los lípidos, también tienen movimientos de difusión lateral lo que da mayor fluidez de la membrana. La mayoría de las proteínas tienen estructura globular. Hay dos tipos:
Las proteínas de la membrana intervienen en el intercambio de sustancias.
Situados en el lado exterior de la membrana, intervienen en funciones de reconocimiento celular. Están unidos a lípidos o a proteínas formando glucolípidos y glucoproteínas.
Los glúcidos constituyen el glucocálix, una membrana de secreción en las células animales formada por dos capas: una, junto a la membrana plasmática de textura amorfa, y otra, externa, de aspecto fibroso y espesor variable.
Cada cara de la membrana plasmática tiene distinta composición química, por lo que se dice que las membranas son asimétricas, pudiéndose distinguir la cara interna y externa de la membrana por su composición.
Singer y Nicholson (1972), propusieron el modelo de mosaico fluido. Este modelo considera que:
La membrana plasmática es como un mosaico fluido, donde los lípidos se disponen formando una bicapa de fosfolípidos, situados con sus cabezas hidrofílicas hacia el medio externo o hacia el citosol, y sus colas hidrofóbicas dispuestas en empalizada. Las proteínas se intercalan en esa bicapa de lípidos dependiendo de las interacciones con las regiones de la zona lipídica. Existen tres tipos de proteínas según su disposición en la bicapa:
Las membranas son estructuras asimétricas en cuanto a la distribución de todos sus componentes químicos: lípidos, proteínas y glúcidos.
La membrana no es una estructura rígida, sino fluida, y permite el movimiento de las proteínas dentro de la bicapa lipídica.
Como los lípidos, las proteínas integrales también son anfipáticas, ya que presentan zonas hidrófilas e hidrófobas, por lo que pueden estar parcialmente embebidas en la bicapa.
El que la membrana tenga mayor o menor fluidez depende de varios factores:
Las funciones más importantes de la membrana plasmática son:
Transporte a través de la membrana plasmática
La membrana plasmática no aísla completamente a la célula, sino que se encarga de regular el transporte de sustancias con el medio externo. El transporte puede ser:
En algunas zonas de la membrana, las células pueden presentar adaptaciones específicas según la función desempeñada por la célula, como por ejemplo, aumentar la superficie celular. Algunas de estas diferenciaciones son:
La membrana plasmática limita el medio intracelular y el extracelular. El medio interno está compuesto por una solución líquida denominada hialoplasma o citosol y los orgánulos celulares. La parte de la célula contenida entre la membrana plasmática y la membrana nuclear, ocupada por el citosol y todos los orgánulos se denomina citoplasma.
El citosol o matriz citoplasmática es el líquido que se localiza dentro de las células. Constituye la mayoría del fluido intracelular.
En las células eucariotas, el citosol se encuentra dentro de la membrana celular y está incluido en el citoplasma, pero no está dentro de los orgánulos ni del núcleo.
En las células eucariotas, el citosol o hialoplasma ocupa la mayor parte del volumen celular.
El citosol está compuesto por entre un 70 y un 75% de agua, formando una disolución coloidal el resto de sus componentes: prótidos (aminoácidos, enzimas, proteínas estructurales, etc.), lípidos, glúcidos (polisacáridos, monosacáridos, etc.), ácidos nucleicos (nucleótidos, nucleósidos, ARNt, ARNm, ATP, etc.), productos del metabolismo y sales minerales disueltas.
El contenido de agua en el citosol es variable, ya que puede mostrar dos estados con consistencia diferente: el estado gel, de consistencia viscosa y el estado sol, de consistencia fluida. La célula puede cambiar el estado del citosol de sol a gel o viceversa, según las necesidades de la célula. Estos cambios permiten el movimiento ameboide con el que la célula puede desplazarse.
En células procariotas, la mayoría de las reacciones químicas del metabolismo se realizan en el citosol, y otras ocurren en las membrana. En eucariotas, aunque muchas rutas metabólicas ocurren en el citosol, otras se realizan en los orgánulos.
El citosol interviene en la regulación del pH intracelular.
Las proteínas del citosol actúan como enzimas fundamentales para la vida de la célula por su intervención en procesos metabólicos:
Todos estos procesos requieren la comunicación entre el nucleoplasma y el citosol, que se realiza por los poros de la membrana nuclear.
El citoesqueleto está formado por una red de filamentos proteicos que se extiende por todo el interior de la célula hasta la parte interna de la membrana plasmática. No es una estructura permanente, sino dinámica, que se descompone y reconstruye continuamente según las necesidades celulares.
Antes se creía que era exclusivo de las células eucariotas, pero actualmente se sabe que las procariotas tienen otro citoesqueleto similar.
El citoesqueleto está formado por:
Estos filamentos aparecen asociados con otras proteínas, originando estructuras más complejas, permitiendo los movimientos celulares, como la contracción muscular, producida por filamentos de actina, y el movimiento de cilios y flagelos, que dependen de los microtúbulos.
Texto:
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La membrana plasmática, en general, está formada por lípidos, proteínas y en menor cantidad glúcidos.
Forman la estructura de la bicapa lipídica. Incluyen a:
Los lípidos no están dispuestos del mismo modo en cada una de las dos capas, por lo que tiene una disposición asimética.
Como ya hemos dicho, la membrana no es una estructura estática, sino que los fosfolípidos tienen cierto movimiento, lo que da fluidez a la membrana.
Los movimientos que pueden realizar los lípidos son:
La fluidez que tiene la membrana por tener estos movimientos le permite autorrepararse (si sufre una rotura), fusionarse con cualquier otra membrana, o por endocitosis, formar una vesícula a partir de la membrana.
Aportan a la membrana sus funciones específicas y son características de cada especie. Como los lípidos, también tienen movimientos de difusión lateral lo que da mayor fluidez de la membrana. La mayoría de las proteínas tienen estructura globular. Hay dos tipos:
Las proteínas de la membrana intervienen en el intercambio de sustancias.
Situados en el lado exterior de la membrana, intervienen en funciones de reconocimiento celular. Están unidos a lípidos o a proteínas formando glucolípidos y glucoproteínas.
Los glúcidos constituyen el glucocálix, una membrana de secreción en las células animales formada por dos capas: una, junto a la membrana plasmática de textura amorfa, y otra, externa, de aspecto fibroso y espesor variable.
Cada cara de la membrana plasmática tiene distinta composición química, por lo que se dice que las membranas son asimétricas, pudiéndose distinguir la cara interna y externa de la membrana por su composición.
Singer y Nicholson (1972), propusieron el modelo de mosaico fluido. Este modelo considera que:
La membrana plasmática es como un mosaico fluido, donde los lípidos se disponen formando una bicapa de fosfolípidos, situados con sus cabezas hidrofílicas hacia el medio externo o hacia el citosol, y sus colas hidrofóbicas dispuestas en empalizada. Las proteínas se intercalan en esa bicapa de lípidos dependiendo de las interacciones con las regiones de la zona lipídica. Existen tres tipos de proteínas según su disposición en la bicapa:
Las membranas son estructuras asimétricas en cuanto a la distribución de todos sus componentes químicos: lípidos, proteínas y glúcidos.
La membrana no es una estructura rígida, sino fluida, y permite el movimiento de las proteínas dentro de la bicapa lipídica.
Como los lípidos, las proteínas integrales también son anfipáticas, ya que presentan zonas hidrófilas e hidrófobas, por lo que pueden estar parcialmente embebidas en la bicapa.
El que la membrana tenga mayor o menor fluidez depende de varios factores:
Las funciones más importantes de la membrana plasmática son:
Transporte a través de la membrana plasmática
La membrana plasmática no aísla completamente a la célula, sino que se encarga de regular el transporte de sustancias con el medio externo. El transporte puede ser:
En algunas zonas de la membrana, las células pueden presentar adaptaciones específicas según la función desempeñada por la célula, como por ejemplo, aumentar la superficie celular. Algunas de estas diferenciaciones son:
La membrana plasmática limita el medio intracelular y el extracelular. El medio interno está compuesto por una solución líquida denominada hialoplasma o citosol y los orgánulos celulares. La parte de la célula contenida entre la membrana plasmática y la membrana nuclear, ocupada por el citosol y todos los orgánulos se denomina citoplasma.
El citosol o matriz citoplasmática es el líquido que se localiza dentro de las células. Constituye la mayoría del fluido intracelular.
En las células eucariotas, el citosol se encuentra dentro de la membrana celular y está incluido en el citoplasma, pero no está dentro de los orgánulos ni del núcleo.
En las células eucariotas, el citosol o hialoplasma ocupa la mayor parte del volumen celular.
El citosol está compuesto por entre un 70 y un 75% de agua, formando una disolución coloidal el resto de sus componentes: prótidos (aminoácidos, enzimas, proteínas estructurales, etc.), lípidos, glúcidos (polisacáridos, monosacáridos, etc.), ácidos nucleicos (nucleótidos, nucleósidos, ARNt, ARNm, ATP, etc.), productos del metabolismo y sales minerales disueltas.
El contenido de agua en el citosol es variable, ya que puede mostrar dos estados con consistencia diferente: el estado gel, de consistencia viscosa y el estado sol, de consistencia fluida. La célula puede cambiar el estado del citosol de sol a gel o viceversa, según las necesidades de la célula. Estos cambios permiten el movimiento ameboide con el que la célula puede desplazarse.
En células procariotas, la mayoría de las reacciones químicas del metabolismo se realizan en el citosol, y otras ocurren en las membrana. En eucariotas, aunque muchas rutas metabólicas ocurren en el citosol, otras se realizan en los orgánulos.
El citosol interviene en la regulación del pH intracelular.
Las proteínas del citosol actúan como enzimas fundamentales para la vida de la célula por su intervención en procesos metabólicos:
Todos estos procesos requieren la comunicación entre el nucleoplasma y el citosol, que se realiza por los poros de la membrana nuclear.
El citoesqueleto está formado por una red de filamentos proteicos que se extiende por todo el interior de la célula hasta la parte interna de la membrana plasmática. No es una estructura permanente, sino dinámica, que se descompone y reconstruye continuamente según las necesidades celulares.
Antes se creía que era exclusivo de las células eucariotas, pero actualmente se sabe que las procariotas tienen otro citoesqueleto similar.
El citoesqueleto está formado por:
Estos filamentos aparecen asociados con otras proteínas, originando estructuras más complejas, permitiendo los movimientos celulares, como la contracción muscular, producida por filamentos de actina, y el movimiento de cilios y flagelos, que dependen de los microtúbulos.
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