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Por Al-Ándalus se entiende el proceso de la conquista musulmana, y el posterior asentamiento de uno o varios estados islámicos en la península Ibérica. Anteriores a los musulmanes, se encontraba el pueblo visigodo, caracterizado por una fuerte y continua inestabilidad política debida al triunfo del caracter electivo a la hora de elegir al sucesor del rey (éste era elegido por un grupo de obispos y nobles), frente al deseo de los propios reyes de convertir la monarquía visigoda en hereditaria.
Rodrigo sucede a Witiza en el trono visigodo. En ese momento se produce la división de la nobleza. Es por ello que el conde don Julián (leyenda de los sucesos amorosos de don Rodrigo y la Cava, hija de Julián) pacta con el walí del norte de África,Musa (o Muza) la invasión musulmana en la península. Acto seguido, el berberisco Tarik (lugarteniente de Musa) procede a la invasión y vence al ejército visigodo de Don Rodigo en la batalla de Guadalete.
A partir de ahí lleva a cabo un período de conquista hasta establecer marcas fronterizas en Mérida,Toledo y Zaragoza. No logran avanzar a través de los Pirineos al ser vencidos por los francos (que posteriormente con Carlos Martell formarán el imperio Carolingio) en la batalla de Poitiers. A pesar de ello, aparecen dos núcleos de resistencia cristiana: en Asturias y en Navarra (posteriormente Reino de Navarra) Hispania pasará a convertirse en un Emirato dirigido por un walí, dependiente del califa de Damasco hasta el 756, donde el triunfo de los Omeya en la lucha entre las dos grandes dinastías (omeyas contra Abassidas o Abassíes) con Abderramán I , dará paso al Emirato Omeya o Emirato independiente de Bagdad.
Era un califato urbano aunque de mayoría campesina. Gran comercio y fabricación artesanal, siendo Córdoba además la capital europea con más habitantes de los siglos X y XI. La base económica se centraba en la agricultura y sobretodo, en la tríada mediterránea ( trigo, olivo y vid). Además, se traen muchos cultivos de Asia como cítricos, hortalizas, arroz, algodón... Predominan los nuevos inventos de cultivo como la noria y la alberca. El zoco fue el lugar de compra/venta de productos más importante de la ciudad.
La sociedad estaba dividida en creyentes (todos aquellos que son musulmanes) como los nobles, árabes y la administración. A su vez, había clase media, como los artesanos y comerciantes, y clase baja, como los campesinos y mudéjares. En el último escalón de creyentes se encontraban los esclavos y las mujeres.
En los no creyentes se encontraban los judíos, dedicados a la medicina, al comercio y a la artesanía, además de los mozárabes (cristianos convertidos al Islam con el paso del tiempo). Éstos dos grupos tenían impuestos especiales.
La España musulmana tuvo un desarrollo notable en la cultura. La creación de redes de escuelas y universidades contribuyó la atracción de la cultura andalusí, que ejerció sobre los reinos cristianos.
El islam dejó su huella más característica en la arquitectura. La mezquita de Córdoba y la Alhambra de Granada son dos ejemplos de ésta, que así pudo surgir el arte hispanoárabe, que añadió elementos específicos a la tradición arquitectónica islámica: el arco de herradura, los arcos policromados, los mosaicos y la ornamentación en relieves de yeserías.
En Al-Ándalus predominaba la mezcla de todos los pueblos anteriormente conquistados de oriente y occidente. Además, fue enormemente influenciada por la religión además de favorecida por una lengua común, el árabe. Ésto facilitaba enormemente la comunicación en toda la península.
Se crearon muchas universidades, siendo Al-Hakam II y su corte de intelectuales un centro cultural enorme.
Al-Andalus fue un puente cultural entre occidente y oriente. Los musulmanes desatacron en lliteratura, ciencia (matemáticas, trigonometría, medicina, astronomía, anatomía...) además de química y gastronomía (cristalizaron el azúcar).
Además, traen descubrimientos como la brújula, desde China. Son los principales traductores de textos griegos. Gracias a ellos conocemos sobre filósofos antiguos.
El reino de los Astures (en latín, Asturum Regnum) o reino de Asturias fue la primera entidad política cristiana establecida en la península ibérica después del colapso del reino visigodo de Toledo tras la desaparición del rey Rodrigo en la batalla de Guadalete y la subsiguiente conquista musulmana de la península ibérica. En sus primeras décadas, la extensión territorial del Reino de Asturias se limitó a los territorios de la cornisa cantábrica y sus comarcas adyacentes. Con posterioridad, los reyes asturianos iniciaron una vigorosa expansión que a principios del siglo X alcanzó el río Duero.
Se considera que la historia del reino se inició en el año 718, fecha probable de la elección de Don Pelayo como princeps o líder de los rebeldes. El final suele establecerse en el año 925, cuando Fruela II de Asturias sucedió a su hermano Ordoño II, quién gobernaba el Reino de León, fundado por su otro hermano Garcia I. El Reino de Asturias es el precedente histórico del Reino de León, de quién más tarde surgiría el Reino de Castilla y el Reino de Portugal.
El reino de León (en latín, regnum Legionense; en asturleonés, reinu de Llión; en gallego, reino de León; en portugués, reino de Leão) fue un reino medieval independiente situado en la región noroeste de la península ibérica. Fue fundado en el año 910 cuando los príncipes cristianos del reino de Asturias, en la costa norte de la península, trasladaron su capital desde Oviedo a la ciudad de León. Tuvo un papel protagonista en la Reconquista y en la formación de los sucesivos reinos cristianos del occidente peninsular. De él surgieron los condados de Castilla y Portucale, que posteriormente dieron lugar a los independientes reinos de Castilla en 1065, y Portugal, en 1139. Los territorios restantes de la corona leonesa se unieron con los del emergente reino castellano para formar la corona de Castilla en 1230.
El reino de Castilla (latín Regnum Castellae) fue uno de los reinos medievales de la península ibérica. Castilla surgió como entidad política autónoma en el siglo IX bajo la forma de condado vasallo de León, alcanzando la categoría de «reino» en el siglo xi. Su nombre se debió a la gran cantidad de castillos que se encontraban en la zona.
Durante el siglo x, sus condes aumentaron su autonomía, pero no fue hasta 1065 cuando se separó del Reino de León y se convirtió en un reino por derecho propio. Entre 1072 y 1157 se volvió a unir con León, y después de 1230 esta unión se hizo permanente. A lo largo de este período, los reyes castellanos realizaron extensas conquistas en el sur de Iberia a costa de los principados islámicos. Los reinos de Castilla y León, con sus adquisiciones del sur, pasaron a ser conocidos colectivamente como Corona de Castilla, término que también llegó a englobar la expansión ultramarina.
El reino de Navarra fue uno de los reinos medievales de Europa situado en ambas vertientes de los Pirineos occidentales, pero con la mayor parte de su territorio localizado al sur de la cordillera pirenaica, en el norte de la península ibérica. Fue el sucesor, desde 1162, del reino de Pamplona, fundado en torno a la capital navarra en 824, según afirman algunos historiadores.
Tras unos primeros años de expansión y la posterior merma territorial a manos de Castilla y Aragón, el Reino de Navarra se estabilizó con dos territorios diferenciados: la Alta Navarra, al sur de los Pirineos y en la que se encontraba la capital y la mayor parte de la población y los recursos, y la Baja Navarra o Navarra Continental, al norte de la cordillera pirenaica.
Entre 1234 y 1512 estuvo vinculado con el Reino de Francia, y dentro de su órbita, durante varios siglos a través de varias dinastías (Champaña, Capetos, Évreux y Foix). En algunas ocasiones directamente unido al trono francés (como con los Capetos) entre 1284 y 1328.
El matrimonio de Andregoto, hija del conde Galindo II de Aragón, con el rey García Sánchez I de Navarra, condujo a la unión de ambas entidades políticas. El Condado de Aragón siguió conservando una cierta personalidad que había sido reforzada por el renacer de la vida monástica y la organización de una diócesis coincidente con los límites del condado.
En 1035 Ramiro, hijo natural de Sancho III de Navarra y baiulus del condado de Aragón, incorporó a este los condados de Sobrarbe y Ribagorza, que habían estado bajo el gobierno de su hermano Gonzalo.
Fallecido Sancho, el condado se escindió del reino navarro y se constituyó en reino separado, aunque tutelado por el navarro gobernado por su hermano García Sánchez III. Limitado a los valles pirenaicos y vecino del más poderoso reino navarro y de la importante Taifa de Zaragoza, el aumento de la población y la sed de tierras para sus habitantes le impelían a expandirse, pese a su debilidad militar inicial.
La legitimidad de la nueva dinastía la lograron los reyes Sancho Ramírez y Pedro I al poner el reino bajo el amparo de la Santa Sede. Así el Reino de Aragón pasó a formar parte de los estados occidentales. La donación del reino al papa la realizó Sancho Ramírez en el 1068, para tratar de reforzar su posición ante sus hostiles vecinos, en ocasiones coligados contra él.
Con el progresivo fin de la dominación musulmana en el siglo IX, los condados se fueron desvinculando gradualmente de la tutela francesa y consiguieron una autonomía cada vez más amplia. Un punto de inflexión importante se produjo con Wifredo el Velloso, quien, como gobernante de cinco de los más grandes condados, reestructura el territorio y lo hace crecer con la repoblación de tierras. Aprovechando la crisis de la monarquía carolingia, a partir de Wifredo, los condes dejan de ser nombrados por el rey francés y pasan a un régimen sucesorio.
Con una sociedad de aire eminentemente feudal, se inició una importante expansión territorial, que empezó, en el tránsito de los siglos XI al XII, en tiempos del conde Ramón Berenguer III —el más importante entre los condes de esta zona—, y en diversas direcciones hacia los condados de su entorno. Fruto de esta expansión fue la incorporación de la llamada Cataluña Nueva, al sur y a poniente del río Llobregat y hasta la línea del Ebro, que fue conquistada y repoblada en el siglo XII.
La unión matrimonial del conde Ramón Berenguer IV, del casal de Barcelona, con Petronila, hija y heredera del rey de Aragón y transmisora de los derechos de su Casa, en 1137, posibilitó la formación de la Corona de Aragón.
La repoblación de los Reinos cristianos de la peniínsula Ibérica se lleva a cabo durante la Plena Edad Media (siglos XI al XIII), etapa en la cual dichos reinos se desarrollan dentro del marco de la Europa feudal. Hay que distinguir entre dos zonas:
Por un lado la repoblación de Castilla y León. Ésta se inició en la Alta Edad Media, siglo X, con el sistema de las presuras o aprisio que consiguió repoblar hasta el río Duero (tierra de nadie). Continuó en el siglo XI con Alfonso VI y Fernando I llegando así hasta el río Tajo, mediante la creación de concejos municipales,dotados de fueros, y capitulaciones. En el siglo XII con Alfonso VII se repobló la zona del Guadiana mediante el sistema de las ecomiendas de las Órdenes militares (Álcantara, Calatrava y Santiago) y finalmente la repoblacióon de esta zona concluyó en el siglo XIII con Alfonso VIII, llegando así ahasta el Guadalquivir y reino de Murcia, donde se crearon grandes concejos reales y se hicieron reparticiones de donadíos.
Por otra parte, la Repoblación de los reinos Periféricos (Valencia y Baleares) se inció en el siglo XI con sistema de capitulaciones, cartas puebla... llegando hasta el valle del Ebro. Posteriormente, en el XII mediante el sistema de las enconmiendas junto a capitulaciones se llegó a los cursos altos del Turia y el Júcar, y finalmente este proceso concluyó en el XIII con la repoblación del Segura y la incorporación de Valencia y Baleares, mediante la repartición de tierras.
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Por Al-Ándalus se entiende el proceso de la conquista musulmana, y el posterior asentamiento de uno o varios estados islámicos en la península Ibérica. Anteriores a los musulmanes, se encontraba el pueblo visigodo, caracterizado por una fuerte y continua inestabilidad política debida al triunfo del caracter electivo a la hora de elegir al sucesor del rey (éste era elegido por un grupo de obispos y nobles), frente al deseo de los propios reyes de convertir la monarquía visigoda en hereditaria.
Rodrigo sucede a Witiza en el trono visigodo. En ese momento se produce la división de la nobleza. Es por ello que el conde don Julián (leyenda de los sucesos amorosos de don Rodrigo y la Cava, hija de Julián) pacta con el walí del norte de África,Musa (o Muza) la invasión musulmana en la península. Acto seguido, el berberisco Tarik (lugarteniente de Musa) procede a la invasión y vence al ejército visigodo de Don Rodigo en la batalla de Guadalete.
A partir de ahí lleva a cabo un período de conquista hasta establecer marcas fronterizas en Mérida,Toledo y Zaragoza. No logran avanzar a través de los Pirineos al ser vencidos por los francos (que posteriormente con Carlos Martell formarán el imperio Carolingio) en la batalla de Poitiers. A pesar de ello, aparecen dos núcleos de resistencia cristiana: en Asturias y en Navarra (posteriormente Reino de Navarra) Hispania pasará a convertirse en un Emirato dirigido por un walí, dependiente del califa de Damasco hasta el 756, donde el triunfo de los Omeya en la lucha entre las dos grandes dinastías (omeyas contra Abassidas o Abassíes) con Abderramán I , dará paso al Emirato Omeya o Emirato independiente de Bagdad.
Era un califato urbano aunque de mayoría campesina. Gran comercio y fabricación artesanal, siendo Córdoba además la capital europea con más habitantes de los siglos X y XI. La base económica se centraba en la agricultura y sobretodo, en la tríada mediterránea ( trigo, olivo y vid). Además, se traen muchos cultivos de Asia como cítricos, hortalizas, arroz, algodón... Predominan los nuevos inventos de cultivo como la noria y la alberca. El zoco fue el lugar de compra/venta de productos más importante de la ciudad.
La sociedad estaba dividida en creyentes (todos aquellos que son musulmanes) como los nobles, árabes y la administración. A su vez, había clase media, como los artesanos y comerciantes, y clase baja, como los campesinos y mudéjares. En el último escalón de creyentes se encontraban los esclavos y las mujeres.
En los no creyentes se encontraban los judíos, dedicados a la medicina, al comercio y a la artesanía, además de los mozárabes (cristianos convertidos al Islam con el paso del tiempo). Éstos dos grupos tenían impuestos especiales.
La España musulmana tuvo un desarrollo notable en la cultura. La creación de redes de escuelas y universidades contribuyó la atracción de la cultura andalusí, que ejerció sobre los reinos cristianos.
El islam dejó su huella más característica en la arquitectura. La mezquita de Córdoba y la Alhambra de Granada son dos ejemplos de ésta, que así pudo surgir el arte hispanoárabe, que añadió elementos específicos a la tradición arquitectónica islámica: el arco de herradura, los arcos policromados, los mosaicos y la ornamentación en relieves de yeserías.
En Al-Ándalus predominaba la mezcla de todos los pueblos anteriormente conquistados de oriente y occidente. Además, fue enormemente influenciada por la religión además de favorecida por una lengua común, el árabe. Ésto facilitaba enormemente la comunicación en toda la península.
Se crearon muchas universidades, siendo Al-Hakam II y su corte de intelectuales un centro cultural enorme.
Al-Andalus fue un puente cultural entre occidente y oriente. Los musulmanes desatacron en lliteratura, ciencia (matemáticas, trigonometría, medicina, astronomía, anatomía...) además de química y gastronomía (cristalizaron el azúcar).
Además, traen descubrimientos como la brújula, desde China. Son los principales traductores de textos griegos. Gracias a ellos conocemos sobre filósofos antiguos.
El reino de los Astures (en latín, Asturum Regnum) o reino de Asturias fue la primera entidad política cristiana establecida en la península ibérica después del colapso del reino visigodo de Toledo tras la desaparición del rey Rodrigo en la batalla de Guadalete y la subsiguiente conquista musulmana de la península ibérica. En sus primeras décadas, la extensión territorial del Reino de Asturias se limitó a los territorios de la cornisa cantábrica y sus comarcas adyacentes. Con posterioridad, los reyes asturianos iniciaron una vigorosa expansión que a principios del siglo X alcanzó el río Duero.
Se considera que la historia del reino se inició en el año 718, fecha probable de la elección de Don Pelayo como princeps o líder de los rebeldes. El final suele establecerse en el año 925, cuando Fruela II de Asturias sucedió a su hermano Ordoño II, quién gobernaba el Reino de León, fundado por su otro hermano Garcia I. El Reino de Asturias es el precedente histórico del Reino de León, de quién más tarde surgiría el Reino de Castilla y el Reino de Portugal.
El reino de León (en latín, regnum Legionense; en asturleonés, reinu de Llión; en gallego, reino de León; en portugués, reino de Leão) fue un reino medieval independiente situado en la región noroeste de la península ibérica. Fue fundado en el año 910 cuando los príncipes cristianos del reino de Asturias, en la costa norte de la península, trasladaron su capital desde Oviedo a la ciudad de León. Tuvo un papel protagonista en la Reconquista y en la formación de los sucesivos reinos cristianos del occidente peninsular. De él surgieron los condados de Castilla y Portucale, que posteriormente dieron lugar a los independientes reinos de Castilla en 1065, y Portugal, en 1139. Los territorios restantes de la corona leonesa se unieron con los del emergente reino castellano para formar la corona de Castilla en 1230.
El reino de Castilla (latín Regnum Castellae) fue uno de los reinos medievales de la península ibérica. Castilla surgió como entidad política autónoma en el siglo IX bajo la forma de condado vasallo de León, alcanzando la categoría de «reino» en el siglo xi. Su nombre se debió a la gran cantidad de castillos que se encontraban en la zona.
Durante el siglo x, sus condes aumentaron su autonomía, pero no fue hasta 1065 cuando se separó del Reino de León y se convirtió en un reino por derecho propio. Entre 1072 y 1157 se volvió a unir con León, y después de 1230 esta unión se hizo permanente. A lo largo de este período, los reyes castellanos realizaron extensas conquistas en el sur de Iberia a costa de los principados islámicos. Los reinos de Castilla y León, con sus adquisiciones del sur, pasaron a ser conocidos colectivamente como Corona de Castilla, término que también llegó a englobar la expansión ultramarina.
El reino de Navarra fue uno de los reinos medievales de Europa situado en ambas vertientes de los Pirineos occidentales, pero con la mayor parte de su territorio localizado al sur de la cordillera pirenaica, en el norte de la península ibérica. Fue el sucesor, desde 1162, del reino de Pamplona, fundado en torno a la capital navarra en 824, según afirman algunos historiadores.
Tras unos primeros años de expansión y la posterior merma territorial a manos de Castilla y Aragón, el Reino de Navarra se estabilizó con dos territorios diferenciados: la Alta Navarra, al sur de los Pirineos y en la que se encontraba la capital y la mayor parte de la población y los recursos, y la Baja Navarra o Navarra Continental, al norte de la cordillera pirenaica.
Entre 1234 y 1512 estuvo vinculado con el Reino de Francia, y dentro de su órbita, durante varios siglos a través de varias dinastías (Champaña, Capetos, Évreux y Foix). En algunas ocasiones directamente unido al trono francés (como con los Capetos) entre 1284 y 1328.
El matrimonio de Andregoto, hija del conde Galindo II de Aragón, con el rey García Sánchez I de Navarra, condujo a la unión de ambas entidades políticas. El Condado de Aragón siguió conservando una cierta personalidad que había sido reforzada por el renacer de la vida monástica y la organización de una diócesis coincidente con los límites del condado.
En 1035 Ramiro, hijo natural de Sancho III de Navarra y baiulus del condado de Aragón, incorporó a este los condados de Sobrarbe y Ribagorza, que habían estado bajo el gobierno de su hermano Gonzalo.
Fallecido Sancho, el condado se escindió del reino navarro y se constituyó en reino separado, aunque tutelado por el navarro gobernado por su hermano García Sánchez III. Limitado a los valles pirenaicos y vecino del más poderoso reino navarro y de la importante Taifa de Zaragoza, el aumento de la población y la sed de tierras para sus habitantes le impelían a expandirse, pese a su debilidad militar inicial.
La legitimidad de la nueva dinastía la lograron los reyes Sancho Ramírez y Pedro I al poner el reino bajo el amparo de la Santa Sede. Así el Reino de Aragón pasó a formar parte de los estados occidentales. La donación del reino al papa la realizó Sancho Ramírez en el 1068, para tratar de reforzar su posición ante sus hostiles vecinos, en ocasiones coligados contra él.
Con el progresivo fin de la dominación musulmana en el siglo IX, los condados se fueron desvinculando gradualmente de la tutela francesa y consiguieron una autonomía cada vez más amplia. Un punto de inflexión importante se produjo con Wifredo el Velloso, quien, como gobernante de cinco de los más grandes condados, reestructura el territorio y lo hace crecer con la repoblación de tierras. Aprovechando la crisis de la monarquía carolingia, a partir de Wifredo, los condes dejan de ser nombrados por el rey francés y pasan a un régimen sucesorio.
Con una sociedad de aire eminentemente feudal, se inició una importante expansión territorial, que empezó, en el tránsito de los siglos XI al XII, en tiempos del conde Ramón Berenguer III —el más importante entre los condes de esta zona—, y en diversas direcciones hacia los condados de su entorno. Fruto de esta expansión fue la incorporación de la llamada Cataluña Nueva, al sur y a poniente del río Llobregat y hasta la línea del Ebro, que fue conquistada y repoblada en el siglo XII.
La unión matrimonial del conde Ramón Berenguer IV, del casal de Barcelona, con Petronila, hija y heredera del rey de Aragón y transmisora de los derechos de su Casa, en 1137, posibilitó la formación de la Corona de Aragón.
La repoblación de los Reinos cristianos de la peniínsula Ibérica se lleva a cabo durante la Plena Edad Media (siglos XI al XIII), etapa en la cual dichos reinos se desarrollan dentro del marco de la Europa feudal. Hay que distinguir entre dos zonas:
Por un lado la repoblación de Castilla y León. Ésta se inició en la Alta Edad Media, siglo X, con el sistema de las presuras o aprisio que consiguió repoblar hasta el río Duero (tierra de nadie). Continuó en el siglo XI con Alfonso VI y Fernando I llegando así hasta el río Tajo, mediante la creación de concejos municipales,dotados de fueros, y capitulaciones. En el siglo XII con Alfonso VII se repobló la zona del Guadiana mediante el sistema de las ecomiendas de las Órdenes militares (Álcantara, Calatrava y Santiago) y finalmente la repoblacióon de esta zona concluyó en el siglo XIII con Alfonso VIII, llegando así ahasta el Guadalquivir y reino de Murcia, donde se crearon grandes concejos reales y se hicieron reparticiones de donadíos.
Por otra parte, la Repoblación de los reinos Periféricos (Valencia y Baleares) se inció en el siglo XI con sistema de capitulaciones, cartas puebla... llegando hasta el valle del Ebro. Posteriormente, en el XII mediante el sistema de las enconmiendas junto a capitulaciones se llegó a los cursos altos del Turia y el Júcar, y finalmente este proceso concluyó en el XIII con la repoblación del Segura y la incorporación de Valencia y Baleares, mediante la repartición de tierras.
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