Que puis-je faire ?
tipo de documento Lecciones
Los visigodos fueron un pueblo germánico que penetró en Hispania a principios del siglo V, si bien no consolidan por entero su condición de gobernantes del reino hispano-visigodo hasta un siglo después.
Las manifestaciones artísticas de los visigodos en la península ibérica, en especial las de carácter arquitectónico, no se producen plenamente hasta entrado el siglo VII
Del siglo VI solo cabe mencionar la pequeña iglesia de San Cugat del Vallés, en Barcelona. Aunque muy deteriorada, muestra una planta de nave única que termina en un ábside. Del siglo siguiente son las de San Pedro de la Nave, San Juan de Baños, Quintanillla de las Viñas, cuya traza se repetirá luego en otros templos posteriores pertenecientes al «estilo de repoblación» (mal llamados «mozárabes»), como son, por ejemplo, la iglesia de San Cebrián de Mazote (Valladolid), el Monasterio de San Miguel de Escalada (León), la iglesia de Santiago de Peñalba (León), en el prerrománico asturiano y el románico zamorano. Por lo demás, en esta época se sigue básicamente la tradición paleocristiana en la arquitectura.
No son muchas las construcciones visigodas que subsisten, y de ellas prácticamente ninguna que pudiera contarse entre las grandes realizaciones que existieron en los núcleos metropolitanos como Toledo, Sevilla o Mérida. Las que han llegado hasta hoy son, en general, ermitas o templos que por su alejamiento de los núcleos importantes de población se salvaron de la destrucción durante la conquista musulmana de la península ibérica, debido a que en estas ciudades conquistadas era frecuente la reutilización de los sillares romanos y visigodos para construir murallas u otros edificios musulmanes, no obstante pueden servir para entresacar algunos de los caracteres propios del arte edificatorio visigodo. Serían estos:
El arte carolingio viene del Imperio franco en el período de aproximadamente 120 años desde alrededor 780 hasta 900 —durante el reinado de Carlomagno y sus herederos inmediatos— popularmente conocido como Renacimiento carolingio. El arte fue producido por y para el círculo de la corte y un grupo de importantes monasterios bajo el patrocinio imperial; los ejemplos que sobreviven fuera de este círculo encantado muestran una caída considerable en la calidad de la artesanía y la sofisticación del diseño. El arte fue producido en varios centros en lo que ahora son Francia, Alemania, Austria, el norte de Italia y los Países Bajos, y recibió considerable influencia, a través de centros misioneros continentales, del arte insular de las islas británicas, así como una serie de artistas bizantinos que parecen haber residido en centros carolingios.
La arquitectura carolingia es la denominación historiográfica con la que se designa la producción arquitectónica en el territorio del antiguo reino franco bajo el gobierno de la dinastía carolingia, fundada por Pipino el Breve en 751. Se refiere así a la arquitectura en los siglos VIII y IX en el imperio carolingio, que abarcaba en su máxima extensión, durante el reinado de Carlomagno (768-814), gran parte de Europa occidental , excepto las islas Británicas, la península ibérica y el sur de la itálica (es decir, los actuales Francia, Alemania, Suiza, Austria, el Benelux y norte de Italia).
El papa quería, con la ayuda de Carlomagno, reorganizar y homogeneizar la Cristiandad, en un momento en que el mundo cristiano se estaba estructurando y se teorizaba sobre el monacato. Se reformaron los ritos sacramentales, se introdujo el bautismo de niños en el hogar, la obligación del descanso dominical, la asistencia a los oficios y la comunión tres veces al año. Carlomagno quería comunidades monásticas estables dirigidas por un abad de valía, con los religiosos dedicados al trabajo manual, intelectual y sobre todo litúrgico. En 813, hizo difundir por todo el reinola Regla de San Benito con el cambio en la disposición de los monasterios (la planta de Saint-Gall constituye el testimonio más apreciable con sus indicaciones prácticas, teóricas y espirituales). El obispo Crodegango de Metz introdujo la liturgia romana, lo que provocó cambios significativos en la arquitectura de las iglesias: la basílica de San Pedro en Roma, el Santo Sepulcro de Jerusalén y la arquitectura paleocristiana pasaron a convertirse en las referencias de los diseñadores carolingios.
Primer periodo
El primer período de la arquitectura carolingia, el de Pipino el Breve y del comienzo del reinado de Carlomagno, parece marcado por la actividad de poderosos eclesiásticos, el ya citado Crodegango, el abad Fulrado de Saint-Denis o Manassès, abad de Flavigny. Alrededor de 780-790, con la fundación de la abadía de Lorsch, el florecimiento de Corbie, el lanzamiento de Saint-Riquier y de la abadía de Fulda, se anunciaba ya una nueva monumentalidad. El palacio de Aquisgrán con su capilla palatina será la joya y lo más destacado de esta época, para el que Carlomagno hizo llegar desde Ravena materiales de construcción (columnas y mármoles) y restos de otras construcciones antiguas.
Renacimiento carolingio
El renacimiento carolingio se manifestó por un sorprendente auge de la construcción. Entre 768 y 855, se registra la construcción de 27 nuevas catedrales, de 417 establecimientos monásticos y de 100 residencias reales. Bajo Carlomagno se construyeron 16 de esas 27 catedrales, 232 de los monasterios y 65 de los palacios. Los reyes no fueron los únicos responsables de las obras, pero si proporcionaron los arquitectos y los fondos. El redescubrimiento de los tratados arquitectónicos de Vitruvio permitía edificar construcciones de piedra, un material todavía poco utilizado en el norte del Loira. Al final del reinado de Carlomagno, se vio una multiplicación de proyectos arquitectónicos a menudo muy importantes y la integración de hechos recientes de la liturgia y de las codificaciones monásticas.
Los carolingios realizaron algunas aportaciones importante en la arquitectura: en los monasterios carolingios —como el de Corvey, el de Fulda o el de Lorsch (del que sólo se conserva el pórtico)— se experimentaron soluciones que cristalizaran en el modelo de construcción de los monasterios benedictinos —que se fijará luego en Cluny— y en la organización de las plantas románicas; y los westwerks —construcciones adosadas al frente occidental de las iglesias a las que se abren y donde el emperador asistía a los oficios, que externamente funcionaban como un pórtico, flanqueado por dos torres— carolingios, y luego otonianos, que anticiparon las fachadas de la época románica.
Dos de las principales obras que se conservan fueron debidas a Eudes de Metz: el palacio de Aquisgrán y el oratorio de Germigny-des-Prés. Del primero no se conserva más que la capilla palatina (hoy catedral de Santa María, bastante modificada externamente), de planta central (octogonal al interior, que al exterior se convierte en poligonal de dieciséis lados), en cuya cúpula ochavada se advierte la influencia de San Vital de Rávena, si bien los capiteles de sus columnas son de tipo romano. El segundo, de planta también central (basada en la cruz griega en torno a un cuadrilátero), tiene ábsides en herradura, cúpula y arcos también en herradura, lo que puede entenderse como influencia de la arquitectura hispano-visigoda (era encargo del obispo Teodulfo de Orleans, de ese origen). Otro edificio importante es la iglesia abacial de Saint-Philbert-de-Grand-Lieu.
Los carolingios erigieron otros palacios en distintas partes del Imperio, como Ingelheim y Nimègue, mientras que en Italia se construían bajo la protección imperial algunas basílicas de estilo latino, como San Zenón de Bardolino, el sacellum —recinto sacro—de San Sátiro de Milán, Santa Práxedes de Roma con la capilla de San Zenón.
Cronológica y estilísticamente la arquitectura carolingia es una de las variantes locales de la arquitectura prerrománica. La arquitectura otoniana prolongó en Alemania, hasta llegar al siglo XI, la influencia del estilo carolingio, aunque la mayoría de las iglesias germánicas de la época siguen el modelo de las basílicas romanas.
El arte mozárabe (del árabe musta 'rab 'arabizado') se refiere al arte desarrollado por los cristianos hispánicos que vivieron en territorio musulmán en el período que abarca desde la invasión musulmana (711) hasta finales del siglo xi conservando su religión y una cierta autonomía eclesiástica y judicial.
Las comunidades de mozárabes mantuvieron para la práctica de sus ritos religiosos algunos de los templos visigodos anteriores a la ocupación musulmana y raramente construyeron otros nuevos, pues, si bien existía una determinada tolerancia religiosa, estaban muy limitadas las autorizaciones para erección de nuevas iglesias. En todo caso, estas se levantaron en el medio rural o en los suburbios urbanos, y siempre de modesta factura.
Las principales características que definen la arquitectura mozárabe son las siguientes:
Texto: wikipedia
Imagen:
Los visigodos fueron un pueblo germánico que penetró en Hispania a principios del siglo V, si bien no consolidan por entero su condición de gobernantes del reino hispano-visigodo hasta un siglo después.
Las manifestaciones artísticas de los visigodos en la península ibérica, en especial las de carácter arquitectónico, no se producen plenamente hasta entrado el siglo VII
Del siglo VI solo cabe mencionar la pequeña iglesia de San Cugat del Vallés, en Barcelona. Aunque muy deteriorada, muestra una planta de nave única que termina en un ábside. Del siglo siguiente son las de San Pedro de la Nave, San Juan de Baños, Quintanillla de las Viñas, cuya traza se repetirá luego en otros templos posteriores pertenecientes al «estilo de repoblación» (mal llamados «mozárabes»), como son, por ejemplo, la iglesia de San Cebrián de Mazote (Valladolid), el Monasterio de San Miguel de Escalada (León), la iglesia de Santiago de Peñalba (León), en el prerrománico asturiano y el románico zamorano. Por lo demás, en esta época se sigue básicamente la tradición paleocristiana en la arquitectura.
No son muchas las construcciones visigodas que subsisten, y de ellas prácticamente ninguna que pudiera contarse entre las grandes realizaciones que existieron en los núcleos metropolitanos como Toledo, Sevilla o Mérida. Las que han llegado hasta hoy son, en general, ermitas o templos que por su alejamiento de los núcleos importantes de población se salvaron de la destrucción durante la conquista musulmana de la península ibérica, debido a que en estas ciudades conquistadas era frecuente la reutilización de los sillares romanos y visigodos para construir murallas u otros edificios musulmanes, no obstante pueden servir para entresacar algunos de los caracteres propios del arte edificatorio visigodo. Serían estos:
El arte carolingio viene del Imperio franco en el período de aproximadamente 120 años desde alrededor 780 hasta 900 —durante el reinado de Carlomagno y sus herederos inmediatos— popularmente conocido como Renacimiento carolingio. El arte fue producido por y para el círculo de la corte y un grupo de importantes monasterios bajo el patrocinio imperial; los ejemplos que sobreviven fuera de este círculo encantado muestran una caída considerable en la calidad de la artesanía y la sofisticación del diseño. El arte fue producido en varios centros en lo que ahora son Francia, Alemania, Austria, el norte de Italia y los Países Bajos, y recibió considerable influencia, a través de centros misioneros continentales, del arte insular de las islas británicas, así como una serie de artistas bizantinos que parecen haber residido en centros carolingios.
La arquitectura carolingia es la denominación historiográfica con la que se designa la producción arquitectónica en el territorio del antiguo reino franco bajo el gobierno de la dinastía carolingia, fundada por Pipino el Breve en 751. Se refiere así a la arquitectura en los siglos VIII y IX en el imperio carolingio, que abarcaba en su máxima extensión, durante el reinado de Carlomagno (768-814), gran parte de Europa occidental , excepto las islas Británicas, la península ibérica y el sur de la itálica (es decir, los actuales Francia, Alemania, Suiza, Austria, el Benelux y norte de Italia).
El papa quería, con la ayuda de Carlomagno, reorganizar y homogeneizar la Cristiandad, en un momento en que el mundo cristiano se estaba estructurando y se teorizaba sobre el monacato. Se reformaron los ritos sacramentales, se introdujo el bautismo de niños en el hogar, la obligación del descanso dominical, la asistencia a los oficios y la comunión tres veces al año. Carlomagno quería comunidades monásticas estables dirigidas por un abad de valía, con los religiosos dedicados al trabajo manual, intelectual y sobre todo litúrgico. En 813, hizo difundir por todo el reinola Regla de San Benito con el cambio en la disposición de los monasterios (la planta de Saint-Gall constituye el testimonio más apreciable con sus indicaciones prácticas, teóricas y espirituales). El obispo Crodegango de Metz introdujo la liturgia romana, lo que provocó cambios significativos en la arquitectura de las iglesias: la basílica de San Pedro en Roma, el Santo Sepulcro de Jerusalén y la arquitectura paleocristiana pasaron a convertirse en las referencias de los diseñadores carolingios.
Primer periodo
El primer período de la arquitectura carolingia, el de Pipino el Breve y del comienzo del reinado de Carlomagno, parece marcado por la actividad de poderosos eclesiásticos, el ya citado Crodegango, el abad Fulrado de Saint-Denis o Manassès, abad de Flavigny. Alrededor de 780-790, con la fundación de la abadía de Lorsch, el florecimiento de Corbie, el lanzamiento de Saint-Riquier y de la abadía de Fulda, se anunciaba ya una nueva monumentalidad. El palacio de Aquisgrán con su capilla palatina será la joya y lo más destacado de esta época, para el que Carlomagno hizo llegar desde Ravena materiales de construcción (columnas y mármoles) y restos de otras construcciones antiguas.
Renacimiento carolingio
El renacimiento carolingio se manifestó por un sorprendente auge de la construcción. Entre 768 y 855, se registra la construcción de 27 nuevas catedrales, de 417 establecimientos monásticos y de 100 residencias reales. Bajo Carlomagno se construyeron 16 de esas 27 catedrales, 232 de los monasterios y 65 de los palacios. Los reyes no fueron los únicos responsables de las obras, pero si proporcionaron los arquitectos y los fondos. El redescubrimiento de los tratados arquitectónicos de Vitruvio permitía edificar construcciones de piedra, un material todavía poco utilizado en el norte del Loira. Al final del reinado de Carlomagno, se vio una multiplicación de proyectos arquitectónicos a menudo muy importantes y la integración de hechos recientes de la liturgia y de las codificaciones monásticas.
Los carolingios realizaron algunas aportaciones importante en la arquitectura: en los monasterios carolingios —como el de Corvey, el de Fulda o el de Lorsch (del que sólo se conserva el pórtico)— se experimentaron soluciones que cristalizaran en el modelo de construcción de los monasterios benedictinos —que se fijará luego en Cluny— y en la organización de las plantas románicas; y los westwerks —construcciones adosadas al frente occidental de las iglesias a las que se abren y donde el emperador asistía a los oficios, que externamente funcionaban como un pórtico, flanqueado por dos torres— carolingios, y luego otonianos, que anticiparon las fachadas de la época románica.
Dos de las principales obras que se conservan fueron debidas a Eudes de Metz: el palacio de Aquisgrán y el oratorio de Germigny-des-Prés. Del primero no se conserva más que la capilla palatina (hoy catedral de Santa María, bastante modificada externamente), de planta central (octogonal al interior, que al exterior se convierte en poligonal de dieciséis lados), en cuya cúpula ochavada se advierte la influencia de San Vital de Rávena, si bien los capiteles de sus columnas son de tipo romano. El segundo, de planta también central (basada en la cruz griega en torno a un cuadrilátero), tiene ábsides en herradura, cúpula y arcos también en herradura, lo que puede entenderse como influencia de la arquitectura hispano-visigoda (era encargo del obispo Teodulfo de Orleans, de ese origen). Otro edificio importante es la iglesia abacial de Saint-Philbert-de-Grand-Lieu.
Los carolingios erigieron otros palacios en distintas partes del Imperio, como Ingelheim y Nimègue, mientras que en Italia se construían bajo la protección imperial algunas basílicas de estilo latino, como San Zenón de Bardolino, el sacellum —recinto sacro—de San Sátiro de Milán, Santa Práxedes de Roma con la capilla de San Zenón.
Cronológica y estilísticamente la arquitectura carolingia es una de las variantes locales de la arquitectura prerrománica. La arquitectura otoniana prolongó en Alemania, hasta llegar al siglo XI, la influencia del estilo carolingio, aunque la mayoría de las iglesias germánicas de la época siguen el modelo de las basílicas romanas.
El arte mozárabe (del árabe musta 'rab 'arabizado') se refiere al arte desarrollado por los cristianos hispánicos que vivieron en territorio musulmán en el período que abarca desde la invasión musulmana (711) hasta finales del siglo xi conservando su religión y una cierta autonomía eclesiástica y judicial.
Las comunidades de mozárabes mantuvieron para la práctica de sus ritos religiosos algunos de los templos visigodos anteriores a la ocupación musulmana y raramente construyeron otros nuevos, pues, si bien existía una determinada tolerancia religiosa, estaban muy limitadas las autorizaciones para erección de nuevas iglesias. En todo caso, estas se levantaron en el medio rural o en los suburbios urbanos, y siempre de modesta factura.
Las principales características que definen la arquitectura mozárabe son las siguientes:
Texto: wikipedia
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