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Un ser vivo u organismo es un conjunto material de organización compleja, en la que intervienen sistemas de comunicación molecular que lo relacionan internamente y con el medio ambiente en un intercambio de materia y energía de una forma ordenada, teniendo la capacidad de desempeñar las funciones básicas de la vida que son la nutrición, la relación y la reproducción, de tal manera que los seres vivos funcionan por sí mismos sin perder su nivel estructural hasta su muerte.
La materia que compone los seres vivos está formada en un 95 % por cuatro elementos (bioelementos) que son el carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, a partir de los cuales se forman biomoléculas:
Estas moléculas se repiten constantemente en todos los seres vivos, por lo que el origen de la vida procede de un antecesor común, pues sería muy improbable que hayan aparecido independientemente dos seres vivos con las mismas moléculas orgánicas.
Se han encontrado estromatolitos con una antigüedad de 3700 millones de años, por lo que la vida podría haber surgido sobre la Tierra durante el Hádico. Los relojes moleculares la estiman en unos 4250 millones de años.
Todos los seres vivos están constituidos por células (véase teoría celular). En el interior de éstas se realizan las secuencias de reacciones químicas, catalizadas por enzimas, necesarias para la vida. La ciencia que estudia los seres vivos es la biología.
Actualmente se conocen casi 3 millones de especies distintas de seres vivos, aunque se cree que puede llegar a haber de 5 a 50 millones de especies, sin contar las ya extinguidas. A esta variedad de seres vivos se le llama biodiversidad.
Los científicos, para poder estudiar tal variedad de seres vivos, han tratado de clasificarlos en grupos, ordenándolos según sus características. La ciencia que se encarga de la clasificación de los seres vivos es la taxonomía.
En nuestra vida cotidiana, también son necesarias las clasificaciones. Si necesito limpiacristales y entro en un supermercado que no conozco, lo localizaré rápido cuando vea el pasillo de los productos de limpieza. Eso es así porque los productos están bien clasificados. Lo mismo me pasaría si quiero encontrar un libro en la bilblioteca. No tardaré en encontrarlo si están clasificados siguiendo un buen criterio, pero si están ordenados por colores o por tamaños, será muy difícil encontrarlo.
El filósofo y científico griego Aristóteles (384 a.c. - 322 a.c.) fue el primero en clasificar a los seres vivos en dos grupos por su aspecto externo:
Plantas: con flores o sin flores.
Animales: con sangre roja o sin ella, y animales vivíparos y ovíparos.
Un discípulo de Aristóteles, Teofrasto (371 a.c - 287 a.c.) clasificó a las plantas en árboles, arbustos y hierbas.
Estos sistemas de clasificación se mantuvieron muchos siglos, pero cuando en los siglos XVI y XVII los exploradores descubrieron muchas nuevas especies de otras tierras lejanas, hubo que buscar otros sistemas para poder clasificarlas.
Existen varias formas de clasificar a los seres vivos:
Clasificación utilitaria. Consiste en ordenar a las plantas y a los animales por la utilidad para los humanos. Tiene el problema de que un ser vivo puede tener varias funciones o no tener ninguna, por lo que no resulta útil. Es un ordenamiento práctico pero no científico.
Clasificación artificial. Se basa en ordenar los seres vivos según sus características fácilmente observables. Se fija en las semejanzas y diferencias externas de los seres vivos, como el tamaño, color, forma, lugar donde vive, tipo de comida, etc. Este tipo de clasificación puede incluir en un mismo grupo a una paloma y a una avispa porque las dos vuelan, o a un pulpo y una sardina porque los dos son acuáticos. Tampoco sería una clasificación útil.
Clasificación natural. Esta clasificación se basa en la historia evolutiva de los seres vivos, agrupando los seres vivos por sus características celulares, genéticas, bioquímicas, anatómicas, fisiológicas, etc.
Los criterios utilizados para realizar cualquier clasificación tienen que ser:
Por ejemplo, para clasificar al alumnado de una clase de 1º de ESO, el criterio pelo largo o corto no sería acertado, puesto que puede haber casos en los que su clasificación no sería objetiva, dependiendo de lo que pensara el clasificador. El tener una nariz tampoco sería discriminatorio, puesto que todo el alumno tiene una, y este criterio no serviría para clasificarlo.
Una clave dicotómica es una herramienta que nos permite identificar a los seres vivos. Está basada en descripciones de las características de los organismos agrupadas por parejas, objetivas y discriminatorias, en función de si tienen o no un determinado carácter, repitiéndose este proceso hasta llegar a clasificar el organismo en cuestión.
Además del problema de cómo clasificar a los seres vivos, está el problema de cómo llamarlos. Algunas especies de plantas y animales reciben varios nombres, no ya solo en distintos idiomas, sino en distintas localidades con la misma lengua. Por ejemplo, nos referirmos al mismo ave cuando hablamos de una urraca, picaraza, picaza, marica o pega, y esto puede llevarnos a confusión, por lo que existe una nomenclatura común que evita estos problemas. Si llamamos a ese ave Pica pica, todos los científicos sabrán con exactitud a qué ser vivo nos estamos refiriendo.
Linneo (1707 - 1778) fue el creador de la clasificación de los seres vivos o taxonomía. Desarrolló un sistema de nomenclatura binomial que todavía se utiliza en la actualidad, ya que agrupa los seres vivos en categorías cada vez más amplias.
La Taxonomía es la ciencia que se encarga de la clasificación de los seres vivos, agrupándolos según sus características, desde las más generales, a las más específicas. El nivel más bajo es del de especie y se van agrupando en categorías taxonómicas o taxones más amplios.
En vegetales, no se habla de Filum, sino de División.
El sistema de nomenclatura binomial de Linneo se basa en la utilización de dos términos para determinar la especie. Los nombres de las especies se ponen con letra cursiva (o subrayados).
Vamos a ver algún ejemplo para aclararlo. Dentro del género Canis hay varias especies distintas:
Canis familiaris (perro).
Canis lupus (lobo).
Canis mesomelas (chacal).
Canis latrans (coyote).
Este sistema binomial tiene dos grandes ventajas:
Veamos como ejemplo, la clasificación del león:
Texto: biologia-geologia.com y wikipedia
Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento Compartir igual 4.0
Imagen:
Un ser vivo u organismo es un conjunto material de organización compleja, en la que intervienen sistemas de comunicación molecular que lo relacionan internamente y con el medio ambiente en un intercambio de materia y energía de una forma ordenada, teniendo la capacidad de desempeñar las funciones básicas de la vida que son la nutrición, la relación y la reproducción, de tal manera que los seres vivos funcionan por sí mismos sin perder su nivel estructural hasta su muerte.
La materia que compone los seres vivos está formada en un 95 % por cuatro elementos (bioelementos) que son el carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, a partir de los cuales se forman biomoléculas:
Estas moléculas se repiten constantemente en todos los seres vivos, por lo que el origen de la vida procede de un antecesor común, pues sería muy improbable que hayan aparecido independientemente dos seres vivos con las mismas moléculas orgánicas.
Se han encontrado estromatolitos con una antigüedad de 3700 millones de años, por lo que la vida podría haber surgido sobre la Tierra durante el Hádico. Los relojes moleculares la estiman en unos 4250 millones de años.
Todos los seres vivos están constituidos por células (véase teoría celular). En el interior de éstas se realizan las secuencias de reacciones químicas, catalizadas por enzimas, necesarias para la vida. La ciencia que estudia los seres vivos es la biología.
Actualmente se conocen casi 3 millones de especies distintas de seres vivos, aunque se cree que puede llegar a haber de 5 a 50 millones de especies, sin contar las ya extinguidas. A esta variedad de seres vivos se le llama biodiversidad.
Los científicos, para poder estudiar tal variedad de seres vivos, han tratado de clasificarlos en grupos, ordenándolos según sus características. La ciencia que se encarga de la clasificación de los seres vivos es la taxonomía.
En nuestra vida cotidiana, también son necesarias las clasificaciones. Si necesito limpiacristales y entro en un supermercado que no conozco, lo localizaré rápido cuando vea el pasillo de los productos de limpieza. Eso es así porque los productos están bien clasificados. Lo mismo me pasaría si quiero encontrar un libro en la bilblioteca. No tardaré en encontrarlo si están clasificados siguiendo un buen criterio, pero si están ordenados por colores o por tamaños, será muy difícil encontrarlo.
El filósofo y científico griego Aristóteles (384 a.c. - 322 a.c.) fue el primero en clasificar a los seres vivos en dos grupos por su aspecto externo:
Plantas: con flores o sin flores.
Animales: con sangre roja o sin ella, y animales vivíparos y ovíparos.
Un discípulo de Aristóteles, Teofrasto (371 a.c - 287 a.c.) clasificó a las plantas en árboles, arbustos y hierbas.
Estos sistemas de clasificación se mantuvieron muchos siglos, pero cuando en los siglos XVI y XVII los exploradores descubrieron muchas nuevas especies de otras tierras lejanas, hubo que buscar otros sistemas para poder clasificarlas.
Existen varias formas de clasificar a los seres vivos:
Clasificación utilitaria. Consiste en ordenar a las plantas y a los animales por la utilidad para los humanos. Tiene el problema de que un ser vivo puede tener varias funciones o no tener ninguna, por lo que no resulta útil. Es un ordenamiento práctico pero no científico.
Clasificación artificial. Se basa en ordenar los seres vivos según sus características fácilmente observables. Se fija en las semejanzas y diferencias externas de los seres vivos, como el tamaño, color, forma, lugar donde vive, tipo de comida, etc. Este tipo de clasificación puede incluir en un mismo grupo a una paloma y a una avispa porque las dos vuelan, o a un pulpo y una sardina porque los dos son acuáticos. Tampoco sería una clasificación útil.
Clasificación natural. Esta clasificación se basa en la historia evolutiva de los seres vivos, agrupando los seres vivos por sus características celulares, genéticas, bioquímicas, anatómicas, fisiológicas, etc.
Los criterios utilizados para realizar cualquier clasificación tienen que ser:
Por ejemplo, para clasificar al alumnado de una clase de 1º de ESO, el criterio pelo largo o corto no sería acertado, puesto que puede haber casos en los que su clasificación no sería objetiva, dependiendo de lo que pensara el clasificador. El tener una nariz tampoco sería discriminatorio, puesto que todo el alumno tiene una, y este criterio no serviría para clasificarlo.
Una clave dicotómica es una herramienta que nos permite identificar a los seres vivos. Está basada en descripciones de las características de los organismos agrupadas por parejas, objetivas y discriminatorias, en función de si tienen o no un determinado carácter, repitiéndose este proceso hasta llegar a clasificar el organismo en cuestión.
Además del problema de cómo clasificar a los seres vivos, está el problema de cómo llamarlos. Algunas especies de plantas y animales reciben varios nombres, no ya solo en distintos idiomas, sino en distintas localidades con la misma lengua. Por ejemplo, nos referirmos al mismo ave cuando hablamos de una urraca, picaraza, picaza, marica o pega, y esto puede llevarnos a confusión, por lo que existe una nomenclatura común que evita estos problemas. Si llamamos a ese ave Pica pica, todos los científicos sabrán con exactitud a qué ser vivo nos estamos refiriendo.
Linneo (1707 - 1778) fue el creador de la clasificación de los seres vivos o taxonomía. Desarrolló un sistema de nomenclatura binomial que todavía se utiliza en la actualidad, ya que agrupa los seres vivos en categorías cada vez más amplias.
La Taxonomía es la ciencia que se encarga de la clasificación de los seres vivos, agrupándolos según sus características, desde las más generales, a las más específicas. El nivel más bajo es del de especie y se van agrupando en categorías taxonómicas o taxones más amplios.
En vegetales, no se habla de Filum, sino de División.
El sistema de nomenclatura binomial de Linneo se basa en la utilización de dos términos para determinar la especie. Los nombres de las especies se ponen con letra cursiva (o subrayados).
Vamos a ver algún ejemplo para aclararlo. Dentro del género Canis hay varias especies distintas:
Canis familiaris (perro).
Canis lupus (lobo).
Canis mesomelas (chacal).
Canis latrans (coyote).
Este sistema binomial tiene dos grandes ventajas:
Veamos como ejemplo, la clasificación del león:
Texto: biologia-geologia.com y wikipedia
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