Gabriel Miró

Gabriel Miró es uno de los temperamentos más fuertes de escritor que existen hoy en Europa. Difícilmente será leído, sin embargo, allende las Españas, no porque su arte no sea universal, que sí lo es, y mucho, sino por su misma excelencia. El instrumento que toca se denomina «habla castellana». Y arráncale tan prodigiosos sones, con tal variedad y novedad de timbres, que toda trasposición a otro instrumento, toda versión a otro idioma ha de equivaler a interpretar «Tristán» o «Pelleas» en una ocarina. Y no por culpa del músico traductor. Que el traductor compendie en un solo la complejidad orquestal de Gabriel Miró, es malaventura achacable a este. Con total originalidad va surgiendo su vocabulario de su estilográfica. Hasta las voces más poseídas, más prostituidas, se rehacen una virginidad milagrosa. ¿Milagro? Creación. Un estilo tan radicalmente nuevo rebasa, por fuerza, el alcance formal que suele conceder al valor estilístico. Un estilo de este linaje abarca todas las visiones, emanaciones y concepciones del artista: por dentro, en su origen, y después —sólo después— por fuera.

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Es un contenido de la Intitución Libre de Enseñanza - Residencia de Estudiantes publicado en su portal de Revistas de la Edad de Plata