El club de los poetas muertos es una película estadounidense dirigida en 1989 por Peter Weir, que también filmó otras obras tan recomendables como Gallipoli o El año que vivimos peligrosamente, y protagonizada por Robin Williams.
"Oh Capitán, mi Capitán", Walt Whitman, la poesía, carpe diem, un grupo de alumnos y un maestro que les enseña que la literatura es leer y escribir; un conjunto de operaciones complejas y a menudo arriesgadas que nos elevan hasta disponer de la capacidad de poder realizar juicios propios sobre el mundo. Y cuando eso ocurre es cuando nos enfrentamos con la responsabilidad suprema de hacer lo que debemos hacer. Hay que mostrar coraje y convicción para alcanzar los sueños, para vivir la vida en todos y cada uno de sus momentos, algunos muy amargos. Vivir con convicción es la condición para una buena vida: esto es lo que viene a decirnos y a ejemplificar con su propia vida este excelente profesor, un magnífico Robin Willians, de este colegio exclusivo y elitista de Nueva Inglaterra. Y por último, en estos tiempos tan ásperos para las humanidades, se impone una evidencia: el verdadero dilema no es entre la literatura o la vida porque la literatura es la vida.

En el enlace que te proponemos, el equipo pedagógico Ágora realiza un interesante análisis de la película. Destaca la importancia de enseñar a pensar a los alumnos y a ejercer la reflexión crítica como una de las metas de la función docente.