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tipo de documento Lecciones
Aristóteles es un filósofo griego nacido en Estagira de Macedonia. Fue discípulo de Platón y fundador de una escuela filosófica, el Liceo o escuela peripatética. También fue el maestro de Alejandro Magno.
Su labor filosófica es ingente y representa junto con Platón la excelencia del pensamiento griego; se ha llegado a decir incluso, que toda la historia de la filosofía posterior, es una cita a pie de página de la producción de ambos pensadores. Relegado por los primeros filósofos cristianos, adquirió una importancia sin igual en toda la Edad Media por obra de la filosofía árabe y de la filosofía escolástica a partir de Santo Tomás de Aquino, prolongándose su influencia hasta nuestros días.
Escribió numerosas obras, de las que hemos conocido algunas, gracias a su discípulo Teofastro, y a Andrónico de Rodas un aristotélico del siglo I a. de Cristo. Entre ellas destacan: la Lógica, a la que llamó Órganon (instrumento); a este ámbito, pertenecen los Primeros y Segundos Analíticos, los Tópicos, las Categorías, las Refutaciones sofísticas y el Peri Hermeneias (Sobre la interpretación), Física, Metafísica, Sobre el cielo, Sobre la generación y la corrupción, Sobre el alma, la Historia de los animales, las Partes de los animales, la Ética a Nicómaco, la Ética a Eudemo, la Gran Ética, la Política y la Poética.
El estilo de sus obras es el característico del científico de la naturaleza, especialmente del biólogo. Aristóteles tuvo una inclinación y respeto profundo por la observación de la naturaleza, especialmente de los seres vivos, como demuestra su Historia de los animales, donde realiza la primera clasificación ó taxonomía de los mismos.
Aristóteles afirma que el único mundo real es éste en el que vivimos, el mundo de lo material y sensible constituido por una pluralidad de seres o sustancias. Con esta afirmación se separa del dualismo platónico e intenta dar solución al problema de la unidad y multiplicidad de los seres del mundo, a través de su teoría de la analogía del ser. El ser no es unívoco (un solo significado), ni equívoco (distintos significados), sino análogo, esto quiere decir que los seres son múltiples y diferentes, pero entre ellos hay una relación de semejanza porque todos son sustancias.
En la Naturaleza hay una pluralidad de sustancias:
Los seres naturales están compuestos de materia (hile), y forma (morfé), de aquí se deriva la teoría hilemórfica.
La materia es el principio de pasividad, mientras que la forma es el de actividad, de dinamismo. Las sustancias poseen dos formas, la forma sustancial, por la que quedan incluidas en una naturaleza o especie (por ejemplo, los hombres, por la forma sustancial, pertenecemos a la naturaleza o especie humana), y la forma accidental por la que cada sustancia queda individualizada dentro de su especie (por ejemplo, cada persona física, individual, es diferente de otras de su misma especie). Cada ser tienen una única forma sustancial, pero puede tener muchas formas accidentales. La unidad de forma sustancial proporciona a los seres una naturaleza propia, porque es principio de operación. La naturaleza (ousía) adquiere de este modo un nuevo significado, como principio operativo o dinámico de los seres, según el cual cada ser actúa de acuerdo con su naturaleza, el pez como pez, la abeja como abeja etc.
La naturaleza del mundo sublunar es móvil, cambiante. Aristóteles intenta explicar el movimiento superando la polémica entre los seguidores de Heráclito y de Parménides.
El movimiento, afirma, no es un ser o ente, sino una cualidad de la sustancia, que adopta diversos estados, potencia (dínamis) y acto. El movimiento es el paso de uno a otro, es decir el paso de la potencia al acto; según Aristóteles, todo está en acto respecto de algo y en potencia respecto de algo: por ejemplo, los españoles estamos en acto de saber español, pero en potencia para saber japonés y además ni en potencia ni en acto somos capaces de observar a ojos limpios los microbios; este tercer aspecto es la privación.
En resumen, el movimiento es el paso de la potencia al acto; un ser se mueve cuando cambia al pasar de la potencia en acto. Cuando los españoles comenzamos a aprender japonés, empezamos a cambiar y seguimos cambiando hasta que poseamos la lengua japonesa en acto.
Aristóteles distinguió varios tipos de cambios:
Para Aristóteles, el ser humano es una sustancia natural compuesta de materia (cuerpo), y de forma (alma); el alma es la forma sustancial del cuerpo; el ser humano surge de la unión de ambos principios (también en este punto se aparta Aristóteles de su maestro). En su obra Sobre el alma afirma:
« El alma y el cuerpo forman juntamente al ser viviente (...) El alma es forma de un cuerpo natural que tiene la vida en potencia »
Aristóteles, Sobre el alma
El alma es una sola en cada ser viviente y, por supuesto en el ser humano, informa todas y cada una de las partes del cuerpo; las enfermedades (pathos), son también cosa del alma y de la filosofía (este aspecto lo desarrollarán las escuelas morales postaristotélicas, epicúreos y estoicos).
El origen del alma humana no está claro en Aristóteles; en algunos textos parece deducirse que el alma se produce por generación como en los animales, y en otros como en el Tratado sobre el alma, afirma que la inteligencia humana, no surge por generación. Igual sucede con la inmortalidad, los textos son contradictorios, en la Metafísica parece hablar de una inmortalidad de la inteligencia, mientras que en la Ética a Nicómaco, la niega. En todo caso a Aristóteles le interesa sobre todo explicar racionalmente la naturaleza humana sin entrar de lleno en esas otras cuestiones.
Aristóteles mantiene el intelectualismo moral de sus maestros Platón y Sócrates, aunque de forma más moderada.
Su reflexión se centra en la noción de felicidad (eudaimonía), que es el fin de todas las acciones morales, y también en la elaboración del concepto de virtud como término medio, y como excelencia. Es interesante asimismo su distinción entre virtudes dianoéticas, aquellas que perfeccionan nuestra inteligencia, como la ciencia, la filosofía, el arte, la prudencia, y virtudes éticas que perfeccionan los aspectos no racionales del alma, como la templanza y la fortaleza.
Mención aparte merece la virtud de la justicia, como fundamento de la vida social y del Estado, institución derivada de la naturaleza humana. Aristóteles define al ser humano como animal racional y como animal político o social. La polis, ciudad-estado, debe bastarse a sí misma, debe ser autárquica, y debe buscar el bien común de los ciudadanos. Por esta razón lo importante no es tanto la forma de gobierno, monarquía, aristocracia o democracia, sino el hecho de gobernar con justicia buscando el bien común.
Texto: Paloma Sánchez en Wikillerato
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Aristóteles es un filósofo griego nacido en Estagira de Macedonia. Fue discípulo de Platón y fundador de una escuela filosófica, el Liceo o escuela peripatética. También fue el maestro de Alejandro Magno.
Su labor filosófica es ingente y representa junto con Platón la excelencia del pensamiento griego; se ha llegado a decir incluso, que toda la historia de la filosofía posterior, es una cita a pie de página de la producción de ambos pensadores. Relegado por los primeros filósofos cristianos, adquirió una importancia sin igual en toda la Edad Media por obra de la filosofía árabe y de la filosofía escolástica a partir de Santo Tomás de Aquino, prolongándose su influencia hasta nuestros días.
Escribió numerosas obras, de las que hemos conocido algunas, gracias a su discípulo Teofastro, y a Andrónico de Rodas un aristotélico del siglo I a. de Cristo. Entre ellas destacan: la Lógica, a la que llamó Órganon (instrumento); a este ámbito, pertenecen los Primeros y Segundos Analíticos, los Tópicos, las Categorías, las Refutaciones sofísticas y el Peri Hermeneias (Sobre la interpretación), Física, Metafísica, Sobre el cielo, Sobre la generación y la corrupción, Sobre el alma, la Historia de los animales, las Partes de los animales, la Ética a Nicómaco, la Ética a Eudemo, la Gran Ética, la Política y la Poética.
El estilo de sus obras es el característico del científico de la naturaleza, especialmente del biólogo. Aristóteles tuvo una inclinación y respeto profundo por la observación de la naturaleza, especialmente de los seres vivos, como demuestra su Historia de los animales, donde realiza la primera clasificación ó taxonomía de los mismos.
Aristóteles afirma que el único mundo real es éste en el que vivimos, el mundo de lo material y sensible constituido por una pluralidad de seres o sustancias. Con esta afirmación se separa del dualismo platónico e intenta dar solución al problema de la unidad y multiplicidad de los seres del mundo, a través de su teoría de la analogía del ser. El ser no es unívoco (un solo significado), ni equívoco (distintos significados), sino análogo, esto quiere decir que los seres son múltiples y diferentes, pero entre ellos hay una relación de semejanza porque todos son sustancias.
En la Naturaleza hay una pluralidad de sustancias:
Los seres naturales están compuestos de materia (hile), y forma (morfé), de aquí se deriva la teoría hilemórfica.
La materia es el principio de pasividad, mientras que la forma es el de actividad, de dinamismo. Las sustancias poseen dos formas, la forma sustancial, por la que quedan incluidas en una naturaleza o especie (por ejemplo, los hombres, por la forma sustancial, pertenecemos a la naturaleza o especie humana), y la forma accidental por la que cada sustancia queda individualizada dentro de su especie (por ejemplo, cada persona física, individual, es diferente de otras de su misma especie). Cada ser tienen una única forma sustancial, pero puede tener muchas formas accidentales. La unidad de forma sustancial proporciona a los seres una naturaleza propia, porque es principio de operación. La naturaleza (ousía) adquiere de este modo un nuevo significado, como principio operativo o dinámico de los seres, según el cual cada ser actúa de acuerdo con su naturaleza, el pez como pez, la abeja como abeja etc.
La naturaleza del mundo sublunar es móvil, cambiante. Aristóteles intenta explicar el movimiento superando la polémica entre los seguidores de Heráclito y de Parménides.
El movimiento, afirma, no es un ser o ente, sino una cualidad de la sustancia, que adopta diversos estados, potencia (dínamis) y acto. El movimiento es el paso de uno a otro, es decir el paso de la potencia al acto; según Aristóteles, todo está en acto respecto de algo y en potencia respecto de algo: por ejemplo, los españoles estamos en acto de saber español, pero en potencia para saber japonés y además ni en potencia ni en acto somos capaces de observar a ojos limpios los microbios; este tercer aspecto es la privación.
En resumen, el movimiento es el paso de la potencia al acto; un ser se mueve cuando cambia al pasar de la potencia en acto. Cuando los españoles comenzamos a aprender japonés, empezamos a cambiar y seguimos cambiando hasta que poseamos la lengua japonesa en acto.
Aristóteles distinguió varios tipos de cambios:
Para Aristóteles, el ser humano es una sustancia natural compuesta de materia (cuerpo), y de forma (alma); el alma es la forma sustancial del cuerpo; el ser humano surge de la unión de ambos principios (también en este punto se aparta Aristóteles de su maestro). En su obra Sobre el alma afirma:
« El alma y el cuerpo forman juntamente al ser viviente (...) El alma es forma de un cuerpo natural que tiene la vida en potencia »
Aristóteles, Sobre el alma
El alma es una sola en cada ser viviente y, por supuesto en el ser humano, informa todas y cada una de las partes del cuerpo; las enfermedades (pathos), son también cosa del alma y de la filosofía (este aspecto lo desarrollarán las escuelas morales postaristotélicas, epicúreos y estoicos).
El origen del alma humana no está claro en Aristóteles; en algunos textos parece deducirse que el alma se produce por generación como en los animales, y en otros como en el Tratado sobre el alma, afirma que la inteligencia humana, no surge por generación. Igual sucede con la inmortalidad, los textos son contradictorios, en la Metafísica parece hablar de una inmortalidad de la inteligencia, mientras que en la Ética a Nicómaco, la niega. En todo caso a Aristóteles le interesa sobre todo explicar racionalmente la naturaleza humana sin entrar de lleno en esas otras cuestiones.
Aristóteles mantiene el intelectualismo moral de sus maestros Platón y Sócrates, aunque de forma más moderada.
Su reflexión se centra en la noción de felicidad (eudaimonía), que es el fin de todas las acciones morales, y también en la elaboración del concepto de virtud como término medio, y como excelencia. Es interesante asimismo su distinción entre virtudes dianoéticas, aquellas que perfeccionan nuestra inteligencia, como la ciencia, la filosofía, el arte, la prudencia, y virtudes éticas que perfeccionan los aspectos no racionales del alma, como la templanza y la fortaleza.
Mención aparte merece la virtud de la justicia, como fundamento de la vida social y del Estado, institución derivada de la naturaleza humana. Aristóteles define al ser humano como animal racional y como animal político o social. La polis, ciudad-estado, debe bastarse a sí misma, debe ser autárquica, y debe buscar el bien común de los ciudadanos. Por esta razón lo importante no es tanto la forma de gobierno, monarquía, aristocracia o democracia, sino el hecho de gobernar con justicia buscando el bien común.
Texto: Paloma Sánchez en Wikillerato
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