La psicoacústica estudia la compresión sonora, tales como la amplitud, ecualización y acústica. Estas cualidades o características del sonido están, a su vez, determinadas por los propios parámetros del sonido, principalmente, frecuencia y amplitud. También estudia la relación entre la sensación percibida por un sonido determinado y los parámetros de éste. Los parámetros psicoacústicos más relevantes son: Sonoridad: Percepción subjetiva de la intensidad sonora. Altura: está ligada a la percepción del tono (en concreto, con la frecuencia fundamental de la señal sonora). ¿Cómo se percibe lo grave o agudo que es sonido? Timbre: Es la capacidad que nos permite diferenciar los sonidos. El timbre está caracterizado por la forma de la onda, es decir, por su componente armónico. Debido a la sensibilidad (eficiencia de la respuesta en frecuencia) del oído humano, estos términos en el contexto de la psicoacústica no son totalmente independientes. Los tres se influyen mutuamente. Modificando un parámetro, cambian los otros y la percepción del sonido cambia. Por ejemplo, si se modifica la intensidad de un sonido (su sonoridad) esto afecta a la percepción de la altura y del timbre, etc. Algunos ejemplos para comprender qué es la psicoacústica es escuchar un disco en dos monitores que están frente a nosotros y luego escucharlo con un par de auriculares, es claro que la percepción de las distancias no es la misma, en el caso de los auriculares la voz la tenemos en el centro de la cabeza, incluso podríamos decir adentro, sin embargo al escucharla con dos monitores frente a nosotros, la voz esta justamente frente a nosotros y la percepción de distancia se hace en sentido paralelo a nosotros y en el caso de los auriculares, en sentido perpendicular. Otro ejemplo claro es escuchar una voz alentada en pitch lo que la hace muchísimo más grave, y luego escuchar la misma frase acelerada (voz de ardilla). En el primer caso vamos a sentir que nos habla un gigante o un demonio, en el segundo caso sentiremos que nos habla alguien de menor tamaño que nosotros, eso también se lo considera psicoacústica. Por otra parte podríamos hablar de casos como el tempo de una canción, la generación de extensiones de acordes, la rítmica y demás componentes de una pieza que generan diferentes estados en el oyente. Los volúmenes también forman parte de la psicoacústica, dado que a niveles de sonido más altos, los volúmenes se generan armónicos, nuestra percepción puede hacer que al comparar una canción o un instrumento a altos volúmenes nos haga pensar que suenan mejor, cuando quizá no es así.
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