María Bashkirtseff nació en Ucrania (por entonces, el Imperio Ruso) en 1858, en el seno de una familia noble. Pasó su infancia viajando por diferentes países europeos hasta que se instaló con su familia en Francia. Pronto descubrió que su vida estaba relacioada con el arte, el mundo clásico y la música hasta tal punto que comenzó una breve carrera de cantante mezzo-sopreno que se truncó tras una faringitis crónica; fue entonces cuando probó suerte con la paleta, a pesar de la desaprobación de su familia. 

Durante aquellos primeros años, María participó de la pintura prodigándose por círculso parisinos en los que su obra era cada vez más aplaudida pero una enfermedad truncó, una vez más, sus aspiraciones: la tuberculosis terminaría con ella cuando no había cumplido los treinta años.

A pesar de que su nombre se pueda hacer desconocido, algunas de sus obras se pueden contemplar en grandes museos como el Louvre y el Musée d'Orsay, además de en pinacotecas canadienses, ucranianas o estadounidenses.

No obstante, María también fue conocida por participar del incipiente feminismo de la época y por escribir íntimos diarios en los que no sólo relataba su vida sino también sus opiniones acerca de su condición de soltera y el papel que ello cumplía en su sociedad contemporánea.

Es un recurso de Mujeres en la Historia.