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Género lírico: tipos y métrica

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Nivel: 13-14 años Asignatura: Lengua Castellana y Literatura
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Contenido

La lírica

La lírica (del latín lyrĭcus, y este del griego λυρικός)​ es un género literario en el que el autor transmite sentimientos, emociones o sensaciones subjetivas respecto a una persona u objeto de inspiración.  La expresión habitual del género lírico es el poema. Aunque los textos líricos suelen utilizar como forma de expresión el verso, ​hay también textos líricos en prosa (prosa poética).

Algunos autores destacados

En los tiempos modernos se han distinguido en la lírica:

  • en Alemania, Schiller y Goethe
  • en Chile, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Nicanor Parra
  • en España, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, José de Espronceda, Gustavo Adolfo Bécquer, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Federico García Lorca, Miguel Hernández, etc.
  • en Francia, Ronsard, Racine, André Chénier, Lamartine, Victor Hugo, Leconte de Lisle y Heredia
  • en Inglaterra, Dryden, lord Byron, Shelley, Burns
  • en Italia, Petrarca y Tasso
  • en México, Sor Juana Inés de la Cruz, Octavio Paz y José Emilio Pacheco.
  • en Perú, César Vallejo

Subgéneros líricos

Canción

La canción es una composición lírica popular de origen provenzal. Es un poema admirativo que expresa una emoción y que tiene por lo general tema amoroso. Llegó a España en el Renacimiento a través de la literatura italiana.

Himno

Un himno es un canto o un texto lírico que expresa sentimientos positivos, de alegría y celebración.

En la antigüedad era una composición coral en honor a una divinidad y es retomado con pleno valor litúrgico en la literatura latina cristiana de la Edad Media (por ejemplo, el Pange lingua escrito por Tomás de Aquino para conmemorar el día del Corpus). 

Un himno puede estar dedicado a dioses, un santo, un héroe o a una persona célebre. También puede estar dedicado a celebrar una victoria u otro suceso memorable o a expresar júbilo o entusiasmo, en cuyo caso conviene mejor llamarlo oda. Asimismo puede ser una composición musical que identifica a una colectividad, una región, un pueblo o una nación y que une a quienes la interpretan. Estos últimos himnos suelen ser, o bien marchas, o bien poemas líricos.

Oda

La oda (del canto griego) es un subgénero lírico y una composición poética de tono elevado o cantado, que trata asuntos diversos entre los que se recoge una reflexión del poeta. Según el tema que se trata, puede ser religiosa, heroica, filosófica o amorosa. En general se aplica a todo poema destinado a ser cantado. Se utiliza también para hacer alabanzas a cualidades que poseen personas u objetos que el poeta quiere destacar positivamente.

Antiguamente se cantaba con el acompañamiento de un instrumento musical. En la Antigua Grecia donde tiene sus principios, existían dos tipos de odas: las corales y las cantadas por una sola voz (monodia). Píndaro compuso odas a los dioses, héroes y atletas. Las de Alceo de Mitilene celebraban las virtudes militares y a los guerreros; y las de Safo, a los amantes y el amor; Anacreonte se sirvió de ellas para aplaudir los placeres de la mesa y del amor. De la grecorromana Melino sobrevive una oda al Imperio. Entre los latinos se desarrolló un estilo particular, en el que descolló Horacio, basado en una mezcla de los estilos de Anacreonte y Píndaro.

En la poesía castellana cultivaron este género Fray Luis de León, Garcilaso de la Vega, Herrera, Quintana, Cienfuegos, Juan Nicasio Gallego, Espronceda, etc.

Son famosas a su vez las odas de Ronsard, Víctor Hugo y Théodore de Banville en Francia, Abraham Cowley y John Gay en Inglaterra, Klopstock en Alemania, Manzoni y Bernardo Tasso en Italia; en Chile, las Odas elementales de Pablo Neruda proyectan una renovación del género para toda la literatura.

Elegía

Modernamente, la elegía es un subgénero de la poesía lírica que designa un poema de lamentación. La actitud elegíaca consiste en lamentar cualquier cosa que se pierde: la ilusión, la vida, el tiempo, un ser querido, un sentimiento, etc. En la Antigüedad grecolatina, sin embargo, el verso elegíaco hacía referencia exclusivamente al tipo de metro empleado, el llamado dístico elegiaco. La elegía funeral (también llamada endecha o planto en la Edad Media) adopta la forma de un poema de duelo por la muerte de un personaje público o un ser querido, y no ha de confundirse con el epitafio o epicedio, que son inscripciones ingeniosas y lapidarias que se grababan en los monumentos funerarios, más emparentados con el epigrama, otro género lírico.

El concepto de poesía elegíaca que adoptan los poetas españoles del Renacimiento es el de la poesía neolatina italiana, no el de la tradición griega: es decir, se entiende como poesía elegíaca cierto tipo de secuencias de poesía amatoria.​ La poesía española cuenta con varios clásicos del género, entre los que destacan en primer lugar las Coplas por la muerte de su padre de Jorge Manrique, del siglo XV. El género de la elegía propiamente se desarrollaría a partir del siglo XVI, cuando Juan Boscán y Garcilaso de la Vega adaptaron para su uso el terceto encadenado o terceto dantesco, importado por medio de la poesía petrarquista. Desde entonces, el terceto sustituiría al dístico latino como molde lírico para el llanto. Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca y la Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández, incluida en su libro El rayo que no cesa, son dos clásicos modernos de este tipo de lamento fúnebre.

Égloga

La égloga es un subgénero de la poesía lírica que se dialoga a veces como una pequeña pieza teatral en un acto. De tema amoroso, uno o varios pastores lo desarrollan contándolo en un ambiente campesino donde la naturaleza es paradisíaca y tiene un gran protagonismo la música. Como subgénero lírico se desarrolla a veces mediante un monólogo pastoril o, más frecuentemente, con un diálogo.

Las primeras églogas fueron los Idilios (en griego, "poemitas" o "pequeños cantos") de Teócrito; luego los escribieron Mosco, Bión de Esmirna y otros autores bajo su influencia. El escritor latino Virgilio (siglo I a. C.) con sus Églogas (en griego, "selecciones") o Bucólicas añadió elementos autobiográficos, haciendo de cada pastor un personaje imaginario que encubría a un personaje real: Cayo Mecenas, Augusto, etc. Algunas de ellas llegaron a escenificarse en Roma. Otros autores latinos escribieron también églogas, como Nemesiano, Calpurnio Sículo o Ausonio.

Esta innovación pasó a la bucólica posterior, de forma que algunas veces los personajes de las églogas representaban personajes reales. A través de Giovanni Boccaccio y con el Renacimiento y la Arcadia de Jacopo Sannazaro el género se volvió a recuperar mezclándose las composiciones en verso en un marco narrativo en prosa, y se difundió por todo el mundo occidental, bien en verso, bien como églogas intercaladas en una novela pastoril cualquiera. En la literatura castellana, escribieron églogas Juan del Encina, Lucas Fernández, Garcilaso de la Vega, Juan Boscán, Lope de Vega, Pedro Soto de Rojas, Bernardo de Balbuena y Juan Meléndez Valdés. En valenciano encontramos las égoglas de Vicent Andrés Estellés.

Sátira

La sátira es un género literario que expresa indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco. Se puede escribir en prosa, verso o alternando ambas formas (sátira menipea). Se inspira en la poesía yámbica griega y se desarrolló sobre todo en la literatura latina.

Estrictamente la sátira es un género literario, pero también es un recurso que encontramos en las artes gráficas y escénicas. En la sátira los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos; ideados todos ellos para lograr una mejora de la sociedad.​ Aunque originalmente la sátira se utilizó para la diversión, su pretensión real no es el humor en sí mismo, sino un ataque a una realidad que desaprueba el autor, usando para este cometido el arma de la inteligencia.

Los principales autores de sátiras en la literatura latina son:

  • Horacio, quien, con sus sermones o conversaciones hizo de la sátira un género amable entreverado de algunas críticas y sentencias.
  • Séneca, que empapa sus textos de filosofía moral y de anécdotas picantes y propiamente satíricas, pero también como probable autor de una sátira menipea, La Apocoloquintosis (calabazificación) del divino Claudio.
  • Marcial escribió solamente epigramas, donde atacó el lujo desordenado, la ambición y la hipocresía en la Roma de los emperadores Flavios.

Desde la Edad Media el género se cultivó en España; el primero en usarlo fue Juan Ruiz, arcipreste de Hita, que atacó el poder igualador del dinero al trastocar el inmutable orden social estamental medieval. Lo satírico entró incluso en la composición de numerosos géneros como la novela picaresca, la fábula, el artículo periodístico o la pieza teatral de costumbres, el esperpento de Ramón María del Valle-Inclán o la tragedia grotesca de Carlos Arniches; es más, forma parte esencial de obras tan importantes como el Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes.

Madrigal

Es un poema asociado al canto. Está compuesto por un máximo de quince versos heptasílabos y endecasílabos, que se distribuyen en forma libre. Suele tener tema amoroso y de carácter muchas veces pastoril.

Letrilla

La letrilla es una composición poética breve, dividida en estrofas al final de las cuales se repite un mismo pensamiento en uno o más versos denominados estribillos. Se desarrolla a partir del siglo XVI.

Góngora escribió algunas letrillas de tipo lírico, basadas en la lírica popular. Sin embargo, lo habitual es que las letrillas se inspirasen en algún refrán y tuviesen carácter burlesco. Las letrillas satíricas más conocidas son las de Quevedo, que rápidamente eran asimiladas por el pueblo gracias a su tono popular.

Créditos

Texto:

  • wikipedia

Imagen:

Contenido

La lírica

La lírica (del latín lyrĭcus, y este del griego λυρικός)​ es un género literario en el que el autor transmite sentimientos, emociones o sensaciones subjetivas respecto a una persona u objeto de inspiración. La expresión habitual del género lírico es el poema. Aunque los textos líricos suelen utilizar como forma de expresión el verso, ​hay también textos líricos en prosa (prosa poética).

Algunos autores destacados

En los tiempos modernos se han distinguido en la lírica:

  • en Alemania, Schiller y Goethe
  • en Chile, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Nicanor Parra
  • en España, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, José de Espronceda, Gustavo Adolfo Bécquer, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Federico García Lorca, Miguel Hernández, etc.
  • en Francia, Ronsard, Racine, André Chénier, Lamartine, Victor Hugo, Leconte de Lisle y Heredia
  • en Inglaterra, Dryden, lord Byron, Shelley, Burns
  • en Italia, Petrarca y Tasso
  • en México, Sor Juana Inés de la Cruz, Octavio Paz y José Emilio Pacheco.
  • en Perú, César Vallejo

Subgéneros líricos

Canción

La canción es una composición lírica popular de origen provenzal. Es un poema admirativo que expresa una emoción y que tiene por lo general tema amoroso. Llegó a España en el Renacimiento a través de la literatura italiana.

Himno

Un himno es un canto o un texto lírico que expresa sentimientos positivos, de alegría y celebración.

En la antigüedad era una composición coral en honor a una divinidad y es retomado con pleno valor litúrgico en la literatura latina cristiana de la Edad Media (por ejemplo, el Pange lingua escrito por Tomás de Aquino para conmemorar el día del Corpus).

Un himno puede estar dedicado a dioses, un santo, un héroe o a una persona célebre. También puede estar dedicado a celebrar una victoria u otro suceso memorable o a expresar júbilo o entusiasmo, en cuyo caso conviene mejor llamarlo oda. Asimismo puede ser una composición musical que identifica a una colectividad, una región, un pueblo o una nación y que une a quienes la interpretan. Estos últimos himnos suelen ser, o bien marchas, o bien poemas líricos.

Oda

La oda (del canto griego) es un subgénero lírico y una composición poética de tono elevado o cantado, que trata asuntos diversos entre los que se recoge una reflexión del poeta. Según el tema que se trata, puede ser religiosa, heroica, filosófica o amorosa. En general se aplica a todo poema destinado a ser cantado. Se utiliza también para hacer alabanzas a cualidades que poseen personas u objetos que el poeta quiere destacar positivamente.

Antiguamente se cantaba con el acompañamiento de un instrumento musical. En la Antigua Grecia donde tiene sus principios, existían dos tipos de odas: las corales y las cantadas por una sola voz (monodia). Píndaro compuso odas a los dioses, héroes y atletas. Las de Alceo de Mitilene celebraban las virtudes militares y a los guerreros; y las de Safo, a los amantes y el amor; Anacreonte se sirvió de ellas para aplaudir los placeres de la mesa y del amor. De la grecorromana Melino sobrevive una oda al Imperio. Entre los latinos se desarrolló un estilo particular, en el que descolló Horacio, basado en una mezcla de los estilos de Anacreonte y Píndaro.

En la poesía castellana cultivaron este género Fray Luis de León, Garcilaso de la Vega, Herrera, Quintana, Cienfuegos, Juan Nicasio Gallego, Espronceda, etc.

Son famosas a su vez las odas de Ronsard, Víctor Hugo y Théodore de Banville en Francia, Abraham Cowley y John Gay en Inglaterra, Klopstock en Alemania, Manzoni y Bernardo Tasso en Italia; en Chile, las Odas elementales de Pablo Neruda proyectan una renovación del género para toda la literatura.

Elegía

Modernamente, la elegía es un subgénero de la poesía lírica que designa un poema de lamentación. La actitud elegíaca consiste en lamentar cualquier cosa que se pierde: la ilusión, la vida, el tiempo, un ser querido, un sentimiento, etc. En la Antigüedad grecolatina, sin embargo, el verso elegíaco hacía referencia exclusivamente al tipo de metro empleado, el llamado dístico elegiaco. La elegía funeral (también llamada endecha o planto en la Edad Media) adopta la forma de un poema de duelo por la muerte de un personaje público o un ser querido, y no ha de confundirse con el epitafio o epicedio, que son inscripciones ingeniosas y lapidarias que se grababan en los monumentos funerarios, más emparentados con el epigrama, otro género lírico.

El concepto de poesía elegíaca que adoptan los poetas españoles del Renacimiento es el de la poesía neolatina italiana, no el de la tradición griega: es decir, se entiende como poesía elegíaca cierto tipo de secuencias de poesía amatoria.​ La poesía española cuenta con varios clásicos del género, entre los que destacan en primer lugar las Coplas por la muerte de su padre de Jorge Manrique, del siglo XV. El género de la elegía propiamente se desarrollaría a partir del siglo XVI, cuando Juan Boscán y Garcilaso de la Vega adaptaron para su uso el terceto encadenado o terceto dantesco, importado por medio de la poesía petrarquista. Desde entonces, el terceto sustituiría al dístico latino como molde lírico para el llanto. Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca y la Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández, incluida en su libro El rayo que no cesa, son dos clásicos modernos de este tipo de lamento fúnebre.

Égloga

La égloga es un subgénero de la poesía lírica que se dialoga a veces como una pequeña pieza teatral en un acto. De tema amoroso, uno o varios pastores lo desarrollan contándolo en un ambiente campesino donde la naturaleza es paradisíaca y tiene un gran protagonismo la música. Como subgénero lírico se desarrolla a veces mediante un monólogo pastoril o, más frecuentemente, con un diálogo.

Las primeras églogas fueron los Idilios (en griego, "poemitas" o "pequeños cantos") de Teócrito; luego los escribieron Mosco, Bión de Esmirna y otros autores bajo su influencia. El escritor latino Virgilio (siglo I a. C.) con sus Églogas (en griego, "selecciones") o Bucólicas añadió elementos autobiográficos, haciendo de cada pastor un personaje imaginario que encubría a un personaje real: Cayo Mecenas, Augusto, etc. Algunas de ellas llegaron a escenificarse en Roma. Otros autores latinos escribieron también églogas, como Nemesiano, Calpurnio Sículo o Ausonio.

Esta innovación pasó a la bucólica posterior, de forma que algunas veces los personajes de las églogas representaban personajes reales. A través de Giovanni Boccaccio y con el Renacimiento y la Arcadia de Jacopo Sannazaro el género se volvió a recuperar mezclándose las composiciones en verso en un marco narrativo en prosa, y se difundió por todo el mundo occidental, bien en verso, bien como églogas intercaladas en una novela pastoril cualquiera. En la literatura castellana, escribieron églogas Juan del Encina, Lucas Fernández, Garcilaso de la Vega, Juan Boscán, Lope de Vega, Pedro Soto de Rojas, Bernardo de Balbuena y Juan Meléndez Valdés. En valenciano encontramos las égoglas de Vicent Andrés Estellés.

Sátira

La sátira es un género literario que expresa indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco. Se puede escribir en prosa, verso o alternando ambas formas (sátira menipea). Se inspira en la poesía yámbica griega y se desarrolló sobre todo en la literatura latina.

Estrictamente la sátira es un género literario, pero también es un recurso que encontramos en las artes gráficas y escénicas. En la sátira los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos; ideados todos ellos para lograr una mejora de la sociedad.​ Aunque originalmente la sátira se utilizó para la diversión, su pretensión real no es el humor en sí mismo, sino un ataque a una realidad que desaprueba el autor, usando para este cometido el arma de la inteligencia.

Los principales autores de sátiras en la literatura latina son:

  • Horacio, quien, con sus sermones o conversaciones hizo de la sátira un género amable entreverado de algunas críticas y sentencias.
  • Séneca, que empapa sus textos de filosofía moral y de anécdotas picantes y propiamente satíricas, pero también como probable autor de una sátira menipea, La Apocoloquintosis (calabazificación) del divino Claudio.
  • Marcial escribió solamente epigramas, donde atacó el lujo desordenado, la ambición y la hipocresía en la Roma de los emperadores Flavios.

Desde la Edad Media el género se cultivó en España; el primero en usarlo fue Juan Ruiz, arcipreste de Hita, que atacó el poder igualador del dinero al trastocar el inmutable orden social estamental medieval. Lo satírico entró incluso en la composición de numerosos géneros como la novela picaresca, la fábula, el artículo periodístico o la pieza teatral de costumbres, el esperpento de Ramón María del Valle-Inclán o la tragedia grotesca de Carlos Arniches; es más, forma parte esencial de obras tan importantes como el Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes.

Madrigal

Es un poema asociado al canto. Está compuesto por un máximo de quince versos heptasílabos y endecasílabos, que se distribuyen en forma libre. Suele tener tema amoroso y de carácter muchas veces pastoril.

Letrilla

La letrilla es una composición poética breve, dividida en estrofas al final de las cuales se repite un mismo pensamiento en uno o más versos denominados estribillos. Se desarrolla a partir del siglo XVI.

Góngora escribió algunas letrillas de tipo lírico, basadas en la lírica popular. Sin embargo, lo habitual es que las letrillas se inspirasen en algún refrán y tuviesen carácter burlesco. Las letrillas satíricas más conocidas son las de Quevedo, que rápidamente eran asimiladas por el pueblo gracias a su tono popular.

Créditos

Texto:

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Unidades didácticas

La poesía lírica

Teoría: La lírica

Género lírico

Para practicar

La lírica

El verso y la prosa

Métrica y recursos poéticos. 2º ESO - Lengua (Testeando)

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