Se denomina funicular (del latín funicŭlus, "cuerda") a un tipo especial de ferrocarril utilizado para salvar grandes pendientes. No se debe confundir con los ferrocarriles dotados de planos inclinados. Circula sobre raíles y normalmente dispone de dos cabinas enlazadas por un cable de acero sobre una vía de ferrocarril, a modo de ascensor inclinado, de tal forma que mientras un vehículo sube el otro baja, lo que permite aprovechar la energía potencial del que queda en la parte superior para subir el inferior a la vez que se frena el que está bajando. Los vagones suelen compartir la misma vía salvo en el punto medio, donde se bifurca para que puedan pasar a la vez. Los vehículos carecen de motorización propia, ya que el movimiento lo imprime un motor que acciona una gran polea, que a su vez mueve el cable de tracción. No obstante, los vehículos van dotados de varios sistemas de frenado, tanto de servicio como de urgencia, este último en caso de fallo en las instalaciones (rotura o disensión del cable, etc. ) o en los vehículos. Este medio de transporte se creó alrededor del Siglo XIX como una alternativa a la vías del ferrocarril, como medio de vencer grandes pendientes. El primer funicular del mundo, accionado por una máquina de vapor, fue el que unía Rue Terme con Croix Rousse y fue inaugurado en Lyon en el año 1862. Después del primer funicular, los siguientes fueron: El de Budapest, en 1870. El de Viena, en 1873. El de Estambul, en 1875. El del Reino Unido, en 1876. El Elevador do Bom Jesus, en 1882 Los de Valparaíso, partiendo por el Concepción, inaugurado en 1883 El de Bürgenstock junto a Lucerna, Suiza, en 1888. El Funicular de Barranco en Lima (Perú), en 1896 El del Tibidabo, en 1901 El Funicular de Chilecito, Provincia de La Rioja, Argentina, 1906 El de San Sebastián, en 1912 El de Bilbao (España), funicular de Archanda, en 1915 El de Santiago de Chile, en 1925 El Funicular de Larreineta en Bilbao (España), en 1926 El Funicular de Monserrate en Bogotá, en 1929 El Funicular de Vallvidrera en Barcelona, en 1906 (restaurado al 1998) La primera aplicación para transporte de viajeros se hizo en Dusino, Italia, y un año después en Lyon, Francia, para superar rampas de planos inclinados de hasta un 60%. El primer funicular con motor eléctrico fue el de Suiza. A partir de entonces, comenzó a haber más y más funiculares, y en Europa llegaron a circular más de trescientos. Este transporte tiene grandes ventajas, por su seguridad, funcionalidad y capacidad de transporte y su adaptación tanto a las zonas urbanas como a las de montaña, y por ello nuevamente se han puesto de moda. Hoy en día en Europa existen más de doscientos funiculares en servicio. En la central hidroléctrica Pablo Boner, ubicada en el distrito de San Jerónimo de Surco, provincia de Huarochirí, Lima, y en el balneario de Curayacu, en San Bartolo, Lima se hallan los dos únicos funiculares funcionando del Perú.
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