Borrell II (927- 992) fue conde de Barcelona, Gerona y Osona (947-992), y conde de Urgel (948-992). Hijo de Suniario I y de Riquilda de Tolosa.Al retirarse su padre conde Suniario I que, en el 947, tom? el h?bito monacal en la abad?a benedictina de Lagrasse, a las orillas del r?o Orbieu en Carcasona, cedi? sus dominios a sus hijos Borrell y Mir?, que deb?an gobernar conjuntamente. El correinado de ambos dur? hasta el fallecimiento de Mir? I en el 966, quedando Borrell II como ?nico representante al frente de los condados,de Barcelona, Gerona y Osona. En 948 hered? el condado de Urgel al morir su t?o Sunifredo II. Borrell II utiliz? tambi?n el t?tulo de Duque de Gotia (dux Gothi?).Se cas? con Letgarda de Tolosa, hija de Ram?n Ponce I, conde de Tolosa y duque de Aquitania, con la que tuvo dos hijos y dos hijas: Ram?n Borrell, Ermengol, Ermengarda y Riquilda. Tras la muerte de Letgarda se volvi? a casar, esta vez con Eimeruda de Auvernia, con la que no tuvo hijos.Al contrario que su padre, fue un conde m?s diplom?tico que militar. Procur? mantener siempre relaciones cordiales con sus dos poderosos vecinos: los francos al norte y los andalus?s al sur. Intercambi? embajadas con C?rdoba (centro del poder musulm?n) y firm? un tratado de paz con el califa Al-Hakam II.Entre las prioridades de Borrell II se encontraba la de mantener unas relaciones amistosas con el papado y con el califa de C?rdoba. Por ello, envi? hasta cuatro embajadas (en los a?os 950, 966, 971 y 974, respectivamente) a las cortes de Abd al-Rahman III y Al-Hakam II para ratificar los acuerdos de paz del 940 a cambio de la obediencia y fidelidad al califa. Esta buena sinton?a se rompi? con la entronizaci?n de Hisham I (976-1009) y el ascenso pol?tico de la figura de Almanzor, el caudillo musulm?n que se propuso recuperar el esplendor militar inicial de al-?ndalus.Tambi?n mantuvo buenas relaciones con el papado. En 970 viaj? a Roma con el prop?sito de reorganizar la administraci?n religiosa y restaurar el arzobispado de Tarragona.Fue protector de las ciencias y de la cultura. Invit? al monje Gerberto de Aurillac (que a?os m?s tarde llegar?a a Papa con el nombre de Silvestre II) a residir en el condado para que ampliara sus estudios.A pesar de los esfuerzos diplom?ticos del conde de Barcelona, los condados de la Marca Hisp?nica no se libraron de las razias de Almanzor. El 5 de mayo del 985 un ej?rcito parti? de C?rdoba cruzando el litoral mediterr?neo en direcci?n al campo de Tarragona. Almanzor avanz? a sangre y fuego hacia Barcelona por las actuales comarcas catalanas del Pened?s, Llobregat y Vall?s, mientras el conde Borrell II organizaba a la desesperada la defensa de sus territorios. Monasterios de los alrededores de Barcelona como San Cucufate, San Pablo del Campo o San Pedro de las Puellas fueron destruidos y sus comunidades asesinadas. Acto seguido, los aterrados habitantes de las cercan?as de Barcelona se encerraron tras las murallas de la ciudad condal, que fue asediada el primero de julio. La resistencia dur? poco, el lunes 6 de julio Almanzor arras? Barcelona llev?ndose consigo un cuantioso bot?n y un elevado n?mero de cautivos que m?s adelante ser?an vendidos como esclavos o rescatados a cambio de importantes sumas de dinero. El conde Borrell II hab?a sufrido una derrota dif?cil de olvidar, y las cr?nicas bautizaron este triste suceso como ?el d?a que Barcelona muri??. Quedaba as? demostrado que la posici?n procordobesa mantenida por el conde hab?a fracasado.Fruto de estos continuados ataques -978, 982, 984 y 985-, fue preciso el abandono de la ciudad de Tarragona, que no volvi? a ser ocupada de forma definitiva hasta 1118, por parte del conde Ram?n Berenguer III.Efectivamente, la traum?tica experiencia oblig? al conde Borrell II a intentar retomar las relaciones con los francos. Ofreci? al rey Lotario la renovaci?n del juramento de fidelidad a cambio de auxilio militar que garantizase la protecci?n del pa?s frente a nuevos ataques musulmanes. Pero la petici?n de ayuda coincidi? con una grave crisis de la dinast?a Carolingia, Lotario muri? en el 986 y su sucesor Luis el Joven tambi?n falleci? prematuramente en el 987. La nueva dinast?a de los Capetos tuvo que defender la corona franca de insurrecciones internas y tampoco atendi? las peticiones de auxilio del conde barcelon?s.Dado que nadie respondi? a la demanda de auxilio del conde Borrell II, no es de extra?ar que cuando en el 987 el rey Hugo I Capeto exigi? renovar los v?nculos pol?ticos con la corona franca la respuesta fuera un mutismo total, de tal manera que ese fue el ?ltimo contacto exigiendo la subordinaci?n de los condes de la Marca Hisp?nica a los monarcas francos. Era la independencia de facto de la dinast?a condal de Barcelona, no reconocida jur?dicamente hasta la firma del Tratado de Corbeil siglos despu?s, ya en 1258.Por lo que respecta a las relaciones con la Santa Sede, la intenci?n de Borrell II era crear un nuevo arzobispado en Vic que agrupara los obispados de la Marca Hisp?nica mientras Tarragona estuviera en manos musulmanas. Si el conde de Barcelona consegu?a su prop?sito, someter?a a su control las autoridades eclesi?sticas de la Marca y, a su vez, romper?a los lazos con el arzobispado de Narbona, bajo influencia franca. Parece ser que el papa Juan XIII acogi? favorablemente las propuestas que le expusieron el obispo de Vic At?n, el monje Gerberto de Aurillac y el propio Borrell II en su viaje a Roma el 970. Pero el asesinato del obispo At?n un a?o despu?s frustr? una tentativa que mostraba la clara voluntad de afirmaci?n pol?tica y religiosa del conde barcelon?s.A partir de 988 comparti? el gobierno con sus hijos Ram?n Borrell el primogenito, quien recibi? el grupo de condados de Barcelona, Gerona y Osona, y Ermengol el hijo menor, a quien leg? el condado de Urgel. Ambos comenzaron a gobernar en solitario en 992, a?o en que se supone que falleci? Borrell II.
Año de defunción
0992
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