La aristocracia es un concepto social cuya acepción más inmediata se refiere a aquellas personas que en un estado o nación ocupan y ejercen el poder político y económico por derecho hereditario. A la clase de los aristócratas se les llama también «los nobles» o «la nobleza». En los países europeos, por ejemplo, los aristócratas o nobles son los reyes, príncipes, duques, condes, barones, o los que traen causa por nobleza marcadamente militar como adelantados, almirantes, marqueses pero también, en ocasiones, algunos emperadores. En tiempos pasados la Antigua Roma tuvo a los patricios como clase aristocrática y en otros países, como Japón, los nobles del pasado fueron primero los daimyō de alto rango y más tarde los kazoku, en la India eran los chatrías etc. Una segunda acepción del término «aristocracia» considera que éste no se refiere a quienes ya gobiernan de facto por haber heredado un título de nobleza sino que se refiere a quienes deberían gobernar por ser los más capacitados para ello, sin importar el que sean o no los portadores de un título hereditario. Siguiendo el mismo principio puede considerarse también que el alto nivel de la posición social, por ejemplo un alto nivel económico, sea también un criterio para identificar a las personas que deben gobernar; otros criterios tradicionalmente relacionados con esta segunda acepción de la aristocracia son la plutocracia (gobierno de los ricos) o la democracia (gobierno del pueblo), sobreentendiendo que los colectivos aquí denominados («los ricos» y «el pueblo») son «los mejores o más aptos» para gobernar.
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