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España es un país de un tamaño medio pero con una diversidad de climas muy importante, lo que provoca que también haya una gran diversidad de paisajes, flora y fauna. La influencia del clima sobre los seres vivos es determinante, y por ello vemos tanta diferencia entre un paisaje boscoso del norte de España, donde puede llover más de la mitad de los dias al año, como por ejemplo Galicia, con un paisaje desértico, sin vegetación ninguna, como el desierto de Tabernas en Almería, al sur de España. De manera general, en España distinguimos 4 grandes tipos de paisajes:
Este paisaje corresponde a la zona norte de España, en torno a la cornisa cantábrica y su característica principal es la gran cantidad de agua que recibe como consecuencia de las lluvias constantes a lo largo de todo el año, siendo una zona húmeda.Esto provoca que en las zonas donde no encontremos bosque, predominará el paisaje de pradera, normalmente con una cierta altura y el característico color verde a lo largo de todo el año. Los matorrales (recordemos que llamamos matorral al tipo de vegetación baja, sin tronco, tipo césped o matas) que encontraremos suelen ser helechos o brezos. Se suelen aprovechar estas zonas de "Prau" para que pasten y se alimenten animales de ganado como vacas, ovejas o cabras, es a lo que llamamos ganadería extensiva. Por su parte, en las zonas que encontremos bosque, este estará formado por especies como el roble (hay muchos tipos diferentes según las características del árbol y la zona: Quejigo, Rebollo, Carvallo...) el haya o el castaño. Son especies de árboles que necesitan unas temperaturas no muy altas, incluso frías como el haya, y una cierta humedad. Son de hoja caduca, es decir, que tiran la hoja en otoño y la recuperan en primavera. Además, como les sobra el agua, los troncos son de corteza lisa, para que resbale y no la almacenen toda y las hojas lo mismo. En zonas como Galicia encontramos especies de árboles como el Eucalipto, que no es natural de la zona, ya que proviene de reforestaciones, es decir, plantaciones hechas por los humanos tras un incendio forestal y que con el tiempo se ha demostrado que es muy perjudicial para la biodiversidad.
El paisaje mediterráneo en España lo encontramos, con diferentes subtipos, en prácticamente toda la península ibérica excepto la cornisa cantábrica. Su característica principal es la falta de agua y la posible sequía en los meses cálidos del año (a grandes rasgos, entre mayo y Septiembre), lo que condiciona la vegetación y la fauna. Aquí ya no encontraremos verdes praderas sino especies mucho más secas de matorral y arbusto como la maquia y la garriga. En cuanto a los árboles, las especies más comunes son los pinos, las encinas y en zonas como Extremadura el alcornoque (de su corteza se extrae el corcho). Estos árboles se han adaptado a la falta de agua en periodos muy amplios de tiempo, con características como la hoja perenne o los troncos rugosos y con savia, que dificulta la pérdida del poco agua que tienen. En las zonas cercanas a los ríos, lo que llamamos las riberas, la falta de agua no es tan grande, por lo que aparecen otro tipo de árboles como los chopos, los álamos o los sauces, que se aprovechan de los nutrientes y el agua de estos ríos.
Uno de los grandes problemas de los paisajes españoles es la pérdida de biodiversidad, o lo que es lo mismo, convertir zonas con numerosas especies, tanto vegetales como animales, en zonas con poca variedad o incluso monoespecie (por ejemplo que en un bosque que antes había robles, hayas y otros cuatro o cinco tipos, ahora solo haya pinos, y que donde antes había 35 tipos de aves, ahora directamente ni haya). ¿Qué provoca la pérdida de biodiversidad? Muchas cosas; La más básica es a su vez la más peligrosa: Los incendios forestales. En España, a lo largo del verano, se suceden los incendios forestales, algunos provocados por las altas temperaturas y muchos otros provocados por personas que los incendian voluntariamente, cometiendo un grave delito. Se queman los árboles, las especies animales huyen y cuando por fin se consigue apagar el incendio lo que queda es un terreno arrasado donde costará décadas y décadas que vuelva a haber un bosque como el que había. Esa es una causa, pero otro factor de pérdida de biodiversidad es el intentar solucionar el problema de un bosque quemado plantando pinos o eucaliptos (esto se hacía, cada vez menos, porque son especies que crecen rápido y en casi todos los terrenos y condiciones) ya que forman bosques muy pobres, atraen muy poca fauna y empeoran los suelos. Una de las medidas para preservar paisajes de gran valor es declararlos paisajes protegidos, lo que significa que el estado o Europa se hace cargo de protegerlos y cuidar de ellos, de su fauna y su flora, evitar que las personas que lo visitan lleven a cabo malas prácticas (basuras, asar, destruir...) e invertir dinero y el trabajo de muchas personas en que todo lo bueno de ese paisaje y esa zona se mantenga a lo largo de muchos años más.
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