Fin de año. Hora de reflexión para muchos. Es de suponer que habremos cumplido los tradicionales buenos propósitos de las campanadas del 2011. Yo admito que a mi edad ya no soy tan ingenuo para planteármelos a fin de año y trato de hacerlo todos los días.
A lo que iba. Es recomendable que los buenos propósitos consten en papel, la memoria es selectiva y en general, olvidadiza; sobre todo con los errores.
Buffett dice que cuando entremos en determinado activo debemos ser capaces de escribir en un papel, por lo menos, una hoja completa con las razones que nos llevan a realizar la inversión y. a ser posible, esas buenas razones las tiene que entender un niño de 11 años. Eso es increíblemente útil porque cuando vemos que nuestra acción se ha revalorizado un 100 % y nos creemos los mayores genios de Universo, muchas veces revisando nuestras anotaciones vemos que ha subido por razones no contempladas en nuestro proceso inversor, vamos, diciéndolo claro, que hemos tenido suerte.
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