TEATRO 🎭 CRIOLLO EL TEATRO ARGENTINO: LOS ORÍGENES El teatro en América comenzó con la conquista. Los españoles lo consideraron como un medio de evangelización y también de entretenimiento para las colonias. En 1783 en Buenos Aire la Ranchería se convirtió en el primer lugar para la representación teatral. Aunque habitualmente presentaba obras de autores españoles, como Lope de Vega, allí se estrenó en 1789 el drama Siripo de Manuel José Lavardén, que es considerado como la primera obra de autor nacional .A mediados de 1792, este teatro quedó totalmente destruido a causa de un incendio. En 1804 se dio comienzo al ambicioso plan de construir el Gran Coliseo, un teatro digno de una ciudad importante, pero que, en verdad, nunca se llegó a término. Ese mismo año se inauguró el Coliseo Provisional, donde luego de 1810 se estrenó El 25 de mayo o El Himno de la Libertad de Luis Ambrosio Morante. Culto y popular El teatro de la segunda mitad del siglo XIX ofrecía dos modalidades la culta y la popular. Por un lado se presentaban obras de escritores reconocidos y por otro, representaciones ofrecidas por pequeños teatros y circos, a las que asistía la mayor parte de la población. Los hermanos Podestá Entre los espectáculos populares tenía lugar destacado el circo de los hermanos Podestá, reconocidos payasos, acróbatas y trapecistas. Hacia 1884 José Podestá quien había dado vida al famoso Pepino el 88 llevó a escena una versión pantomímica de Juan Moreira, de Eduardo Gutiérrez, obra que poco tiempo antes había aparecido publicada como folletín. La escenificación de esta novela fue tan exitosa que pronto ganó espacio y agregó diálogos. Los hermanos Podestá iniciaron de esta manera el llamado circo criollo, espectáculo con una primera sección dedicada a lo circense y una segunda consagrada al drama gauchesco. El protagonista, un gaucho perseguido, generaba la adhesión de un público que se identificaba con su figura Juan Moreira fue así el primero de una serie de dramas gauchescos que más allá de los antecedentes mencionados constituyen el inicio del teatro nacional. Además del drama gauchesco y del circo, paralelamente dentro de la vertiente popular del teatro se ofrecían sainetes, zarzuelas y revistas liricas de origen español. El escenario del sainete: El conventillo Las viviendas antiguas mansiones abandonadas y convertidas en precarios refugios, en las que se asentaron los primeros conventillos, albergaban a pobladores de distintos orígenes (italianos, españoles, polacos, árabes, etc.) y conformaron la escenografía ideal para el sainete. De ahí que las acciones se situaran en sus patios, espacio donde los vecinos y los conflictos confluían. Por lo tanto, como expresión de la creciente urbanización, el sainete fue un género típicamente porteño. En el sainete, los personajes hablan de manera estereotipada: los tipos se identifican por su lenguaje. Así, el porteño típico, utiliza el lunfardo; el inmigrante italiano, la mezcla de la lengua natal y el castellano, que deriva en el cocoliche Pero los conventillos no estaban habitados solamente por inmigrantes, También se alojaban allí criollos pobres, marginados de una ciudad cada vez más heterogénea. En esos grupos sociales tuvieron su origen el “guapo” y la percanta” (mujercita humilde y soñadora), estereotipos que aparecen tanto en los sainetes como en los tangos y las películas de la época- Todas estas manifestaciones populares contribuyeron notablemente a que el teatro se afirmara.

Música: EU Producciones Musicales Fragmento película Juan Moreira: RaroVHS (Canal 2)