El bosón W no se ajusta a la teoría más aceptada para describir la materia a nivel cuántico, según el mayor análisis hasta la fecha.

"Todas las cosas que los humanos podemos ver y tocar están hechas con diferentes combinaciones de 17 partículas elementales, que se engloban en tres grandes grupos: quarks, leptones y bosones", explica Nuño Domínguez en su noticia de esta semana. Lo aclara porque un bosón menos conocido que el de Higgs, el bosón W, se nos ha vuelto travieso. No se comporta como debería. La medición de su masa no coincide con la que le atribuye el modelo estándar que explica el comportamiento de esas 17 partículas.

Si estos resultados se confirman, “tiene que ser porque hay un nuevo mecanismo de la naturaleza que desconocemos”, explica Ashutosh Kotwal, investigador en el acelerador de partículas Tevatron de Estados Unidos. Allí estuvieron una década disparando protones contra su reverso de antimateria, los antiprotones para medir su masa. Ahora toca esperar a que los responsables del LHC —un acelerador de partículas aún más grande— revisen sus datos acumulados para asegurarnos. Todo esto resulta muy estimulante, sobre todo porque hace un año el muon también sorprendió con su comportamiento, ofreciendo pistas sobre partículas o fuerzas de la física totalmente desconocidas.

De momento, tenemos una medición intrigante y una noticia muy chula para aprender sobre los ladrillitos con lo que está hecho todo. Bueno, todo lo que conocemos. Porque como explica Nuño: "El problema es que ese tipo de materia solo compone el 5% del universo. El resto del cosmos es materia oscura (27%) y energía oscura (68%) totalmente desconocidas. Puede que estos resultados sean los primeros atisbos de “nueva física”: partículas desconocidas que ayuden a explicar esos grandes enigmas del universo". Nos queda un universo por descubrir.