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Acerca de este recurso...
Fernando Lisón es el responsable de Animalandia, un proyecto colaborativo que incluye más de 4.300 fichas de especies de animales. Maestro de Primaria en Madrid, Fernando es un firme defensor del software libre y los recursos educativos abiertos.
Animalandia es un proyecto colaborativo sobre el mundo animal, que está hecho con software libre y es software libre. Presenta fichas informativas sobre más de 4.300 especies de animales, que se complementan con información de los niveles taxonómicos y de los científicos que los describieron, mapas de distribución y una enorme galería multimedia con más de 35.000 imágenes. Además incluye algunos centenares de vídeos y registros sonoros que tienen licencias que permiten su reutilización y que han sido cedidos por más de 800 personas e instituciones de todo el mundo. Estos colaboradores también pueden tener, si quieren, una ficha con su foto y una pequeña presentación. Además, las imágenes y los sonidos se utilizan en una amplia colección de juegos didácticos interactivos: 'Piensa un animal', que es un juego muy especial que se va construyendo a la vez que se juega y con el que después se adivina el animal que uno piensa contestando a unas preguntas de SÍ/NO; diversos emparejamientos entre imágenes y de imágenes con sonidos, o con su grupo taxonómico correspondiente; puzles... También ponemos a disposición de los profesores una batería de actividades interactivas y diversas propuestas didácticas para trabajar con el programa dentro del aula. Aproximadamente cada mes, se publica una actualización del programa con las correciones de los errores encontrados, nuevas fichas, nuevos recursos y nuevas ideas, cuando las hay.
Soy maestro por las especialidades de matemáticas y ciencias de la naturaleza. Después de recorrer como docente en expectativa de destino muchos centros, llego al convencimiento de que si alguna vez obtengo destino definitivo será por la especialidad de ciencias de la naturaleza y no por la de matemáticas, que es por la que en principio yo me decantaba con claridad. De hecho, había publicado algunos artículos sobre matemáticas con ordenador en el boletín de la Sociedad de Profesores de Matemáticas 'Puig Adam'. Era el año 1999, mi hermano Ángel acababa de fallecer de cáncer sin haber cumplido los 39 y yo tenía la necesidad de hacer algo para 'congraciarme' con las ciencias naturales. Es verdad que recuerdo los volúmenes de Fauna de Salvat encuadernados en las estanterías de mi hermano y creo recordar los días de la infancia en que mi padre se presentaba a la hora de comer con el fascículo de turno. Mi memoria no es muy buena, pero creo que era los lunes y que el cuadernillo era quincenal. Y así me puse manos a la obra... ¡¡hace ya la friolera de 13 años!!
Muy poco. En todo caso para uso personal y para estar al día de las novedades didácticas que se publican por los compañeros en las redes. Trabajar en redes sociales con los alumnos, creo que lo hacen todavía muy pocos docentes en toda España.
En la mayoría de los centros de la Comunidad de Madrid, tenemos además el handicap de no haber suscrito el programa Escuela 2.0, por lo que nuestros entornos informatizados no son 1-1 y tenemos dificultades para acceder a cualquier portal que requiera autentificarse con usuario y contraseña. Entre mis alumnos, más de 40% no tiene conexión a internet en casa ni dispone de conexión en el móvil -si es que tiene-, por lo que la posibilidad de utilizar las redes sociales fuera del horario escolar no tiene cabida.
Un docente que lleva a sus alumnos a un aula de informática (o a cualquier otra situación tecnológica), lo que quiere es que nada falle: que los ordenadores funcionen adecuadamente, que la conexión a internet sea rápida, que el cañón proyecte, que la pizarra digital esté bien conectada y calibrada, que las tabletas o los portátiles estén cargados..., porque no va a poder resolver en el momento ninguno de estos problemas. La administración educativa de la Comunidad de Madrid puso en marcha hace ya 7 u 8 años, la figura del Coordinador TIC, que es quien se encarga de que todo funcione adecuadamente, pero que tiene sobre todo como función el asesoramiento pedagógico a los compañeros: programas, recursos, estrategias y alternativas metodológicas para el uso de la tecnología en su docencia directa. Una buena forma de incentivar el uso de la informática por los docentes sería restaurar e incluso aumentar el horario liberado de clases de los coordinadores TIC, que se ha eliminado con los recortes.
También deberían aumentar la oferta de formación permanente del profesorado sobre el empleo de las TICs en las diversas materias y, quizá lo más importante, reducir el número de alumnos por aula, puesto que tenemos dotaciones de aulas con 15 ordenadores y clases con más de 30 alumnos (Otra vez el 'no' a Escuela 2.0). Los claustros de los centros y las comisiones de coordinación pedagógica también pueden incentivar el uso de las tecnologías por parte de todos los docentes mediante la organización de actividades que acerquen al profesorado a las tecnologías: actividades lúdicas en las semanas culturales (lip dups, concursos de caricaturas...), solicitud de cursos de formación propios, constitución de seminarios y grupos de trabajo...
Y no sé cómo, pero sería muy importante abrir las aulas a los demás compañeros, que nos veamos trabajar unos a otros, que compartamos nuestras buenas prácticas. Como coordinador TIC me he metido muchas veces -antes más- en las clases de mis compañeros con la excusa de revisar algún equipo o de actualizar algún programa y así he aprendido mucho y he visto poner en práctica estrategias que ni siquiera conocía.
Decididamente herramientas libres basadas en estándares abiertos. Los docentes estamos empezando a ser conscientes de la importancia de no utilizar de forma ilícita ni el software ni los recursos. Es un necesidad de orden legal, como demuestra por ejemplo la demanda de patrimonio interpuesta por Microsoft contra la Junta de Andalucía por utilización indebida de licencias de software y que se saldó con una multa de 9 millones de euros. Pero sobre todo es una necesidad de índole moral frente a nuestros alumnos, nuestros compañeros y la sociedad. A todos nos ha pasado que encontramos un recurso valioso para nuestras clases, pero que nos gustaría modificar de alguna manera y que no podemos hacerlo, a pesar de tener una licencia que sí lo permite, porque no sigue estándares abiertos y necesitamos un programa específico que suele costar mucho dinero o que incluso no está disponible para nuestro sistema operativo (Aunque creo que está bastante claro, para despejar dudas, me estoy refiriendo a la tecnología Flash). Por otra parte, cada vez somos más los docentes que generamos nuestros propios recursos y los publicamos, normalmente a través de servidores web. Pues sean proyectos grandes o pequeños, nos hayan quedado preciosos o no tanto, nos parezcan especialmente valiosos o simplemente aceptables, publiquémoslos con licencias que permitan su reutilización y modificación por otros docentes.
Quiero destacar a la propia administración educativa de la Comunidad de Madrid, a la que antes he reprochado por los recortes y por el programa Escuela 2.0, pues ofrece a todos los docentes una serie de servicios tecnológicos de primera línea y de altísima calidad. En primer lugar la plataforma tecnológica Educamadrid, en la que podemos crear páginas web personales, la web del centro e incluso 'comunidades virtuales', que facilitan la creación y gestión de entornos de educación colaborativos entre profesores de distintos centros. También podemos crear contenidos propios en formato web con la ayuda de potentes asistentes. Todo basado en Liferay, que es un solución de código abierto para la creación de portales y contenidos.
Un aula virtual basada en moodle para que los centros puedan gestionar sus propios cursos, con acceso autentificado para profesores y alumnos; foros para consultar dudas en diversos temas por parte del profesorado (por desgracia, los recortes han suprimido el soporte institucional a estos foros, pero muchos de ellos siguen funcionando por la intervención espontánea de muchos compañeros); una amplísima Mediateca, con miles de vídeos, imágenes y audios de uso libre, con licencias Creative Commons; cuentas de correo electrónico tanto para el profesorado como para los alumnos; MAX, una distribución GNU/Linux propia, basada en Ubuntu, pero con un marcado carácter educativo, gracias a la inclusión de numerosísimas aplicaciones que cubren la mayor parte de las necesidades de software de todos los niveles educativos no universitarios; un nodo propio en Agrega para compartir contenidos digitales educativos abiertos organizados por currículo. Por último, decir que albergan Animalandia en sus servidores y me ofrecen todo el soporte que necesito.
Como ya he comentado, la utilización de contenidos abiertos es una necesidad en el mundo educativo. En una red donde la cantidad de información es tan descomunal, la aplicación de tecnologías semánticas nos facilitará la búsqueda de contenidos relacionados y significativos.Por otro lado, webs semánticas pueden reducir las 'distracciones' que causan en los alumnos los entornos que encuentran en las webs que les proponemos visitar, llenas -además de publicidad- de hipervínculos atractivos no siempre relacionados con los contenidos que queremos trabajar.
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Fecha publicación: 18.2.2013
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